Un Poema
La controversia de Persia…
Cuando la historia comienza con un “vaiehí”,
seguro no se augura buenas nuevas para mí
si bien con parte del pueblo a Israel alegre volví
todos mis antiguos yerros aún no revertí
y caí en manos de Ajashverosh y de Vashtí.
Bajo el régimen de este dictador poderoso
rey de Persia, un imperio que cual un oso
dilapida vorazmente, déspota y monstruoso
vive en un palacio opulento y por cierto fastuoso
soberbio, rapaz, cruel, cambiante y engañoso.
Preocupado por palabras de Irmiahu el profeta
calculó que muy pronto el Galut se completa
no sea que bajo su reino la Geulá sea concreta
contaba los días ansioso y en forma secreta.
Cuando vio superada la predicción molesta
suspiró con alivio por su pesadilla impuesta
así el rey decidió organizar su majestuosa fiesta
pregonando que a él no le importa la plata que cuesta.
A la población de Shushán mandó convocar
incluidos los judíos para el pecado incitar
con vino fino y exquisiteces, exigió agasajar
desde el alto noble al plebeyo vulgar.
Pero lo más triste de toda esta convocatoria
especialmente para aquellos que tenían memoria
fue su desprecio al Templo en forma notoria
¡sus utensilios sean empleados en esta vil maniobra!
Los judíos estaban frente a un grave dilema
desde siempre en la diáspora un mismo problema
y en este caso bajo aquella presión extrema
concurrieron aceptando la terrible anatema.
Al final de la fiesta, en Shabat, el rey embriagado
decidió llamar a Vashtí para que esté ella a su lado
y mostrando su belleza, él sea ante todos adulado
y así hacer olvidar su oscuro ayer muy bajo valorado.
No pudo convencer a la reina malvada
que sintió su propia estirpe ultrajada
de repente con lepra se vio contagiada
y con insultos y burlas respondió acalorada.
El rey humillado llamó a los Sabios de la Torá
que respondieron que en Galut no tienen Nevuá
preso de su ira por su incontenible Ga’avá
de sus siete ministros, pues, requirió ideas, el rashá.
Vashtí recibió una terrible condena
se redactó un decreto que anunciaba su pena
¡que no se repita en cada hogar la bochornosa escena!
¡será reemplazada por otra reina en hora buena!
Al despertar más sobrio al día siguiente
se arrepintió de lo hecho profundamente
a un concurso anunció inmediatamente
y que toda bella doncella ante él se presente.
Entre los judíos era Mordejai, el justo y anciano
maestro de niños, y también honorable cortesano
del Sanhedrín de otrora, valioso miembro veterano
y de Shaúl, el rey de Israel, un descendiente lejano.
Protegía a Esther, su prima hermana
que no la lleven a la corte pagana
era, de ella, tutor desde edad temprana
pero sorprendida, la secuestraron de mala gana.
Pobre muchacha, celosa de su castidad
hechizaba a todos con su gran bondad
y solo por ella, el rey sintió debilidad
Sin embargo, ella calló su identidad
guardó su secreto con responsabilidad
y cuidó aun más su espiritualidad.
Mordejai, intranquilo, velaba por su bienestar
y los pórticos del palacio solía frecuentar
desde ese sitio, Providencial, se pudo enterar
que dos sediciosos al monarca querían matar.
Fue así que se escribió en los anales reales,
pero de merecido premio ni hubo señales
es la Salvación de D”s que se adelanta a los males
en este mundo no hay errores ni casualidades
todo lo que ocurre siempre responde a causales.
Pasaron los años, y ascendió el malvado Hamán
ególatra, exigía honores de todos con gran afán
quienes su ejemplo soberbio imitarán
aprendan cómo terminó él y su nefasto plan.
Por orden del rey, se le inclinaban todos
pero Mordejai se negaba de todos modos
lo increparon y amenazaron contrariados
y a Hamán lo delataron estos malvados.
Puesto que aquel lo hacía por su religión
decidió Hamán vengarse de toda su nación
y para elegir la fecha de su ejecución
dejó a las suertes su adivinación.
Creyó que el 13 de Adar le salió arbitrario
pero D”s mucho antes ya fijó el calendario
pedir permiso al rey entendió necesario
agregando una gran suma, pues era millonario.
Dijo: “Estos judíos están desunidos
no cumplen Mitzvot, pues están adormecidos
son vagos, perezosos y entumecidos
y a su D”s ya no le importa, está envejecido.
Ajashverosh agradeció la idea brillante
renunció a la suma de dinero exorbitante
su anillo entregó y se convirtió en firmante (¿y accedió al instante?)
co-responsable de un decreto tan aberrante.
Mordejai se enteró y a la plaza marchó
frente al palacio real su ropa desgarró
desafió en público los códigos, lloró y gritó.
