Cuando hablamos de canciones y judaísmo, tal vez la primera que se viene a nuestra mente, es el “Cantar de los Cantares” o Shir haShirim
O tal vez pensamos en los Salmos que el Rey David compuso, muchos de ellos “con arreglos musicales” como suele decir en su parte introductoria, con frases como “a los músicos de”…
Sin embargo, y antes de estos salmos, ya David previamente cantaba, como lo documenta la Torá narrándonos cómo el Rey Shaul le pedía a David que cantara para animarlo (aliviarlo de la depresión). (Esto es año 877 Antes de la Era Común, aproximadamente)
En base a los cantos anteriores, encontramos que, en la época del Segundo Templo, quienes cantaban era un coro compuesto por hombres y niños: ellos eran quienes cantaban dichos salmos. Según la Enciclopedia Judía, “el canto parece haber sido la característica principal de su arte, y los instrumentos utilizados por los cantantes eran para su auto-acompañamiento solamente”.
Estas canciones eran interpretadas no sólo por los sacerdotes (Leviim, Kohanim), sino también por todo el pueblo (Israellim) con el fin de que las plegarias tuvieran más efecto… se elevaran más rápidamente hacia HaShem
Sin embargo, debemos recordar que hay una canción en el judaísmo un poco más antigua, que se conoce con el nombre de “Canción del Mar” o Shirat HaYam, que cantó Miriam con las mujeres, en el evento del cruce del Mar de los Juncos.
Otro de los nombres de esta canción es Az Yashir, que son las dos primeras palabras
Esta canción la encontramos en la parashá Beshalaj
Estas frases a continuación, son parte del contenido de dicha canción: “Quién es como tu entre los poderosos Adonai, quién es como Tú sublime en lo sagrado, digno de grandes alabanzas, hacedor de maravillas”. Este es el canto del animal puro y manso, es decir las ovejas y cabras “Quién es como Tú entre los poderosos, Adonai”.
Si pensamos en la posibilidad de que existan canciones más antiguas que esas, en el judaísmo, no existe documentación que nos de una fecha precisa que nos lo pruebe, aunque todos presuponemos que ha existido, siempre, una íntima relación entre la especie humana y la música, en la cual, el hombre primitivo aprendió a valerse de objetos rudimentarios (huesos, cañas, troncos, conchas…) para producir sonidos que luego condujeran a música.
Esto lo documentamos con el pasaje de la Torá, Bereshit 4:21 que nos dice:
Y el nombre de su hermano era Jubal; él fue el padre de todos los que interpretan una lira y una flauta.
Veshem ajiv Yuval hu hayá aviv kol tofesh kinor veugav
(Lo que históricamente, distinguimos como la más antigua encontrada, es un himno ugarítico, por supuesto mucho más antigua que esta canción del mar).
Otros de los cantos antiguos en la historia judía son:
La Torá nos aprueba cantar, para alabar al creador: esto es lo que ha sucedido a lo largo de la historia del pueblo judío y el desarrollo musical de sus canciones.
En este desarrollo de las canciones y el judaísmo encontramos la evolución hacia los piyutim (como el Adom Olám o el Kol Nidrei), los Pizmunim, Bakashot, Nigunim, Zemirot (como el Shalom aleijem), Shiréi Am, Nusajot,Baladiím, Cantos litúrgicos, cantos hispánicos (mozárabe), los romanceros, kelzmer, y muchas otras más como la “musica mizrahi” entre las diferentes comunidades y en idiomas como arameo,hebreo,yidish, árabe, ladino etc.
Los instrumentos: tan variados como los estilos musicales: para ejemplo: castañuelas,violines y clarinetes, laudes árabes, panderetas sirias, cítaras hindúes, violines beduinos, arpas orientales (swarmandal), mandolinas, yembes, el shofar, el kinor (lira), nevel (arpa), ?atzotzerot (trompeta); tres variedades de pipa, como el jalil, alamoth y el ugav; un platillo (tziltzal) hecho de cobre; campanas (paamonim), un órgano de tubos usado en el templo (magrefa), entre muchos otros
Por supuesto que los estilos también han variado, pero a partir del siglo 18 de la Era Común es cuando se han empezado a estandarizar, para que cada comunidad, tenga su estilo “particular” de alabar al creador.
Hay una posible teoría que nos enseñan nuestros rabinos, la cual nos dice que “todas las canciones de alabanza” están guardadas en un lugar, llamado “lugar de las melodías” (Eijal hanigunim) al lado del lugar de las almas (Eijal haneshamot). El cantar, o escuchar las canciones, hace que las almas entonen dichas canciones para que las plegarias lleguen con más fuerza a Hashem.
También es importante la Kavaná (Intención) con que se realice la canción, teniendo efecto para que la Tefilá ascienda al Bore haOlam (Creador del Universo)
Yepashpesh bemaasáj… chequea tus hechos para estar contento y canta con alegría, buen corazón y kavaná, como lo hicieron todos nuestros antecesores, porque en el judaísmo está escrito que si no lo haces así, las bendiciones de la Torá no llegan…
25 de Enero de 2018 – 9 de Shevat de 5778