Simja Tora
El día siguiente a Shemini Atzeret es Simja Tora, que celebra la finalización – y nuevo comienzo – del ciclo anual de lectura de la Torá.
En la sinagoga, se sacan del Arca todos los rollos de Torá, y la congregación baila “siete circuitos” en medio de gran alegría y cantos.
En Israel, Simjat Tora se celebra el mismo día que Sheminí Atzeret.
SimjaTora es el día festivo más alegremente celebrado de todo el año.
Está señalado por siete procesiones alrededor de la sinagoga portando todos los rollos de la Torá. Tantos fieles como sea posible tienen la oportunidad de llevar en sus brazos el rollo de la Torá.
Es costumbre proporcionar a los niños banderas especiales o estandartes, y a veces rollos de la Torá en miniatura, para que se unan a la procesión.
Durante la procesión se acostumbra entonar himnos religiosos o litúrgicos, así como ejecutar animadas danzas de grupo con los rollos de la Torá.
El tipo de severo decoro asociado generalmente con los servicios religiosos, se abandona completamente en esta celebración.
¿Por qué tenemos dos festividades para la Torá – Shavuot y SimjaTora?
Si la festividad de Shavuot celebra el recibimiento de la Torá…
¿Por qué fue Simja Tora – que viene inmediatamente después de Sucot – elegido como el día para terminar y comenzar el ciclo de lectura de la Torá?
Más aún…
¿Por qué tenemos dos festividades para la Torá – Shavuot y Simja Tora?
Ambas son incluso celebradas de manera muy diferente. En Shavuot, nos quedamos despiertos toda la noche estudiando Torá. Y en Simja Tora, bailamos.
La necesidad de estas dos festividades ha sido explicada en una parábola que ha sido transmitida de generación en generación.
Comparemos con una anécdota
Una vez un rey emitió una proclamación.
Cualquiera de sus súbditos era bienvenido a postular para obtener la mano de su hija.
Con una condición: el candidato potencial no tenía permitido conocer o ver a su hija antes del matrimonio.
La proclamación causo un gran revuelo.
Pronto las tabernas locales estaban llenas de especulaciones y rumores.
«Yo escuché que es una verdadera bruja», dijo uno.
«Yo escuché que es sordo-muda», dijo otro.
«Yo estoy seguro de que ella es una imbécil», entonó un tercero.
Por todos lados volaban los rumores.
Finalmente, un judío simple y sincero habló. «Yo estoy dispuesto a casarme con ella. ¿Cuán terrible puede ser? Después de todo, ella es la hija del rey, y todos sabemos cuán grande es nuestro rey».
El rumor pronto se extendió y el candidato fue llevado al palacio.
Resultó ser que él fue el único que se ofreció. El rey aceptó la pareja y se fijó una fecha para la boda.
Después de la esplendida boda, el novio llevó a su novia a su nueva casa.
Ella se quitó su grueso velo, y él se deslumbró con su belleza.
Recordando los rumores de sus supuestos defectos, el novio decidió ponerla a prueba rigurosamente.
Comenzó a conversar con ella, la puso a prueba en carácter y refinamiento y se encontró placenteramente sorprendido. En todos los aspectos, ella se destacó más allá de sus mayores esperanzas y sueños.
Encantado, él hizo una esplendida fiesta para celebrar su buena suerte.
En la Torá
El rey en la parábola es Adonai.
Cuando Él quiso entregar la Torá, la ofreció a cada una de las naciones.
Todas las naciones la rechazaron, cada una alegando algún defecto en la Torá con el cual ellos no podrían vivir. Cuando El Eterno la ofreció a los judíos, ellos dijeron «Naasé Venishmá» – «Haremos, y luego entenderemos» (Shemot / Éxodo 24:7).
El Pueblo Judío aceptó la Torá sin haberla visto, ya que estaban agradecidos por todo lo que El Todopoderoso había hecho por ellos.
A pesar de que el Pueblo Judío aceptó completamente la Torá, ellos temieron una perdida.
Asumieron que las numerosas obligaciones que aparecen en la Torá los privarían de sus placeres y su libertad. Similarmente, el novio en la parábola se casó con la hija del rey, temiendo ser desilusionado en otras áreas.
Pero al estudiar los judíos la Torá y aplicar sus enseñanzas a sus vidas, ellos fueron placenteramente sorprendidos.
No sólo no tuvieron que renunciar a nada, sino que encontraron que la Torá maximizaba su placer en todo sentido.
Por lo tanto, al concluir la lectura de la Torá, cuando nuevamente hemos profundizado en sus enseñanzas por un año, hacemos una fiesta en SimjaTora.
Conclusiones…
En Shavuot, nos quedamos despiertos y estudiamos toda la noche para mostrar nuestra disposición y expectativa a recibir la Torá.
Debido a que es un agradecimiento intelectual, nos quedamos despiertos toda la noche estudiando Torá.
En Simja Tora, sin embargo, bailamos – expresando la alegría emocional del cuerpo.
Estamos demostrando que incluso nuestros cuerpos se han beneficiado enormemente al haber cumplido con la Torá.
Preguntémosle a cualquier persona que haya aumentado su observancia de la Torá y todos responderán de la misma manera.
Al principio, cada uno temía, de acuerdo a su propia naturaleza, que algún aspecto de la Torá fuera restrictivo.
Ya sea cumplir Shabat, cashrut, pureza familiar o las leyes del habla, cada uno encontró un área que puso a prueba su resolución. Sin embargo, ellos cumplieron la Torá sabiendo que ello es lo que tiene más sentido.
Y mientras crecieron en su judaísmo, encontraron que sus vidas mejoraron en todo aspecto.
Es con esta apreciación renovada que nos acercamos a Simja Tora.
Estamos llenos de gratitud y sobrecogimiento por el gran regalo que El Eterno nos ha conferido a nosotros con amor.
Terminado de elaborar el 21-09-10 o 13 de Tishrei 5771
Revisaado y editado el 09.08.18