Las tres semanas
Período en el que se recuerda la destrucción del primer y segundo templo
En los próximos dìas por venir, el pueblo judío en todo el mundo comenzará a atravesar por un período del calendario, que es conocido como “Las Tres Semanas”:
En hebreo, se conoce como Bein haNetzarìm
La referencia más antigua que existe para estos días como Bein Hametzarim – que también es la primera fuente de un estatuto especial de Las Tres Semanas – se encuentra en Eikha Rabbati 1.29 (Lamentaciones Rabá, siglo 4 de la Era Común) (1).
Este poema se relaciona estrechamente con lo escrito en el libro de Lamentaciones 1: 3: «Todos los perseguidores [de Sión] la alcanzaron entre las estrechuras.»
Estas tres semanas constituyen periodo especial en el calendario , que comienza en el día 17 del mes hebreo de Tamuz y continúa hasta el noveno día del mes de Av.
Muchas prácticas de duelo se observan en este período.
Destacamos algunas de las COSTUMBRES:
No se llevan a cabo bodas, No se estrena ropa, No se puede cortar el pelo (2), No se dice Shehejeianu (algunas autoridades lo permiten en Shabat) y por tanto no se pueden comer frutos nuevos, (3), ni se puede escuchar música (4).
Algunos se aprestan a decir que aún durante las tres semanas, hay que abstenerse de castigar a los niños con golpes siendo que son días peligrosos.
Tambièn hay quienes dicen que se prohíbe comer carne y beber vino (5)
Relacionado con el punto anterior y con las diferentes prácticas, el Talmud registra la siguiente discusión:
Nuestros Rabinos enseñaron:
Cuando el Templo fue destruido por segunda vez, un gran número de Judíos se convirtieron en ascetas, obligándose a ellos mismos a no comer carne ni beber vino. Rabi Yehoshúa intervino en la conversación con ellos y les dijo: «Hijos míos, ¿por qué no comen carne ni beben vino?»
Ellos respondieron:
«¿Vamos a comer carne que solía ser traída como ofrenda en el altar, ahora que este altar no existe?
¿Vamos a beber vino que solía ser vertido como libación sobre el altar, pero ya no se hace más? «
Él les respondió: «Si esto es así, no hay que comer el pan tampoco, porque las ofrendas de comida han cesado.»
Ellos dijeron: «Vamos a gestionar con la fruta.»
«No debemos comer fruta tampoco» [presionó] «porque ya no hay más una ofrenda de los primeros frutos.»
«Entonces vamos a manejar con otras frutas,» [ellos refutaron].
«Pero,» [continuó,] «no hay que beber agua, porque ya no hay ninguna ceremonia del vertido de agua.»
Porque ellos no pudieron encontrar ninguna respuesta, entonces el Rabino Yehoshúa les dijo: «Hijos míos, escúchenme.
El no ayunar nada es imposible porque se ha producido el daño.
Para ayunar en exceso también no es posible, porque no imponemos a la comunidad una dificultad mayor de la que la mayoría no puede soportar. . .
Los rabinos, por tanto, han dispuesto que un hombre puede estucar su casa, pero él debe dejar un poco del trabajo sin terminar. . . Un hombre puede preparar un ciclo – banquete completo, pero debería dejar de lado uno o dos artículos. . .
Una mujer puede ponerse y lucir todos sus adornos, pero debe dejar por fuera uno o dos. . .
Como se dice, «Si me olvido de ti, oh Jerusalém, pierda mi diestra su destreza, que mi lengua se pegue a mi paladar, si no llego a recordarte, si no puedo elevar a Jerusalém por encima de mi mayor alegría ‘( Tehilim 137: 5-6.) «(Bava Basora 60b).
Muchas de las prohibiciones y costumbres que se llevan a cabo durante las tres semanas, son anuladas en el sábado
Especialmente el previo al nueve de Av, conocido como Shabat Jazón, ya que aunque el mismo 9 de Av cayese en Shabat el ayuno se postergarían para el dìa siguiente, por cuanto que no hay duelo o luto en este sagrado día (Shulján Aruj 552:10).
