Maoz Tzur – Segunda parte
Continuamos nuestra serie analizando a Maoz Tzur
Los cuatro exilios que hemos atravesado y que hemos sobrevivido gracias a la profecía, y que nos cuenta el poema son:
Babilonia
Luego de un período aproximado de 850 años de vida ininterrumpida en la tierra de Israel a partir de la conquista de Yehoshúa bin Nun (el sucesor de Moshé), los judíos sufrieron su primer exilio, en varias etapas:
La primera de ellas, cuando diez de las tribus de Israel fueron deportadas, algunas con rumbo desconocido.
Y la segunda de ellas fue la deportación realizada por el emperador asirio Sanjeriv conquistador de casi todas las ciudades del reino del sur excepto Jerusalém,
Esto, gracias a un milagro que el Eterno le realiza al rey Jizkiyáhu por haber restituido el estudio de la Torá y haber erradicado todo vestigio de idolatría, en su época.
Posteriormente el rey Nevujadnetzar (Nabucodonosor de Babilonia – los caldeos).
El conquistó la tierra de Israel, realizó una tercera etapa, desterrando a Babilonia solamente a los jóvenes más sabios…
Quienes representaban el futuro intelectual y moral del pueblo.
Pensando que de esa manera, se le ocurrió que despojaría a los judíos de su liderazgo constituido por esta élite
Y ellos serían quienes se asimilarían rápidamente al estilo y forma de vida de Babilonia.
Nos cuentan nuestros sabios, a través de muchas historias que, estos jóvenes, prefirieron ofrendar su vida antes que perder su adhesión a las leyes de la Torá.
Entre los más conocidos estuvieron Jananiá, Mishael y Azariá que no probaron bocado alguno en la corte de Nevujadnetzar…
Lo desafiaron públicamente negándose a arrodillarse ante la imagen que había erigido.
Otro muy famoso
Otro muy famoso, en otro período, es el profeta Daniel que interpretó los sueños a Nevujadnetzar.
Cuando fue decretado que no se debía orar a ninguna adoración, siguió rezando con las ventanas abiertas hacia Jerusalém.
Esto le costó ser arrojado a la fosa de los leones salvándose milagrosamente gracias a la ayuda de Adonai.
Por estos momentos contamos todavía con un fuerte lazo espiritual, en el cual, los judíos prometieron recordar siempre a su patria, con las siguientes declaraciones:
Si me olvidare de ti, oh Jerusalém, mi diestra sea olvidada. Mi lengua se pegue a mi paladar, si no ensalzare a Jerusalém como preferente asunto de mi alegría. (Tehilim/ Salmos 137:5-6).
Jag Janucat Sameaj
Continuará: tercera parte Exilio Babilonia- Persia – Asiria
Redactado por 321judaismo.com
22 de Kislev de 5772 – 18 de diciembre de 2011
Editado 08 de noviembre de 2018 – 30 de Jeshvan 5779
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