VERDAD.
¿Estás diciendo la verdad?
Cuántas veces habremos dicho… ¡Estoy diciendo la verdad!
Sin embargo, si revisamos nuestras palabras, no siempre es esto “verdad”
Ejemplo:Vamos a un matrimonio y decimos… ¡Que linda que está la novia! En ese momento, esa expresión, ¿Es la verdad? ¿Es un cumplido?
En este momento podemos estar incurriendo en el concepto de Lashon Hara porque nos olvidamos que la verdad puede ser subjetiva (como el hecho que “la belleza está en el ojo que la mira”)
Vamos a otro ejemplo…
Nos acabamos de subir a la báscula y nos dió un resultado… que nos hace caer en cuenta que la dieta que estamos llevando, no nos ha dado el resultado que queríamos….
5 minutos después nos encontramos con alguien que nos dice…. Te ves un poco más gordo que antes… y le decimos; ¡Pero me acabo de pesar y estoy por debajo del peso de hace un mes!
Estamos diciendo la verdad?
Cuando un hombre quiere persuadir a su amigo a creer que ha hablado bien de él pero no ha hecho nada de eso.
¿Estamos diciendo la verdad?
A este respecto, nuestros rabinos enseñan que está prohibido inducir a error a otros, incluso si no son judíos.
Otro ejemplo: Prometimos hacer algo por nuestro prójimo y no cumplimos con la promesa hecha, por cualquier circunstancia.
¿Estamos diciendo la verdad?
Todo esto es para mostrarnos que está escrito: «El remanente de Israel no hará iniquidad, ni hablará mentiras, ni una lengua engañosa será hallada en su boca» [Zacarías 3:13].
También está escrito Lo tisa shema shav – No harás un falso testimonio. (Ex. 23:1)
O esta otra:
Midavar sheker tirjak – De un asunto falso, te alejarás. (Ex. 23:7)
Decir la verdad es un tema muy complejo: hay muchas reflexiones en la Torá, y en todos los libros que los eruditos han escrito, estudiado y analizado a través de los siglos, y todos coinciden en un aspecto: Decir la verdad, salva vidas.
Rambam, por ejemplo, es uno de los que dice que incluso, no se debe agregar ni quitar palabras a una aseveración o a una historia, aún que sea con el fin de “embellecer” con detalles, ello cambia el concepto de la verdad, y la puede alterar.
Esto dificultaría, por ejemplo, el trabajo de un abogado, que a veces necesita de un “amplio discurso” para ayudar a defender a un cliente, o para demostrar que es culpable de un hecho por el cual se le está juzgando.
La Torá y todos los escritos, nos hablan de una posibilidad para hacer una excepción a lo anterior: la llamamos “mentira piadosa”
La mentira piadosa está “autorizada” para conservar la paz, teniendo en cuenta que el Talmud describe, “Paz” es El Nombre del Señor (Shabat 10b, basado en Jueces 6:24), del mismo modo que lo es la palabra verdad (emet), teniendo en cuenta que esta última comienza con alef y termina con tav
Seamos pues cautelosos, hagamos lo correcto, digamos la verdad, utilizando la “mentira piadosa” si fuera necesario, pero con la debida cautela.
25 de Agosto de 2017 – 03 de Elul de 5777
Redactado para 321judaismo.com por Dr. Max Stroh K.
Un comentario