La reina cuando de esta conducta se enteró
una muda de ropa limpia a él le envió
pero Mordejai no aceptó y al emisario indicó
que su pueblo en la trampa de Amalek se hundió.
Que la reina vaya al rey de inmediato
y que responda ante el infame alegato
que exponía a su pueblo al asesinato
para que anule el decreto vil e insensato.
“Ir así, sin que me llame, es muy peligroso
de no ser llamado el acceso es tan riguroso
y de no ofrecer su cetro en talante generoso
el fin de quien entre será muy doloroso”.
“No creas que estás a salvo en tu palacio
quién sabe si no es por esto que cubres este espacio
D”s espera de tí un gran sacrificio
llegó el momento de romper tu silencio”.
“Pues ayunen y recen todos por mi estos tres días
y hagan Teshuvá de los pecados y las rebeldías
reemplacen por modestia las altanerías
y que HaShem vea y se apiade por las agonías”.
Si bien era Pesaj, todo judío cumplió
y la Mitzvá de Matzá ese año omitió
con sus súplicas el propio Cielo estremeció
y HaShem, en las Alturas, el decreto anuló.
Al tercer día, se aprestó Esther
Vestida de reina a Ajashverosh fue a ver
sin la certeza aún de poder merecer
que a su querido pueblo logre socorrer.
Al divisar a la reina, al rey le dio pena
al extenderle su cetro, ella dijo serena:
“Invito a Su Majestad que venga a la cena,
Y si viene Hamán será más completa y amena”.
“Cenar contigo será un placer
y tus pedidos he de satisfacer
hasta medio reino te puedo ofrecer
sólo el Bet haMikdash jamás podrá ser”.
Sentados, comiendo, el rey volvió a insistir
pero prefirió Esther la invitación repetir
orgulloso Hamán por tal cena compartir
estalló de ira al Mordejai advertir.
“Vé al jardín y prepara una gran horca”
sugirieron amigos, y su esposa, muy oronda
“pide permiso de tu amigo, el tonto monarca
Casi es tuyo el trono que tanto te importa”.
El rey en su aposento no podía dormir
la conducta de Esther quería dirimir
la presencia de Hamán no podía digerir
¡¿será que entre ambos lo querrán destituir?!
El libro de su historia solicitó
y allí el nombre Mordejai apareció
y en ese momento se le recordó
que a aquel buen hombre nunca agradeció.
Afuera los pasos de Hamán impaciente
– nada sucede por mero accidente –
Ajashverosh preguntó, pues, a su confidente
cómo premiar al mejor de toda la gente.
Pensando solo en sí indecentemente,
Hamán pidió la corona inmediatamente
y ser paseado portándola abiertamente.
“¡Pues lleva de inmediato a Mordejai el judío!”
“¡¿pero no será ese – justo ese que es enemigo mío?!”
“¡Así es!” – respondió el rey en un estilo muy frío.
Y así se humilló Hamán frente a todo el gentío
Ya de vuelta en casa, sintió de todos el vacío
¡Se dieron vuelta las cosas al traicionero bravío!
Nuevamente a comer los tres al palacio
el rey a la reina le mostró su aprecio
Esther respondió y denunció el artificio
señaló a Hamán, trepador y asesino de oficio
quien a ella y a su pueblo mataría con su truco sucio
y que al imperio le causarían un enorme perjuicio.
Abrumado y sorprendido por la revelación
negó el ruego de clemencia y absolución
y con Jarvoná subrayando la confabulación
a Hamán mandó a la horca de su propia creación.
A Mordejai lo nombró sobre su ministerio
y nuevas misivas envió a todo el imperio
permitiendo a los judíos defenderse a criterio
posicionándolos contra todo adversario.
Los Iehudim adentraron la Ieshuá
y revalidaron su apego a la Torá
en el Cielo confirmaron lo que hicieron acá
el Iom Tov reforzaron con más Simjá
sintieron el privilegio de poseer Brit Milá
y Tefilín cumplieron con más Ahavá
Finalmente el 13 de Adar llegó
y por su vida el pueblo por doquier luchó
Hashem su victoria les aseguró
y a los hijos de Hamán el perverso entregó
Esther pidió para la posteridad
que el Sanhedrín le dé legitimidad
por la Teshuvá que hicieron con sinceridad
y la ayuda que recibieron en su necesidad
Se celebre Purim el 14 por la eternidad,
en cambio el 15 de Adar en toda aquella ciudad
que esté amurallada desde la antigüedad
como Ierushalaim – por su singular cualidad.
Mishloaj Manot envíen en señal de hermandad
y a los pobres regalos en fraternal solidaridad.
tras el disfraz de la historia vean Quién está de verdad
agradezcan por siempre a la Única Autoridad
Quién una vez más nos rescató con Su bondad.
Purim Sameaj!