Los diez Mandamientos del Siglo 21
Segunda Parte
6. No asesinarás
Igual que en el mandamiento anterior, vemos como a diario es asesinada mucha gente por el concepto de diferencias religiosas: talibanes shiitas, musulmanes en general, palestinos, mueren guiados bajo las órdenes de un odio racial y religioso: También los escuadrones de la muerte que actúan impunemente, hacen de lo suyo al acabar con la vida de muchas personas. La vida humana es considerada como sagrada, porque desde su comienzo, es El Todopoderoso es el creador de ella. – Solo El Santo, Bendito sea Su Nombre, es Señor y DUEÑO de la vida, desde el mismo momento en que empieza hasta que termina; nadie, en ninguna circunstancia, tiene derecho de asesinar a una persona. El asesinato está entonces prohibido,
Bajo dos mandatos adicionales esta la advertencia: El primero dice: De palabra falsa te alejarás; y al inocente y al justo no matarás, porque Yo no justificaré al malo. Midvar sheker tirkáj venakií vetzadik al taharog ki lo atzdik rashá.
El segundo dice: Y cierto es que pediré cuenta de vuestra sangre como de vuestra vida. Por parte de todo animal, le pediré cuenta, y por parte del hombre. Por parte de cada hombre (que mata) a su hermano, (compañero) pediré cuenta de la vida del hombre.
Veáj et dimjém lenafshotéijem edrósh miyad kol jayá edreshéinu umiyad haadám miyad ish ajív edrósh et néfesh haadám.
Uno de los eventos que más se recuerdan como asesinato por motivos raciales, fue la Segunda Guerra Mundial, en la cual, sólo los arios de pura sangre, tenían el derecho a vivir: la persistencia de este tipo de ideas xenofóbicas se constituye en una de las muchas amenazas latentes para la supervivencia de la civilización y es por ello que este es el sexto de los diez mandamientos del siglo 21
7. No cometerás adulterio
Encontramos una advertencia en el libro de Proverbios / Mishlé Aléjate de la adúltera; no te acerques a la puerta de su casa, para que no entregues a otros tu vigor, ni tus años a gente cruel;
La historia del hombre nos ha mostrado diferentes formas de vida sexual: la polígama, y la monógama: en esta última hubo etapas en las que no se permitía el divorcio y otras en las que si: Hubo momentos en los cuales las personas buscaban que su matrimonio durara para toda la vida y otras en las que era pasajero o temporal: en algunos de estos casos, se garantizaba la fidelidad entre los miembros de la pareja, pero, en la época actual, en la que la sociedad alienta y fomenta la promiscuidad y el cumplimiento de las fantasías sexuales, es donde más se necesita del séptimo de los diez mandamientos del siglo 21: No cometer adulterio: El matrimonio judío se basa en una serie de pasos que santifica la pareja, promueve su entendimiento, y busca, bajo todos los pretextos, evitar llegar al adulterio o facilitar el divorcio si esto se llegase a presentar.
8.- No robaras.
Por lo general, consideramos como robo, únicamente a la toma irrespetuosa de objetos o propiedades de otras personas, pero para la Torá, el TaNaJ y el Talmud, el robo es mucho más que eso, como puede ser el hacerle trampas a alguien o aun atrasarse en pagarle a alguien lo que se le debe, por ejemplo, como está escrito: No sustraerás fraudulentamente (el salario de) tu prójimo, ni le extorsionarás. El salario del jornalero no ha de quedar en tu poder hasta la mañana.
Lo taashók et reajá veló tigzól lo talín peulát sajír itjá ad boker..
Robamos también a otros, cuando no le damos o cancelamos, el valor total a cualquier tipo de trabajo que recibimos de otros… y cuando malgastamos el tiempo (Conocido en inglés como Time Theft), en hechos como llegar tarde a trabajar y salir antes de tiempo, «buscar incapacidades injustificadas sin estar enfermos» , ampliar injustificadamente los tiempos de descanso, demorar la realización de la tarea asignada, dedicarse a la lectura de novelas y revistas en el puesto de trabajo, » dedicar tiempo excesivo en llamadas telefónicas personales, etc »
Las agencias norteamericanas estiman en 70 mil millones de dólares al año las pérdidas por Time Theft…
Cualquier cosa que hagamos, debemos evitar robar para que así, en la medida de las posibilidades, evitemos caer en la tentación y cumplamos con el octavo de los diez mandamientos del siglo 21.
