La impaciencia en el judaísmo
Preguntémonos primero, antes de empezar:
¿Qué tan buena lo mala es a impaciencia?
Vamos a responder con una modificación de un razonamiento encontrado en el libro 48 caminos a la sabiduría
Estás detenido en una fila,,, muy larga…en un banco y te das cuenta que el cajero, cada 15 minutos está regalando 100 dólares a cada persona que está parada en la fila…
¿Perderías la paciencia?
Esperarías que llegue tu turno?
Segunda opción;
La misma fila… para entrar a un banco.., se mueve muy lentamente y cierran a una hora en punto… faltan pocos minutos para el cierre y definitivamente la fila se mueve muy poco…
¿Cuál es tu reacción?
¿Hay alguna explicación para ello?
Quizás sí, quizás no
El Pirke Avot (Etica de los padres) dice que hay cuatro tipos de temperamentos:
Uno de ellos, en la persona que es fácil de provocar y fácil de apaciguar:
El segundo, un opuesto al anterior, quien es difícil de provocar y difícil de apaciguar:
lUn tercero, el que es fácil de provocar y difícil de apaciguar, esa persona es malvada;
Por último, quien es difícil de provocar y fácil de apaciguar, esa persona es santa. (Avot 5,11)
Todos, absolutamente todos, nos volvemos impacientes y perdemos los estribos y, por supuesto, también nos enojamos.
Es el grado en que uno sea capaz de controlar la impaciencia, es lo que marca la diferencia.
Entrando en materia…
Hace algunos años publicamos un artículo sobre la impaciencia en el judaísmo
Retomaremos hoy el tema, teniendo en cuenta que la parashá, Ki Tisá que leemos esta semana, nos hace caer en cuenta acerca de la impaciencia
La parashá, como anotamos, dice:
“y el pueblo vio que Moshe tardaba en descender de la montaña y el pueblo se conglomeró alrededor de Aharón y le dijo: ‘Levántate y haz un dios para nosotros.’”
Y este no es el único ni el primer ejemplo de impaciencia
Los hermanos de Yosef fueron impacientes e intentaron evitar preventivamente que sus sueños se hicieran realidad.
Y la idea de Salomón también se manifiesta diciendo:
La paciencia resulta en mucha comprensión; La impaciencia se vuelve locura como contraparte «.
Por todos es conocido que la impaciencia nunca hace que las cosas sucedan más rápido o mejor, y en cambio solo causa agitación, dolor y pena.
La impaciencia divide: separa amigos, y rompe corazones.
Hay muy poca distancia entre la impaciencia y la ira
La impaciencia es como un incendio interno que nos quema sin emitir ningún calor.
¿Qué hacemos? ¿Cómo actuamos entonces?
Si no consideras que, fuimos creados a imagen y semejanza del Eterno y que él es “lento para la ira” y por ello nosotros debemos frenar nuestros impulsos, entonces la respuesta nos la dan nuestros sabios
La base de la respuesta, está en la frase “Erej Apaim” (Erech Apayim en fonética inglesa)
Esto significa “Ser lento en la ira”
Y proviene de de las palabras Erej (Alef reish jaf), que significa estirar o alargar
Y Apaim (Alef Pei Yod Mem) viene de de Af que significa ira
Más no viene de la palabra sablanut… expresión muy común en Israel para pedir “tener paciencia, que viene de la palabra sovel (sufrir).
Cuando consultamos a nuestros sabios, ellos nos dan la (al menos una) respuesta basándose en un texto judío medieval conocido como Reishit Jojma (El comienzo de la sabiduría)
Allí está sugerida una técnica simple para aquellas personas que parecen no poder controlar su ira:
Dice en pocas palabras
«Decida la cantidad de dinero que regalará si se permite perder la paciencia».
“Asegúrate que la cantidad que designes, sea lo suficientemente importante, para obligarte a pensar dos veces antes de perder la paciencia «.
A partir de la fecha y durante el próximo mes, cada vez que expreses enojo, y este, se encuentre fuera de proporción con el incidente, harás la donación de la suma señalada a la caridad.
“Por supuesto que la suma escogida debe estar por encima de la cantidad de tzedaká que normalmente darías y es independiente de ella”.
Finalmente
No seas impaciente… puede llevarte por malos pasos, malos caminos.
22 de febrero de 2019 – 17 de Adar alef 5779
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