Muchos de nosotros conocemos que, este período de las tres semanas, se debe primordialmente, a la destrucción del primero y segundo templo (6).
Sin embargo, el pecado del Becerro de Oro y el pecado de los espías sirven como el telón de fondo bíblico de las Tres Semanas y de todas las calamidades que el pueblo judío ha sufrido a lo largo de la historia,
Porque el Diecisiete de Tamuz fue el día en que los hijos de Israel idolatraron al Becerro de Oro;
Por consiguiente, ese mismo dìa Moshé Rabenu descendió después de haber recibido los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí,y al ver al pueblo judío idolatrando al Becerro de Oro, rompió las Tablas.
El 17 de Tamuz Noaj envió la paloma para ver si habían descendido las aguas de la superficie de la tierra. El ave no encontró reposo para sus patitas lo cual fue interpretado como una señal de que ese día estaba destinado a que ocurrieran grandes desgracias.
El 17 de Tamuz, El malvado Apostomus quemó la Torá (7).
La Destrucción de Betar (año 135 de la Era Común) ocurrió también un 17 de Tamuz
El Papa Gregorio IX ordenó la confiscación del Talmud en un 17 de Tamuz para el año 1239 de la Era Común.
Un 17 de Tamuz también es destruido el Barrio Judío de Praga, en el año de 1559 de la Era Común.
El Nueve de Av tuvo lugar el episodio de los espías.
Un nueve de Av fue también la expulsión de los judíos de España
La Primera Guerra Mundial, que puso en funcionamiento las circunstancias políticas y económicas que dieron lugar a que subieran los nazis, comenzó en un 9 de Av del año 1914
El Rabino Janoj Henoch Lebowitz, en su Jidushei HaLev, Volumen II, página 151 describió: “La tragedia del Becerro de Oro no se limita a esa generación en particular, ya que sus desastrosos efectos se sienten en todas las generaciones”.
Por el otro lado, el Maharal, en Netzaj Israel, Capítulo 8, Página 53 describiò
El Pecado dañó la conexión de los judíos con la Tierra.
El hecho de que los judíos llorarán sin razón y despreciaran a la Tierra de Israel estableció para ellos un llanto [en este día] para las generaciones.
En verdad fue esto lo que provocó que fueran exiliados de su tierra. Su llanto demostró que no se habían conectado completamente con la tierra.
ES COSTUMBRE, establecida por nuestros sabios, la lectura de haftarot especiales durante los tres sábados de este período, haftarot conocidas como Haftarot de la aflicción
Ellas versan sobre las profecías que anuncian desgracias sobre el Pueblo de Israel, y con el detalle en particular, que no se relacionan con la lectura de la Torá correspondiente.
La gran mayoría de las congregaciones utilizar el haftarot sugerido por Pesikta de Rav Kahana.
Pero Maimónides en su código de ley prescribe una ligera variación de estos tres, y los Judíos yemenitas se rigen por las haftarot que Ramban enumera.
Asimismo, determinaron que en cada uno de los siete sábados posteriores al 9 de Av se lean haftarot de consuelo a causa de la destrucción del Templo.
Por enseñanza de nuestros rabinos entendemos que las tres semanas, tienen un gran significado espiritual:
Significan que, el pecado del Becerro de Oro y el consiguiente quiebre de las Tablas de la Ley fueron los eventos que permitieron que “se quebrara” la conexión del pueblo judío con la Torá;
Se “quebró también la profecía, que era el canal claro a través del cual El Eterno se comunicaba con la humanidad;
El Monte del Templo en Jerusalém, que fue descrito por Yaakov como “la morada de HaShem y la puerta de los Cielos” (Bereshit-Génesis 28:17), fue destruido (8)…
Por ello se cerró una de las más importantes puestas de ascenso de las plegarias del hombre hacia al Creador; todo esto ¿Por qué?
