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Autoestima y judaísmo

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Autoestima y judaísmo

Autoestima

 

La autoestima es «la evaluación que hace el individuo, que generalmente mantiene respecto de sí mismo, y expresa una actitud de aprobación o desaprobación e indica el grado en que el individuo se considera capaz, importante, con éxito y valioso»

El término autoestima es la traducción del término inglés self-esteem, que inicialmente se introdujo en el ámbito de la sicología y en el de la personalidad;

Denota la íntima valoración que una persona hace de sí misma.

Está estrechamente vinculada con otros términos afines como el autoconcepto (self-concept), la autoeficacia (self-efficacy), y la auto-confianza (self confidence) entre otros

La sumatoria de ellos, deja en cada individuo la sensación y el convencimiento de que uno es competente para vivir y merece vivir.

Es natural que cada persona haya de estimarse a sí misma.

 

¿Por qué?

Porque cada persona, en su individualidad, posee cientos de cualidades y características que llevan a este ser, a tener un conocimiento (completo) de sus potencialidades y de allí se deriva que, lo que se proponga ser y hacer, lo lleven hacia una condición que muchos llaman éxito.

Lo que cada persona piense, sepa y conozca acerca de sí misma, sea porque sus propios medios o sea por la influencia de otras personas que le conocen y piensen sobre ella, es lo que desarrolla la autoestima.

Se puede hablar de tres tipos de autoestima:

  • la material (vanidad personal, modestia, orgullo por la riqueza, temor a la pobreza, etc.). En esta podríamos incluir el autoestima corporal, donde la figura del propio cuerpo es tan importante que, si se distorsiona, puede conducir a la aparición de trastornos psicopatológicos muy graves.
  • la social (orgullo social y familiar, vanagloria, afectación, humildad, vergüenza, etc.),
  • y la espiritual (sentido de la superioridad moral o mental, pureza, sentido de inferioridad o de culpa, etc.).

Conocerse a sí mismo, es una tarea que puede ser muy complicada, pero no imposible y requiere de un análisis de todo lo que ha influido e influye sobre nosotros y es lo que nos va a identificar nuestras habilidades, la tolerancia a frustraciones, la capacidad de interactuar con los demás, nuestra respuesta a la alegría y al éxito, la rapidez en las reacciones, la permisividad, la constancia o perseverancia, el rechazo o la aceptación de compromisos,  entre miles de situaciones y de allí se genera entonces, un comportamiento, y a partir de este, la autoestima, que dirija a la persona hacia una meta específica.

 

¿Qué NO ES autoestima?

En cinco palabras, NO ES  y NO ENTRAN en la definición de autoestima los siguientes conceptos:

1.- Orgullo

2.- Soberbia

3.- Narcisismo

4.- Amor propio

5.- Vanagloria

 

El orgullo: ¿Por qué no?

Se entiende por persona orgullosa a aquella que casi siempre habla bien de sí misma y, con el tiempo, la persona se acostumbra a  estar convencida que es la mejor, la que más trabaja, la más inteligente y sacrificada, la más generosa y simpática, la que más amistades tiene y la que mejor habla, entre otras cosas.

Este proceder conduce a la persona a ser envidiosa y no sólo eso, sino que también, no reconoce que comete errores ni tampoco pide perdón por el error cometido. Termina siendo arrogante.

 

La Soberbia: ¿Por que no?

La persona soberbia suele ser susceptible, impaciente, exigente, inflexible, indiferente, fría, calculadora y defensora en exceso de lo que considera son sus derechos, con independencia de que en verdad lo sean o no. Muchas veces humilla, sin darse cuenta y cuando se percata, manifiesta que lo hace porque fue agredida o humillada.

Casi nunca se alegra, de los éxitos ajenos  y además, trata de minimizarlos o quitarles la importancia que tienen.

En su corazón no hay lugar para el perdón, la comprensión o la tolerancia.

 

El Narcisismo: ¿Por qué no?

Porque el narcisista no tiene tiempo, ni lugar ni espacio para preocuparse, ni tampoco desea ni necesita ocuparse por el respeto y la dignidad que las personas otras personas necesitan, especialmente aquellas a las que quiere y con las que se está vinculado.

 

El amor propio: ¿Por qué no?

Porque cuando la persona funda su autoestima únicamente en la estimación que de los otros recibe, no va a disfrutar nada o con muy poco de lo que hace, independientemente de cuáles sean sus resultados. Y, aunque coseche muchos éxitos, apenas sea plenamente consciente de alguno por depender de los demás.

