HABLEMOS DEL ETROG
El Etrog, es considerado una de las cuatro especies (arba minim) que son utilizadas durante la festividad de Sucot.
Es conocido por todos el mandamiento donde está descrito el uso del Etrog, para esta festividad:
Y tomaréis el primer día el fruto de árboles hermosos, hojas de palmera y ramas de árboles frondosos y sauces de los arroyos, y te alegrarás delante de El Eterno tu Dios 7 días! — Vayicrá / Levítico 23:40
Ulekajtém lajém bayóm harishón perí etz hadár kapot temarím vaanáf etz avót vearvéi nájal usmajtém lifnéi Adonai Eloheíjem shivát yamim.
Aquí, el Etrog no aparece mencionado: las fuentes rabínicas han considerado el Pri Etz Hadar como el Etrog.
Y es en el Talmud (Sucot 35a) donde encontramos esta referencia: allí se define como un «árbol bello» utilizando, “hadar” como la palabra hebrea apropiada para describir belleza.
También recibe la mención de «hadar» por ser una fruta que «existe continuamente todo el año en el árbol» (ha-dar, literalmente, «la que existe»): es decir, la producción del fruto es permanente, sin importar la estación del año.
No hay una fuente clara que nos de información acerca del origen de la palabra Etrog, sin embargo, se cree que proviene del árabe “tajaranash” o del persa, relacionándola con la palabra toronja.
La palabra Etrog ha sido traducida al español como cidrón, citrón o cidra y es bajo esos nombres, que se conoce esta fruta, en este idioma.
En la botánica, el Etrog se identifica con el nombre científico de Citrus medica…
Básicamente porque, en la antigüedad fue utilizado por las mujeres embarazadas, para lograr un parto fácil, además de sus aceites esenciales para el tratamiento de afecciones pulmonares varias.
Este fruto cuyo origen también es desconocido: se cree que Alejandro Magno fue quien llevó este fruto a la cuenca mediterránea, pero se conoce la existencia de semillas de más de 4000 años de antigüedad, en el territorio del hoy Estado de Israel.
De allí su cultivo se extendió a muchas regiones del mundo, incluído Marruecos, Yemen, Brasil,.Japón. entre otros.
Existen, gracias a esta dispersión, una gran variedad de Etroguim: sin embargo, desde el punto de vista ortodoxo, se consideran útiles para sucot, las siguientes especies:
Diamante (Yanaver), que es ácida y con muchas semillas, el cual es cultivada en Calabria;
La Córsica,
La variedad Assads, que es ácida y muchas veces sin semillas, cultivada en Marruecos;
Están las variedades israelíes como Braverman, Halperin y Lefkovich, y Kibilevitch, las cuales son ácidas y también con múltiples semillas;
y, por último, la variedad Yemenita (Temoni).
El Kibutz Neot Kedumin se le atribuyen los Etroguim más grandes, de hasta 4 kilos, provenientes de la variedad yemenita.
También se consigue en Israel una variedad llamada “Mano de Buda”, porque semeja a una mano en oración: hay otras más, las cuales son consideradas como las variedades menos útiles para dicho fin.
A grandes rasgos, las cualidades que se han establecido para un “óptimo Etrog” son:
Sustancia: el etrog debe tener un ukatz, el tallo en la parte inferior de la fruta donde se adhiere al árbol.
Un etrog con un pitam intacto (protuberancia en la parte superior) es el más deseable, aunque un etrog sin pitam es ciertamente aceptable para la mitzvá, especialmente en los casos en que la fruta creció sin un pitam o si se rompió naturalmente mientras que todavía estaba en el árbol (compradores bien informados y los expertos pueden distinguir la diferencia).
Color: el etrog debe ser de color amarillo brillante con un tono verde y no tienen imperfecciones ni manchas negras.
Tamaño: en general, el etrog debe ser por lo menos dos veces el tamaño de un huevo, con una agradable, básicamente simétrica, forma oblonga, amplia en la parte inferior y estrecha en la parte superior.
Teniendo en cuenta que el Etrog es una fruta de crecimiento perenne, sin importar la estación (con excepción de heladas), simboliza a Israel, y al pueblo judío por su permanencia histórica, a pesar de las múltiples dificultades por las cuales ha atravesado.
Por ello, esperemos que este sucot, nos permita igualarnos al Etrog, en su persistencia, en su perseverancia, el coraje y la determinación, tanto espiritual como física y de igual manera, en su belleza,
Puesto que la belleza de Israel se encuentra en el triunfo sobre la eternidad.
Jag Sucot Sameaj
04 de octubre de 2017 – 14 de Tishrei de 5778
Trabajo compilado por Dr. Max Stroh K, para 321judaismo.com
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