Dispensaciones
Uno de nuestros lectores nos formula la siguiente pregunta: ¿Qué opinión tiene el judaísmo sobre las dispensaciones? ¿Son válidas o son invento del cristianismo?
Para resolver esta inquietud trataremos de dar una definición de que son las dispensaciones.
Dispensaciones proviene, de la palabra griega oikonimia que significa administración o mayordomía de una casa y compuesta de dos partes: OIKOS = casa, 2 NOMOS = ley.
La mayordomía, en el hebreo moderno se denomina sadranut: es decir literalmente, manteniendo el orden, y mayordomo es el sadrán o sar meshkan, pero, en la Torá, en hebreo, la palabra mayordomo está mencionada como Ben Meshek en el siguiente pasaje: Bereshit 15:2 Vayomer Avram Adonai Elohim ma titén li veanojí holéj arirí ubén méshek beití hu Damesek Eliézer.
El diccionario de más rápido acceso hoy en día que es wikipedia ® nos da la siguiente definición: Dentro del mundo evangélico, se le llama también dispensación o dispensaciones a cada uno de los períodos de la historia en que se ha propuesto una forma diferente de acercamiento a la divinidad.
Nos continúa diciendo que hay siete dispensaciones
- Inocencia: En el Edén, hasta el momento en que Adam y Eva fallaron al comer del fruto prohibido.
- Conciencia: Desde lo que la iglesia llama la caída hasta Noé, basado en que el ser humano tuvo la posibilidad de controlar libremente sus decisiones sobre la base de lo que su consciencia le indicaba.
- Gobierno Humano: Desde Noé hasta Abraham.
- Promesa: Desde Abraham, porque Dios lo escogió para ser el padre de la fe y le prometió que en él serían benditas todas las naciones de la tierra, hasta Moisés.
- Ley: Desde Moisés a Jesús, en la que el ser humano sólo podría acercarse a Dios a través del cumplimiento de la ley mosaica.
- Gracia: Sólo al reconocer nuestra incapacidad de lograr algo bueno (consciencia de pecado) podemos reconocer que es Jesús el único mediador entre Dios y los seres humanos «porque no hay otro nombre debajo del cielo en quien podamos ser salvos».
- Reino Milenial: Al fin de los tiempos surgirá un período de 1000 años en los cuales Jesús reinará en la tierra. Será una época de esplendor sin precedentes. Al finalizar este tiempo, Satanás será liberado con el objetivo de probar por última vez la fe del ser humano. Tras este período se acabará el tiempo y surgirá una nueva tierra y un cielo nuevo, ya que todo lo conocido será destruido.
Siguiendo el orden de las cosas y pensando en el término mayordomía debemos considerar un aspecto fundamental: para que esto exista, debe haber una casa, un dueño de la casa y un mayordomo; ¿Cuál es la casa?
1.- Por lo general las dispensaciones hablan de la casa material (mas no de casa espiritual) y para ello encontramos muchas referencias en la Torá: sólo por mencionar dos, la primera, la encontramos en Tehilim / Salmo 24:1. De Adonai es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan.
Y la segunda la encontramos en Shemot / Éxodo 25:8: Y ellos me harán un lugar santo, y yo habitaré en medio de ellos.
2.- ¿Cual es El dueño de la casa, desde el punto de vista que plantea el término de mayordomía? Por supuesto, es El Todopoderoso
3.- El Mayordomo, entonces, es el ser humano, quien tiene que cuidar de la casa y obedecer las reglas que le impone el “dueño del lugar;” estas reglas, para el judaísmo, están dadas a través de las mitzvot, jukim y mishpatim.
Pero: ¿qué hacen las dispensaciones? Cuantificar los períodos bíblicos de acuerdo a cierto patrón de semejanza en el comportamiento de El Eterno para con el hombre y eliminan las mittzvot, los jukim y los mishpatim: ¿Cómo? Comparándolo con la actitud que tiene un padre estricto, quien impone unas normas a sus hijos, con el “inconveniente” que, a medida que ellos van creciendo, el padre tiende a modificar algunas de ellas, y esto lo podemos apreciar, por ejemplo, con el tiempo de permanencia en la calle y la hora de acostarse a dormir.
¿En qué circunstancias lo han hecho notorio las dispensaciones? Por ejemplo con respecto a la posición de tener una “morada terrenal” diciendo que, en un principio, hubo un tabernáculo, donde reposaba la presencia divina; luego un templo, donde en el lugar Santísimo, los Cohanim podían interactuar con El Todopoderoso, en momentos específicos y, por último, con la presencia de Jesús en la tierra, cumpliendo el deseo de vivir entre “sus hijos”. También hacen énfasis en los cambios alimentarios del pueblo judío aduciendo que, con la llegada de Jesús, no hay limitación en lo que se puede comer, eliminando la categoría de los alimentos impuros (No Kosher).