1.- Porque los jueces no iban más allá de la letra de la ley y no ejercitaban la compasión cuando era adecuado.
2.- Porque las personas fallaron a través de la transgresión de la prohibición de avergonzar a una persona.
3.- Porque en lugar de una sana convivencia prevalecía el odio injustificado entre los judíos
4.- Porque hablar negativamente de otras personas era muy común en el pueblo judío.
Lo anterior entre otras muchas causas.
¿Qué debemos hacer? Veamos algunos ejemplos de lo qué dicen nuestros sabios…
Dice el Sfat HaEmet: Puesto que el Templo fue destruido a causa del odio gratuito, si amamos a nuestros prójimos judíos será reconstruido –con la ayuda del Eterno.
El Jatam Sofer escribió: Nuestra iniciativa de amar a los otros como a nosotros mismos precipitará la llegada de la redención.
Jafetz Jaim, en Shemirat HaLashón, Jelek Sheiní, Capítulo 7 – Quién habla positivamente de los demás y busca la paz, contribuye a la reconstrucción del futuro Templo.
En el Talmud Bavli, Taanit 30b, encontramos:Todo el que se lamenta por Jerusalem merecerá participar de su alegría [cuando el Templo sea reconstruido].
Entonces, retomar la espiritualidad, observar las mitzvot, mejorar nuestro comportamiento con nosotros y el prójimo, aumentar nuestra capacidad de reflexión o introspección, la Hitbodedut, desarrollar y fortalecer una perspectiva de vida positiva,hacer a un lado el Yetzer y el Lashón HaRá, anular cualquier forma de idolatría, inmoralidad, transformar nuestro egoísmo, hacer que los tiempos difíciles se conviertan en una vía rápida que nos permita manifestar todo nuestro potencial, son parte de las medidas que permitirán restablecer la conección con el Todopoderoso;
Si lo permitimos, se nos mostrarán las cosas que necesitamos cambiar;
Si nos aferramos a las oportunidades, saldremos más fuertes al otro extremo, con más certeza y con una conciencia mayor sobre nuestras propias capacidades.
A su vez triunfaremos al traer la pronta reconstrucción del Templo.
- Una de las frases en este libro dice: «Por estas cosas lloro y gimo; mis ojos, mis ojos, por éllos correrá el agua»
- Los ashkenazim, algunos de los sefaradim (entre ellos los marroquíes y los tunecinos de la isla de Gerba o Djerba) así como los seguidores del Arí Hakadosh (Rabí Isaac Luria Ashkenazi), se abstienen de cortarse el cabello durante las Tres Semanas completas (Ramá 551:4, Kaf HaJaím 80, Kitzur Shulján Aruj Toledano 387:8, Brit Kehuná 2:12, la usanza de los judíos tunecinos y argelinos de no cortarse el cabello según el Maharí Ayash).
- Esto incluye al joven que llega a la edad de Bar Mitzvá, a las mujeres, en el caso que la longitud de su cabello natural comience a sobrepasar los límites de su peluca pañuelo o sombrero.
- Asimismo tienen permitido depilar cualquier cabello de su cuerpo que atente contra su belleza (Mishná Berurá 69, Kaf HaJaím 47).
- Algunos de los grandes sabios, especialmente los que fueron denominados como Rishonim, acostumbraban a no ingerir un fruto nuevo o comprar una prenda nueva en este período, a fin de no recitar la bendición de “shehejeianu”
- Ellos consideraban inapropiado agradecer al Todopoderoso “que nos mantuviste con vida y nos hiciste presenciar este momento” cuando se trata de tres semanas de desgracias (Sefer Jasidim 840).
- Esta práctica se desarrolló a pesar de que muchos de los principales juristas consideraban innecesaria esta medida (Turé Zahav, Gaón de Vilna).
- De todas maneras en el correr de las generaciones se extendió la costumbre de no recitar la bendición de “shehejeianu” durante las “Tres Semanas”.
