Condiciones para una buena oración
¿Cuáles son las condiciones para una buena oración?
Este artículo nos va a definir por lo menos cuatro de ellas: liberarse de cargas pesadas, El arrepentimiento antes de la oración, el No hablar antes de la oración, y la concentración
Empecemos con una anécdota:
Mientras estudiaba en Europa, el Rabino Elya Lopian era parte de un grupo de estudios muy exclusivo. Cada día, su grupo se reunió con el propósito de examinar las acciones de los demás. Algunos de los miembros de este grupo más tarde se convirtieron en grandes personalidades de la Torá.
Un día, el Rabino Lopian dijo al grupo que ya no podía participar en sus reuniones exclusivas. Todos estaban sorprendidos porque el Rabino Elya, era uno de los miembros más justos y más dedicados. ¿Que había provocado este cambio?
Entre lágrimas, el Rabino confesó su transgresión a ellos. Una vez, durante el servicio de Maariv, pensó en si tendrían patatas para la cena. Después de haber pensado esto, durante la tefilá, se sintió tan avergonzado, que ya no se sentía digno de ser parte de este grupo de estudio y reflexión.
Por desgracia, lo que era una excepción para el Rabino Elya Lopian es algo muy común para la mayoría de nosotros. Es mucho más fácil para que nos centremos en lo que vamos a tener para la cena que en nuestra tefilá, y estamos satisfechos cuando somos capaces de alcanzar un nivel mínimo de concentración durante la tefilá.
Revisemos entonces las condiciones para una buena oración.
Liberarse de Cargas Pesadas
Sabemos que tener cualquier tipo de elementos en las manos, que no correspondan a los libros de oración, desvía la atención de la tefilá. Sin embargo se dice que, cuando uno tiene el objeto sobre los hombros, la perturbación, disminuye, porque aquel objeto está atado a la espalda, siempre y cuando el artículo no sea tan pesado y voluminoso que perturbe nuestra concentración, por lo cual es técnicamente y halájicamente permitido llevarlo durante la tefilá (Shulján Aruj 97:5).
El uso de una mochila, sin embargo, es considerado como un signo de falta de respeto. Se debe retirar antes de comenzar a orar.
En Israel, los soldados están obligados a llevar un arma. Cuando sea posible, un arma no debe ser llevada a la sinagoga, pero si hay necesidad de mantenerla a su lado, él debe tratar de deponer su arma durante la tefilá. Si por motivos de seguridad esto no es posible, se puede rezar con un arma alrededor del hombro, aunque sea pesada (Aruj Hashuljan 97,7)
Los teléfonos celulares y cualquiera de los dispositivos móviles que suenen o vibren, sin duda, perturban la concentración de todos en la sinagoga y, definitivamente, deben estar apagados (Responsa LeHorot Natan 11:9).
El arrepentimiento antes de la oración
A través del curso de la oración, nuestro Yetzer haRá estará constantemente luchando con nosotros para distraer nuestra atención. Como en cualquier guerra, el vencedor será generalmente el que se toma el tiempo para analizar su enemigo. Conocer al adversario permite un plan de estrategia que le puede derrotar con éxito.
Según el Zohar cada pecado crea una klipá, que es una barrera que impide la aceptación de nuestras tefillot. En este sentido, las transgresiones son una de las mayores causas de distracción. El intento de arrepentirse antes de comenzar a orar elimina estas barreras y permite que nuestras tefillot pasen las barreras que el Yetzer HaRá crea (Responsa Teshuvos V’Hanhagos 4,27).
Por esta razón, hay dos Berajot relativas a teshuvá, las cuales preceden a la mayor parte de la oración del Shemoneh esrei, que se compone de peticiones. Primero le pedimos a Hashem que Él nos ayude a regresar a Su Torá y luego que nos ayude a hacer teshuvá, y después, suplicamos por el perdón. Al pensar en la teshuvá mientras recitamos estas dos Berajot eliminamos muchas de las barreras que impiden a nuestras oraciones, que nos permite pedir con la mejor de las concentraciones.
Hablar antes de la oración
Un factor importante en el transcurso de la oración es la gran cantidad de pensamientos extraños que no sólo se atraviesan, sino que son persistentes en nuestras mentes. Por esta razón estamos obligados a tratar de despejar nuestras cabezas antes de la tefilá. Una vez que nuestras mentes están libres de estos disturbios, nos encontraremos en condiciones mucho más fáciles para rezar a Hashem.
El Sefer jasidim nos aconseja cómo minimizar dichos pensamientos invasivos. «Una persona no debe hablar con otra persona antes de orar» . «Es muy loable que una persona se comprometa a tener mucho cuidado de no hablar de asuntos mundanos desde el momento en que se despierta hasta después de que haya completado Shajarit» (Kaf Hachaim 89:12)
Conversaciones que se realicen en el camino a la sinagoga deben mantenerse en el mínimo, ya que pueden distraer fácilmente nuestros pensamientos. El gran maestro cabalístico Rashash no decía nada hasta que el no terminara las oraciones de la mañana (Kesher Gadol 24:2).
Concentración
La Tefilá es el servicio del corazón. Chazal entiende que el corazón de una persona no opera en forma automática para servir a Hashem. Todo lo contrario, tiene que preparar el corazón de antemano. ¿Cómo hace uno para esto?
Alguien que reza debe dirigir su corazón hacia el cielo. Abba Shaul ha encontrado una alusión que tiene relación con esta halajá, en el versículo de Tehilim / Salmos 10:17 que dice, «Preparen sus corazones, Hashem, escuchará sus oraciones» (Berajot 31a).
El Radak explica este versículo de la siguiente manera: «Saquen de sus corazones mundanos todas las distracciones mundanas, porque si no lo hacen, sus corazones estarán ocupados con sentimientos de pobreza y sufrimiento. Y Tu ayudaras a dirigir sus corazones a hacia Ti con las intenciones correctas. Entonces HaShem va a escuchar todas tus oraciones. »
Las palabras anteriores nos ofrecen una idea de cómo lograr la concentración eficaz durante la tefilá. Comenzamos con el principio de que nuestras oraciones tengan intenciones sinceras, sin embargo, poco después nos podemos encontrar con que nuestra mente esté errante. Para que nuestros corazones se centren en la oración, necesitamos el consentimiento y la ayuda de Hashem.
Antes de entrar en la experiencia de la oración, debemos estar en «buenos términos» con el Creador del mundo. Si nuestras vidas encuentran gracia y favor bajo su mirada, entonces tendremos una mejor oportunidad para que Él nos ayude a concentrarse en la tefilá. Sin su ayuda y buena voluntad, no tendremos una oportunidad.
Liberarnos a nosotros mismos de la los conceptos de la rebelión, y lo físico, nos ayuda a transportarnos al mundo de la oración.
09-05-14