Los diez mandamientos (del siglo 21)
Primera Parte
Nos preguntamos, si Moshé viviera hoy, en nuestros días y tuviera que reeditar las dos tablas de La Ley, con los diez mandamientos, ¿Cuáles podrían ser ellos?
1.- Yo soy el Señor tu Dios …
Hoy en día nos encontramos en una época donde todo es relativo; donde la religión ha perdido mucho su influencia espiritual y la gente prefiere caminar por el sendero del laicismo cultural. Aquello que se conocía como pecado y maldad, ha cambiado de significado, por el hecho que ya no se habla de verdades absolutas.
Lo que escribe Isaías en el versículo 59:1-2 que dice: He aquí que no se ha acortado la mano de Adonai para salvar, ni se ha endurecido su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios y vuestros pecados han hecho que oculte de vosotros su rostro para no oíros. Esto se ha transformado en una realidad, las personas cada vez son menos espirituales, más materialistas, más individualistas, más homocéntricas y hay menos tiempo para El Eterno
Es por ello que «Yo soy el Señor tu Dios» es el número uno en la lista de los diez mandamientos (del siglo 21)
2. No tendrás otros dioses delante de mí…
En el siglo 21 nos hemos convertido en adoradores de dioses falsos porque Idolatramos la riqueza de la gente, su poderío, su influencia sobre los demás, su manera de vestir hablar y actuar, su estado físico y nos inventamos también ídolos basados en experiencias y lo que la magia del cine nos trae: eso nos lleva a buscar otras metas, que, cuando no las vemos satisfechas, quedamos espiritualmente insatisfechos.
Cuando comparamos nuestros sueldos, con aquellos titanes de Wall Street, las estrellas del mundo del deporte y de las famosas figuras del espectáculo y al ver que no podemos lograr pretensiones semejantes a las de ellos, no podemos menos que sentirnos insatisfechos. Creer entonces en El Eterno, nos obliga a rechazar todos los falsos dioses de nuestra sociedad, que sólo buscan acallar la voz de nuestra conciencia y de la agitación de nuestra alma y es por ello que se constituye en el segundo de los diez mandamientos del siglo 21
3. No tomarás el nombre de Adonai, en vano;
Este es quizás el mandamiento más atropellado de todos, ya que, muchos de los eventos trágicos, son perpetrados en nombre de Dios. El Jihad o guerra santa, es tan solo una pequeña muestra de ello, como lo son también los actos perpetuados por grupos de la mafia, quienes se encomiendan a Dios, antes de realizar algún acto criminal. Son múltiples los delitos que a diario ocurren, todos apoyados en que tienen la Bendición de Dios.
Ninguna persona fallecida, ningún tipo de derramamiento de sangre inocente puede ser justificada, en el siglo 21, en nombre del fanatismo religioso.
El todopoderoso nos ha dejado unas indicaciones, en términos muy claros, para que nunca hagamos mal uso de su nombre para el mal o para justificar la maldad… y es por ello que este es el tercero de los diez mandamientos del siglo 21.
4. Acuérdate del sábado para honrarlo y santificarlo
Trabajamos, estudiamos y estamos muy ocupados durante los primeros seis días de la semana, y todo relacionado con los diferentes aspectos que tienen que ver con el mundo que nos rodea. Dicen algunos estudiosos que, cada uno de estos días se relaciona con una dirección: El Oriente, El Occidente, El Norte, El Sur, El encima y el abajo. El séptimo día nos permite mirar hacia nosotros mismos, a contemplarnos, a volcarnos hacia nosotros mismos; es un día para ser ocupados con nuestra privacidad.
Dice Shemot Éxodo 31:15 «Durante seis días se trabajará, pero el séptimo día será día de completo reposo, santo al Eterno. Cualquiera que haga obra alguna en el día de reposo morirá irremisiblemente.
Durante esos seis días, damos énfasis a nuestros cuerpos. El séptimo día pertenece a nuestras almas.
El sábado, un día dedicado a una visión más elevada de nuestro verdadero ser como buscadores de la contemplación y la unión con Dios, nos permite realizar el propósito de todos nuestros esfuerzos.
Volvemos y encontramos otra cita: está en Devarim /Deuteronomio 5:14 donde dice: más el séptimo día es día de reposo para el SEÑOR: no harás en él ningún trabajo, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni el forastero que está contigo, para que tu siervo y tu sierva también descansen como tú.
Con esta orden nos damos cuenta que esta invitación o dedicación, se convierte en obligatoria, del mismo modo como lo hacemos para el trabajo y nuestras ocupaciones cotidianas. El séptimo día, el Shabat, no sólo nos invita a reencontrarnos con El Creador, sino también con nosotros mismos.
5.- Honra a padre y madre
Encontramos en Shemot / Éxodo 20:12 el siguiente mandamiento: Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Adonai te da.
Todos sabemos que somos quienes somos, gracias a la combinación del material genético que aportó nuestro padre y nuestra madre; Los rabinos complementan esta información al explicarnos que, El Eterno compartió, con nuestros padres, el derecho de nuestra creación; por lo tanto, honrar a padre y a madre, es darle a Nuestro Creador, los méritos que le corresponden, por hacernos como somos.
Todas las religiones apuntan hacia la honra de padre y madre pero al revisar palabras de los escritos conocidos como Evangelios, Nuevo Testamento o Buenas Nuevas, encontramos la repetición del mandamiento descrito: Efesios 6:1-3: «Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.»
Aprender a respetar y honrar a padre y a madre, desde edades muy tempranas son las bases del respeto hacia las autoridades en el futuro: es por ello que este es el quinto de los diez mandamientos del siglo 21.
Continuará
02 de diciembre de 2013 – 29 de Kislev de 5774