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Rosh HaShana Sexta parte – Vidui

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Rosh HaShana Sexta parte – Vidui

Rosh HaShana

Sexta parte… Confesión o vidui

En la revisión de Rosh HaShana, llegamos entonces a la CONFESIÓN:

Lo definimos como un fenómeno que sirve y determina la expresión y culminación de un proceso sincero que se encarga de sumergir a un individuo en un rol específico: puede ser verbal o escrita.

Confesión, en el judaísmo, requiere de una I.A.R: (Intención auténtica de restaurar)  y se conoce en hebreo con el nombre de Vidúi.

El vidui (confesión) es una de las 613 mitzvot (preceptos) de la Torá, y esto es lo que escribe el Rambam (Rabí Moshé Ben Maimón, más conocido como Maimónides) en su libro Mishné Torá, al comienzo de las leyes de Teshuvá:

“Toda persona que transgredió un mandamiento de la Torá… con o sin voluntad, cuando se arrepienta de su transgresión está obligado a confesarse delante de El Eterno por lo que hizo, como está escrito:  

Esto lo basó del siguiente texto de la Torá: ‘Un hombre o una mujer cuando cometan alguna de todas las transgresiones que puede hacer el hombre… confesarán la transgresión que hicieron’ (Bamidbar / Números:  5:6-7)”.

Daber el benéi Israel ish o ishá ki yaasú mikól jatót haadám limól maál baAdonai veashmá hanéfesh hahí. Vehitvadú et jatatám asher asú veheshív et ashamó beroshó vajamishitó yoséf aláv venatán laashér ashám lo.

Es importante aclarar que  existe un concepto cristiano de confesión para el pecador, en el cual la persona profiere una única confesión, ante un ser humano y se le perdona, y por lo general, nunca más tendría que pensar en los hechos cometidos;

Sin embargo, en el judaísmo no sólo basta con el hecho de decir: “Sí, he reconocido mis pecados”, porque, reconocerlos, no los anula;

Recalquemos este aspecto en otra religión

Los cristianos entonces tienen, por ejemplo, El sacramento de la confesión que es la declaración o manifestación de los pecados ante el sacerdote, es un elemento esencial de este sacramento.

En este sentido el sacramento es una confesión, reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de su misericordia para con el género humano.

Volvamos al judaísmo

Por el contrario, la confesión judía nos está forzando a que hagamos un reconocimiento diario de los desafíos y realidades de nuestro mundo, para con ello obtener el ímpetu necesario para trabajar por un mañana mejor.

Encontramos en las enseñanzas de nuestros sabios, lo que dice el Mejiltá, respecto al versículo de Bamidbar 5:6-7, que el hombre tiene la obligación de confesarse por el pecado cometido sobre él , sobre lo que impurifica el santuario (Beit HaMikdash y/o la sinagoga), por los preceptos negativos, cuando los  cometa, sobre las que son entre él y su semejante, como por ejemplo, los hurtos, los robos, y las malas habladurías; por las habladurías, por jurar en vano, por testimonio, por transgresión a los preceptos positivos, por las transgresiones de los padres y, por las cosas hechas en Israel y fuera de ella.

Del libro “Jaié Adam” escrito por Rabí Abraham Dantzig [1](1748 – 1820), y podemos encontrarle un significado a las palabras que se recitan en la oración de vidúi en Yom Kipur, de la siguiente manera:

Vidui de Yom Kipur

“Ashamnu, Bagadnu, Gazalnu, Dibarnu dofi, Heevinu, Vehirshanu, Zadnu, Jamásnu, Tafalnu shéker, Iaatznu ra, Kizavnu, Latznu, Maradnu, Niatznu, Sararnu, Avinu, Pashanu, Tzararnu, Kishinu óref, Rashanu, Shijatnu, Tiavnu, Tainu, Tiatanu”.

Ashámnu:

Hemos sido culpables, como está escrito en Hoshéa 5:“Volveré luego a mi morada, hasta que reconozcan su culpa.”

De la palabra ashmá (culpa).

El Rambán explicó que la palabra ashmá proviene a su vez de shemamá (vacío, desierto, desolación), pues el alma merecería quedarse así por todos los pecados cometidos.

Bagádnu:

De la palabra beguidá (traición).

Traicionamos al Santo – bendito es Él, pues a pesar de que Él nos dió todo lo que necesitamos para seguir viviendo, nosotros no le devolvimos nada a cambio del bien que recibimos; y también traicionamos a nuestros compañeros y amigos.

 También se incluye aquí haber hecho una bendición en vano o innecesaria, o una bendición sin una intención apropiada.

Gazalnu:

De la palabra guézel (robo).

Tomamos cosas sin pedir permiso o sin pagar por su valor.

Robamos el tiempo de descanso de nuestros compañeros al despertarlos.

Incluso también el hecho de tomar cosas de nuestros padres sin su consentimiento.

Dibarnu dofi:

Hablamos con maldad.

La palabra dofi también puede ser interpretada como si proviniera de las palabras du pe (dos bocas), y es como si dijéramos que hemos hablado falsamente y con doble sentido, como si tuviéramos una boca junto a los labios (lo que decimos) y otra junto al corazón (lo que pensamos).