- Por lo tanto, se tiene cuidado de no ingerir una fruta nueva de la estación que requiere de la bendición de “Shehejeianu” y no se adquiere una prenda nueva que requiere de la misma bendición.
- Los sabios establecieron que, si un judío se gana el sustento tocando música en las fiestas de los gentiles, puede hacerlo hasta el final del mes de Tamuz ya que, si bien su compromiso es el de ejecutar piezas musicales alegres, él mismo no lo está, por lo cual, deberá cesar en su trabajo hasta pasado el ayuno (Beur Halajá 551:2).
- Sin embargo, los maestros de música tienen permitido seguir trabajando hasta la semana en que acontece el ayuno, ya que en el aprendizaje de música no hay alegría ni para los maestros ni para los alumnos, aunque también recomendaron que durante las Tres Semanas estudien sólo melodías tristes (Tzitz Eliezer 15:19).
- Y si se quiere aplicar a estas épocas modernas, hay quienes opinan que así como está prohibido asistir a un recital en vivo durante las Tres Semanas, también lo está el escuchar música de cualquier tipo de aparato eléctrico o electrónico; en esto hay dos opiniones: las que admiten que solamente se puede escuchar canciones que son cantadas sin acompañamiento musical, mientras que otras opiniones prohíben todo tipo de música, incluso tratándose de canciones sin acompañamiento instrumental (Tzitz Eliezer 6:33).
- Esta prohibición recae sobre todo tipo de carne, tanto de res como ave, tanto fresca como congelada (y salada previamente).
- El pescado, en cambio está permitido; se ha extendido la prohibición a comer cualquier tipo de guisos en los cuales se coció carne. Por ejemplo, si se cocinan juntas carne con papas las últimas estarán prohibidas aunque se ingieran solas, pues el sabor a carne estará presente en ellas.
- Històricamente, sabemos que las destrucciones tanto del primer como del segundo templo, demoraron varios días, por consiguiente se toma como fechas, por ejemplo, las aperturas de brechas importantes en sus muros y portales, que permitieron el ingreso de los diferentes ejércitos invasores.
- El gran historiador Flavio Josefo relata: “Luego de las desgracias ocurridas, en las que fallecieron aproximadamente 10.000 judíos, bandidos de los alrededores de Bet-Horón (cerca de Lod), atacaron a uno de los siervos del César y, en represalia, Apóstemus tomó ante los ojos de los habitantes de la zona un Séfer Torá, lo desquebrajó y lo tiró al fuego”.
- El emperador romano de esa época, Adriano actuó de una manera despiadada y creó en una campaña destinada a borrar no sólo los últimos remanentes del pueblo judío, sino también el recuerdo de que alguna vez éste había existido.
- En efecto, él decidió “resolver el problema judío;” comprendió que la solución final para el problema judío no se encontraba solamente en matar a los judíos, sino en destruir al judaísmo.
- Todo el tiempo que los judíos tuvieran su religión nadie sería capaz de llegar a erradicarlos completamente.
- Por ello, dictó decretos declarando al judaísmo ilegal bajo pena de muerte. Los decretos de Adriano fueron los más terribles que hubo en al historia en contra del pueblo judío… Él prohibió mencionar el nombre “Jerusalem” y renombró a la ciudad sagrada denominándola “Aelia Capitolina”.
- También prohibió que los judíos vivieran allí. Lo más notable de todo, es que empleó un ejército de esclavos para arar la tierra del Monte del Templo. Simplemente, bajó el área casi 300 metros.
- Cuando en la actualidad vamos a Jerusalem, las montañas que rodean al Monte del Templo (tales como el Monte de los Olivos y Monte Scopus) son más altas.
- Sin embargo, antes del decreto de Adriano, el Monte Moriá (la montaña sobre la cual se encontraba el Templo) era la montaña más alta del sector.
- Adriano literalmente reconstruyó el paisaje para demostrarles a los judíos que nunca sería reconstruido lo que una vez había existido allí.
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