¿Qué opina el judaísmo acerca de ello entonces?
En pocas palabras se puede resumir en los siguientes puntos:
1.- El Eterno es uno solo, su palabra es una sola inmodificable con el tiempo, tal como dice en Malaquías 3:6: Porque yo, Adonai, no cambio; por esto, hijos de Yaakov, no habéis sido consumidos. Esto lo vendría a confirmar en el Nuevo Testamento con las palabras de Santiago quien dice (En la versión Reina Valera de 1995) Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variación.
2.- La CASA: Si bien el Tabernáculo (Mishkan) y El Templo (Bet Mikdash) han sido mencionados en la Torá como “la residencia terrenal” del Eterno, en el judaísmo cada individuo per se, es un templo donde Adonai también reside, por lo cual el judío, con la observancia de las medidas del kashrut, ayuda a conservar su propio templo; y por último, el judío sabe que su paso por la tierra es por un período muy corto de tiempo por lo cual busca cumplir con aquellos conceptos que lo lleven al Olam Habá (El mundo por venir) donde su “situación general” va a ser mucho mejor que la terrenal y, por supuesto, que su comportamiento acorte el tiempo de la llegada del Mashíaj.
3.-Las Mitzvot se ajustan con el tiempo, aunque para muchos judíos esto parezca absurdo porque hay quienes lo llevan a los extremos: ejemplo: No encender fuego en Shabat, se ha trasladado a no encender las luces eléctricas ni nada que equivalga a encender fuego, como el encendido de un automóvil, y no utilizar un elevador.
El judaísmo tiene muchas “corrientes” morales, religiosas y aún políticas, como las hubo en la época de Jesús, los llamados Fariseos, Saduceos y Esenios: Los Levitas, Los Cohanim; Los Ashkenazim, (y un brazo de estos llamados “los alemanes”), los Sefaradim, los Mizrajim, los falasha, Los Haredim (entre los cuales están los jasidim y otros más), los ultra-ortodoxos, y los seculares, los reformistas, los Tanaim, los Jajamim, los místicos y los cabalistas, etc. (Setenta caras tiene la tora dice el talmud), pero a todos ellos están unidos por las halajot… Entre subgrupos “no tan reconocidos” quedarían los Karaitas o seguidores sólo de la Torá oral, pero ninguno de ellos ha “estratificado” la Torá en las etapas según el comportamiento de El Eterno para con el hombre: a grandes rasgos, si hay algunos tipos de “estratificación” por ejemplo, en la forma como fueron repartidas las leyes, en Noájidas y las del pueblo de Israel, y otra estratificación consistente en la era pre-mesiánica, la era mesiánica y la post-mesiánica. Es muy fácil que entre tantos grupos haya cualquier cantidad de ideas pero no con la clasificación dispensacionalista, porque “por más alterado y enojado” que esté El Eterno con Israel, fue, es y será su hijo, o su “creación favorita”… Entonces nos preguntamos: ¿Cómo puede el judaísmo hacer separación entre “la iglesia” (eklesia en griego o kehila en hebreo) y e Israel? Siendo este, es uno de los principios del dispensacionalismo.
¿Cómo puede el judaísmo estar de acuerdo con las dispensaciones, si ellas mencionan a Jesús como el Redentor, mientras que el judaísmo está aun esperando al Mashíaj?
¿Cómo puede el judaísmo estar de acuerdo con las dispensaciones o haberlas creado, cuando ellas están “permitiendo” la eliminación de las medidas sanitarias de los alimentos? (Aunque existen en el mundo muchísimos judíos que comen cerdo, camarones, etc)
Por último, la mayoría de las fuentes consultadas refieren que las dispensaciones fueron generadas por el movimiento dispensacional originado en Dublín en los primeros años del siglo 19 de la Era Común y diseminado posteriormente por las iglesias: presbiteriana, anglicana, evangélica y en parte por la bautista, por lo tanto se consideran como “conceptos nuevos” que no hacen parte de la Torá Oral ni escrita, ni en la época pre-Talmúdica ni la Post – Talmúdica.
Esperamos haber resuelto la inquietud de nuestro lector y de paso, de todos aquellos que pudieran tener una duda al respecto
27 de Marzo de 2013 – 16 de Nissan de 5773