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Mazal tov o Buena suerte

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Mazal tov o Buena suerte

Buena Suerte o Mazal Tov

Recientemente revisamos un artículo en el cual “solemos echarle la culpa” a HaShem por todo lo malo que nos pasa, por nuestra mala suerte, o nuestra mala racha: hoy queremos revisar acerca de la buena suerte.

En hebreo, solemos utilizar la expresión Mazál Tov (Mázel tov en Yidish) para desearle a alguien que tenga “buena suerte,” lo que realmente estamos deseándole a alguien es “Estoy deseoso que te ocurran buenas cosas”.

El Talmud es muy enfático en afirmar: “¡El pueblo judío no está sujeto a la suerte” y la palabra mazal tiene muchos significados: uno de ellos, descrito por algunos cabalistas es, el acrónimo de la conjunción de tres palabras M(makom) Z(zman) L(limud) en el cual, la “suerte” está sujeta alo que podamos aprovechar, para bien, del aprendizaje (limud) que se produce en un momento determinado (zman) en un lugar específico (Makom)

Otros dicen que mazal proviene de una palabra pre-semítica muy antigua que significa constelación, y, Los signos del zodíaco son llamados mazalot y ellos “dirigen” nuestro actuar pero ellos no nos limitan, y otros opinan que los mazalot son nuestras almas ubicadas en las alturas y a través  lo que algunos llaman como el “goteo celestial” ellas dirigen o modulan nuestro actuar.

Podríamos pensar que nuestra “suerte” está regida por los astros y por consiguiente podríamos consultar el horóscopo, diariamente para ver que nos determinan: El judaísmo tiene una posición muy clara: arranca diciendo en Bereshít que: Haya luceros en la expansión de los cielos para apartar el día de la noche, y sean por señales, y por plazos, y por días y años; y sean por luceros en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra; y fue así. E hizo El Eterno los dos luceros grandes: al lucero grande, para que señorease en el día y al lucero pequeño para que señorease en la noche; e (hizo también) las estrellas. Con esta capacidad para hacer señales y para señorear, podrían influir sobre los destinos de la humanidad; es por ello que, en un principio, Josefo nos relata en su libro “las guerras de los judíos” que ello era una costumbre muy practicada por los judíos de esa época: por otro lado, el Rabino Itzjak Luria, es uno de los que está completamente de acuerdo con ello; también vemos como en los tiempos gloriosos de los judeidad española, un número de eruditos judíos escribieron libros sobre astrología, y defendieron su práctica.

La Torá nos habla que cualquier tipo de adivinación está prohibida.

Rabí Moshé Jaim Luzatto, por otro lado, explica que existe un sistema de múltiples niveles conceptual a través del cual El Todopoderoso interactúa con la creación física. En otras palabras, la «energía» que se origina con Hashem viaja a través de este sistema y, finalmente, llega a nosotros. En algún punto del camino, esta energía, se dice que pasa a través del Mazalot, las estrellas y los planetas, y que luego se transfiere al resto de la Creación. Esto explica por qué hay personas capacitadas en la astrología y porque ellas pueden saber lo que va a sucederle a una persona en el futuro. Esto es una «lectura», a través de la configuración de la Mazalot, de la energía que aún no se ha entregado.

Por el hecho de no haber sido entregada, no quiere decir que sea definitivo, radical y tajante:

Por qué?

Analicemos lo qué pasó con Rabí Akiva: Él sabía astrológicamente que su hija iba a morir el día de su casamiento, llegó por fin el día, y estaba totalmente abatido, este pesar, ya muestra claramente que sí creía que las estrellas entonces determinan la suerte; pero por otro lado, sabía que “la caridad, como la teshuvá o la tefilá pueden liberar de la muerte”. Sucedió, entonces, que la víbora que estaba dispuesta a morder y matar así a la hija de Rabí Akiva, no pudo lograr su objetivo. No tan sorprendido (como todos lo estaban), le preguntó a su hija: -“¿Qué es lo que has hecho sobresaliente en el día de hoy?”. La hija le confesó que en lugar de atender a las visitas en el día de su boda (como hubiese sido lo esperable), se ocupó personalmente de que algunos pobres fueran bien atendidos. Ese simple (y gran) hecho, hizo que estuviese por encima de las influencias astrales y decretos negativos. Por lo que el Rabí Akiva concluye: “Las estrellas incitan pero no obligan”.

Sin embargo, y en realidad, estamos prohibidos de participar en la predicción del futuro a través de la astrología a pesar de que puede funcionar. La fuente de esta prohibición es, «Tú serás tamim (puro, perfecto, simple) con Adonai tu Di-s».

La Mishná Berurá explica (98:3): Concéntrese en el hecho de que ningún mortal, ángel, mazal o estrella, puede ayudarlo sin la voluntad de Hashem. Usted necesita que Hashem tenga misericordia de usted. Todo depende de Hashem. Pidale a Él, a través de la tefilá, que él concederá, en su momento, porque Él es quien transferirá la energía necesaria para que tengamos “Mazal Tov”.

Jag Pesaj Sameaj

24 de marzo de 2013 – 13 de Nisan de 5773.

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