Hablamos en forma no clara – causando malentendidos entre las personas.

Decimos cosas sin sentido; hablamos mal de nuestros compañeros causándoles daños materiales, físicos y emocionales. Mentimos; engañamos; fuimos desvergonzados; hablamos sobre cosas prohibidas en Shabat y fiestas.

Tal como está escrito en Malají 3:13 Ustedes profieren insolencias contra mí —dice El Eterno, Y encima preguntan: “¿Qué insolencias hemos dicho contra ti?”  Jazkú alái dibréjem amar Adonai, veamártem má nidbárnu aléja?

Heevínu:

De la palabra ivut (deformación de lo que era recto). Provocamos que lo que era recto se deforme.

También se incurre en él cuando hacemos a una persona transgredir (majti et javeró), o cuando se hace avergonzar al prójimo en público.

Vehirshánu:

De la palabra rashá (malvado). Provocamos que otros sean malvados.

Zádnu:

De la palabra zadón (a propósito). Pecamos con intención.

Jamásnu:

De la palabra jamás. Este término significa apropiarse de algo de una manera incorrecta o que hemos sido violentos.

Por ejemplo: si a pesar de que alguien pagó por algún objeto determinado lo que realmente valía, o incluso más de su valor, pero su dueño no deseaba venderlo y esa persona lo obligó a vendérselo, eso se llama jamás.

Tafalnu shéker:

Nos juntamos con la mentira. Nos relacionamos con gente malvada, con mentirosos y engañadores. El hecho de juntarse con esa clase de gente es un pecado, por la mala influencia que podemos recibir de ellos. Ejemplo de esto está en Yejezkel 13:8   “A causa de sus palabras falsas y visiones mentirosas, aquí estoy contra ustedes. Lo afirma el Eterno, El Todopoderoso.”

Iaátznu ra:

Dimos malos consejos. Pueden ser financieros o de cualquier tipo, que resulten en la vergüenza pública de aquél a quien se le dio ese consejo.

Kizávnu:

Mentimos. Mentimos con o sin necesidad. La severidad de este acto está documentado con las siguientes palabras de la Torá: “El mentiroso nunca podrá presentarse delante de Mi”.

Latznu:

De la palabra latzón (burla).

Nos hemos burlado de las cosas que deberíamos haberlas tomado en serio. Otro ejemplo está dado por shaatnéz, es decir, combinar vestidos de lana y lino.

Marádnu:

De la palabra méred (revolución).

Hay quien transgrede un mandamiento o no cumple algo, porque su iétzer hará (instinto del mal) se apoderó de él en ese momento y él peca para satisfacer sus deseos de placer, pero aquel que se revela hace algo mucho más grave, pues no sólo que transgredió una prohibición, sino que lo hizo porque no cree en esa prohibición. La rebelión también está dada cuando no creemos en lo que significa una mitzvá determinada.

Niátznu:

Provocamos a Adonai. Mediante nuestros pecados hemos provocado Su enojo, como está escrito:   “Y El Eterno vio y se llenó de enojo con sus hijos e hijas. ¡Ay del sirviente que hace enojar a su Amo”!

Saraánu:

Del verbo lasur (desviarse). Nos desviamos,  y nos apartamos del camino de Adonai al no cumplir con Su voluntad; hemos sido desobedientes.

Avínu:

Hicimos cosas malas, con intención, para satisfacer nuestros deseos.

Pashánu:

Nos revelamos, hemos sido transgresores.

No quisimos reconocer la verdad de la Torá y no quisimos cumplir con las mitzvot, puesto que el que se revela, reniega del judaísmo.

Tzarárnu:

Hicimos cosas malas en contra de nuestros compañeros: está escrito:  “un espíritu de persecución bajo sus alas”

Kishínu óref:

Endurecimos nuestra nuca (Duros de cérviz).

Fuimos tercos y a pesar de que entendimos que somos castigados por Adonai por haber transgredido Su palabra, no nos arrepentimos y quisimos entender que todo es por casualidad y no por la Providencia Divina.

Rashánu:

De la palabra rashá (malvado).

Hemos hecho acciones por las cuales somos considerados malvados, por ejemplo: golpeamos a nuestro prójimo, robamos públicamente o en oculto.

Shijátnu:

Nos hemos corrompido.

Hemos sido corruptos a través de la idolatría y todo lo relacionado con relaciones prohibidas o acciones inmorales.

Nos enojamos y nos privamos de dar tzedaká (caridad).

Tiávnu:

Hemos hecho cosas que nos hicieron abominables. Cometimos abominaciones, idolatría, comimos cosas prohibidas, tal como está escrito: “No traerás abominación a tu casa”

Taínu:

Nos descarriamos del camino, hemos permitido que otra persona se salga del sendero de las buenas acciones, o no hemos permitido que alguien haga teshuvá.

Tiatánu:  

Hemos actuado a nuestro libre albedrío; provocamos que nos hayas abandonado (a causa de nuestros pecados).

Sárnu:

Nos hemos alejado de Tus Mitzvot.

Fin de la sexta parte

Continuará…

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