9. Evitarás el falso testimonio
El falso testimonio es una actividad delictiva que se produce cuando un sujeto, obligado a testificar ante una autoridad judicial, falta a la verdad en sus declaraciones en dicha causa judicial. La falsedad puede ser total o parcial, siempre que afecte sustancialmente a la verdad. Las declaraciones son usualmente verbales y por todos es conocido el poder de las palabras: ellas pueden sanar pero también pueden matar, herir y lastimar y ello es realizado, a diario por medio de la palabra dañina, la calumnia maliciosa, los rumores y chismes maliciosos hirientes.
Las palabras pueden destruir reputaciones. Ellas pueden matar amistades. Ellas pueden hacer daño con mayor severidad que la pena de prisión dictada por un juez en un tribunal de justicia.
El problema está en que, en nuestra cultura sea más valiosa y más importante el chisme, que otra forma de comunicación. Para la Torá, el falso testimonio, es castigado físicamente con la manifestación de una enfermedad similar a la lepra que obligaba, a los culpables de difamación, a ser castigados con medidas de aislamiento.
Recordemos una famosa frase de Eleonor Roosevelt: Las grandes mentes discuten ideas; las mentes medias discuten acontecimientos; pequeñas mentes discuten la gente.
Evitar el falso testimonio en cualquiera de sus formas o presentaciones, nos evita caer en el noveno de los diez mandamientos del siglo 21.
10. No codiciarás
El cumplimiento de este, el último mandamiento, es al cual nuestros sabios se refieren como el que se requiere, para llevarnos al más alto nivel de santidad, porque exige que no sólo que controlamos nuestras acciones y nuestra forma de hablar, sino que también nuestros propios pensamientos.
En la Torá lo encontramos escrito así: No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo.
La codicia es un defecto humano universal: cuando deseamos algo que hace parte de nuestras necesidades, si lo logramos, nos sentimos alegres; SIN EMBARGO, si lo que queremos es simplemente tener más que los demás, entonces estamos condenados a la decepción y al cada vez mayor insatisfacción, porque siempre habrá alguien que tiene algo más de lo que nosotros tenemos, por lo cual podemos despertar en nosotros un sentimiento de envidia que no nos permitirá estar contentos con lo que tenemos.
Lo podemos describir con la siguiente leyenda rusa: Un terrateniente le dice a un campesino: «Te voy a regalar todo el terreno que puedas recorrer en un día. Pero tienes que llegar aquí antes de que se haya puesto el sol». El campesino empezó a caminar. Pero pensó que si iba corriendo tendría más terreno. Se fue muy lejos, y al ver que se ponía el Sol corrió más aprisa y llegó cuando quedaba muy poco del Sol poniente. Pero el esfuerzo fue tan grande que cayó muerto. La tierra que le dieron fue dos metros cuadrados para su tumba.
Esto nos quiere enseñar que el que codicia nunca se dará cuenta de cuáles son sus límites y que, por supuesto, nunca habrá lo suficiente para satisfacerlo en su necesidad.
El cumplimiento de este, el décimo mandamiento del siglo 21, exige que se destierren muchas actitudes propias del ser humano y lo lleven a un terreno más espiritual. Cuando el profeta Natán quiso estimular el arrepentimiento del rey David, le contó la historia del pobre que sólo poseía una oveja, a la que trataba como una hija, y del rico que, a pesar de sus numerosos rebaños, envidiaba al primero y acabó por robarle la oveja…
Los diez mandamientos del Siglo 21 nos brindan una receta para vivir una vida tranquila y gratificante; por lo tanto, debemos aceptarlos como mandamientos, y no como sugerencias.
Redactado, investigado, recopilado, analizado y presentado como material de estudio por 321judaismo.com
03 de diciembre de 2013 – 30 de Kislev de 5774
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