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Paciencia en el Judaismo

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Paciencia en el Judaismo

La Paciencia en el Judaísmo.

Paciencia es una de las palabras que más es usada en Israel: en hebreo se dice Sablanut.

Pero a la vez,paciencia, es quizás la palabra menos comprendida en el mundo entero

Pero, ¿Qué significa la palabra Paciencia?

¿Y qué es la paciencia en el judaísmo?

Hay muchas interpretaciones

Paciencia es:

–          Capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse.

–          Calma o tranquilidad para esperar

–          Calma para hacer trabajos minuciosos o entretenidos.

–          La capacidad que posee un sujeto para tolerar, atravesar o soportar una determinada situación sin experimentar nerviosismo ni perder la calma.

–          Representa la facultad de aprender a aguardar por alguien o algo sin perturbarse durante la espera

–          Capacidad de llevar a cabo diferentes planes o tareas sin permitir que la ansiedad arruine el objetivo

–          Capacidad de un ser humano que no puede ser comparada con la falta de compromiso frente a la vida y los obstáculos propios de la realidad humana.

Paciencia en el judaísmo:

En la Torá hay varios versículos que nos hablan de la paciencia; entre ellos están:

–          Salmo /Tehilim 37:7: Guarda silencio ante Adonai, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.

–          Isaías 40:30-31 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan en El Eterno tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

–          Tehilim / Salmo 40:1 Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

Y el que más demuestra que es la paciencia:

Job y la paciencia

–          Job 42:10-17  Después de haber orado Job por sus amigos, el Señor lo hizo prosperar de nuevo y le dio dos veces más de lo que antes tenía. Todos sus hermanos y hermanas, y todos los que antes lo habían conocido, fueron a su casa y celebraron con él un banquete. Lo animaron y lo consolaron por todas las calamidades que el Señor le había enviado, y cada uno de ellos le dio una moneda de plata y un anillo de oro.  

El Señor bendijo más los últimos años de Job que los primeros, pues llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. Tuvo también catorce hijos y tres hijas. A la primera de ellas le puso por nombre Paloma, a la segunda la llamó Canela, y a la tercera, Linda. No había en todo el país mujeres tan bellas como las hijas de Job. Su padre les dejó una herencia, lo mismo que a sus hermanos. Después de estos sucesos Job vivió ciento cuarenta años. Llegó a ver a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Disfrutó de una larga vida y murió en plena ancianidad.

¿Que nos enseña la Torá?

La Torá nos enseña a través de múltiples ejemplos que, tanto la paciencia y la fe son los rasgos más difíciles de adquirir…

Que, incluso después adquirirlos, son muy difíciles de mantener:  en todos los ámbitos de la vida humana – el matrimonio, los niños, las ocupaciones profesionales, negocios y el comercio, el gobierno y la política, la diplomacia y el conflicto…

La paciencia y la fe son las herramientas necesarias para lograr el éxito;

Este es un mensaje que El Todopoderoso ha tratado de inculcar a toda la nación de Israel a lo largo de todas sus generaciones y todas las circunstancias por las cuales  ha tenido que atravesar…

Sin embargo, muy pocos han logrado entender este mensaje.

Y entonces?

Si revisamos la vida de nuestros Patriarcas veremos fácilmente que tan pacientes y que tan poco exigentes que realmente ellos fueron.

Ellos nunca insistieron en soluciones «ahora» y sirvieron al Todopoderoso con humildad en su creencia inquebrantable en la validez de los compromisos que El Eterno tuvo para con ellos y con las futuras generaciones.

Hay una frase que nos refuerza lo anterior y lo encontramos en Mishle / proverbios 19:21: Muchos son los planes en el corazón del hombre, pero es el plan del Eterno es el que prevalece.

También nos enseña la Torá que, si alguien carece de la paciencia, la forma en que pueda percibir la raíz de un problema, es un factor clave y primordial en la forma en que se acercará a la búsqueda de una solución.

Mientras la impaciencia esté arraigada en nosotros, habrá muchos factores sobre los cuales uno no tiene control y esto no es la forma más eficaz y eficiente para encontrar una solución.

Alguna vez, el rabino Najman de Breslev le confesó a su gran discípulo, Rabí Natan, que:

  • si  yo no hubiera tenido paciencia…
  • si por algun motivo no hubiese confiado en el Plan del Eterno…
  • O si no hubiera aguantado todos esos momentos de abatimiento por los que tuvo que atravesar…
  • muy probablemente habría acabado siendo simplemente un vendedor ambulante.

También, alguna vez, alguna persona dijo:

La cantidad de paciencia es un factor dependiente del estado de ánimo y de tiempo;  las cosas nunca se verán igual cuando alguno de nosotros está presionado, a cuando se tiene tiempo de sobra.

Reflexión

Consideremos esta reflexión por un minuto: Caminando con sabiduría, ella nos hará sabios. Mishle  / Proverbios 13:20.

23-06-14 — 25 de Siván de 5774

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