 

La vanagloria: ¿Por qué no?

Porque quien se vanagloria, se eleva a sí mismo, hasta tal punto de creer que él es el único e irremplazable en cualquiera de las actuaciones o situaciones que se presenten y nadie màs es capaz, ni siquiera de aproximarse  a sus logros o pensamientos.

Además, sólo busca que lo alaben sin importar el juicio de los demás.

 

En pocas palabras:

La autoestima, entonces, es importante para que los individuos superen las dificultades personales, conduce al progreso en la madurez y en la competencia personal.

Ella fundamenta la responsabilidad, en la medida en que los individuos se comprometen cuando tienen confianza en sí mismos y encuentran en su interior los recursos necesarios para superar las dificultades.  

 

Sobre los conceptos mencionados de la autoestima, ¿Qué dice el judaísmo?

El judaísmo, según las palabras del rabino Simcha Zissel Ziv, acerca del momento en que el amor propio no es autoestima, de la siguiente forma: «Si observamos cuidadosamente a las personas, veremos que alguien que ama la aprobación de los demás se venderá, por así decirlo, como esclavo de aquellos que lo adulan. Ni siquiera se dará cuenta de lo que le está sucediendo, por más obvio que pueda ser para un observador externo «.

 

En la Parashá Bamidbar, El Eterno ordena a Moshé a contar a su pueblo: Nos enseñan nuestros sabios que , al utilizar las palabras “keísh ejad, beleív ejád”, Hashem conversó con Moshé y le dijo:

«No solo cuentes al pueblo judío. Diles que cuentan, todos y cada uno de ellos. Llénalos de autoestima para que se sientan inspirados a vivir una existencia noble. «Nada inspira a una persona a actuar noblemente más que a un sentido de autoestima.

 

La Parashá Miketz nos muestra a un Yoséf  que de esclavo pasó a ser el Segundo en Mando en Egipto: uno de los pilares de este suceso, es la autoestima que él tenía para llegar hasta donde alcanzó a llegar.

 

El Rabino Najman dijo: «Para ser una persona de verdad, no te dejes influir ni por aprobación ni por desaprobación. Trabaja para no necesitar la aprobación de nadie y serás libre de ser quien realmente eres «.

 

Nos enseñan nuestros sabios que podemos aplicar un mecanismo conocido como Jeshbón Hanéfesh, (literalmente traducido como las cuentas del alma) en el cual, mediante el aprendizaje para conocerse a uno mismo, suele ser beneficioso siempre y cuando estemos pensando en cómo mejorar.

Este mecanismo le permitirá, a una persona, el no experimentar ira o depresión aún cuando falla. Esto es parte de la autoestima.

 

El rabino Moshe Jaim Luzzatto, en su obra, El Sendero de los Justos (Mesilat Yesharim), describe que DEBO EXAMINAR MIS TALENTOS, saber si los estoy utilizando para perfeccionarme a mí mismo y si estoy cumpliendo con mi misión, lo cual va a ser imposible, si mi autoestima es baja o inexistente.

 

Es posible además, encontrar literatura actual como: Autoestima en el Talmud, Escrito por el Rabino Yisroel Roll el cual nos dirige a esas referencias que necesitamos para mejorar el autoestima.

Conclusiones:

El judaísmo, establece claramente un camino para que  formemos y sigamos un camino apropiado hacia la autoestima genuina. Me enseña, a través de la Torá, a que en lugar de juzgarme a mí mismo en relación con los demás, debo juzgarme solo en relación con mí mismo.

Todos nuestros sabios, de alguna manera, nos dejan el siguiente mensaje para reforzar rl concepto anterior: Aprende Torá y aprende de ella profundamente. Toma su mensaje en serio, y llena tu corazón con la medida adecuada de la autoestima. La Torá te inspirará y te ayudará a vivir una vida noble y significativa.

 

Que mejor frase para apoyar el Autoestima que interiorizar : Soy creado a Imagen y Semejanza del Eterno…

O este otro: (que ya lo habíamos señalado en algún momento) en Sanhedrin 37a: bishvili nivra haolam Para mì se creó el Universo

 

Recuerda las siguiente forma de pensar: Soy una parte importante de mi realidad, de hecho, la parte más importante. Si estoy desilusionado conmigo mismo, no hay forma de que pueda vivir una vida feliz y productiva.

 

Redactado para 321judaismo.com por Dr. Max Stroh Kaufman 10 de noviembre de 2017 – 21 de Jeshvan de 5778

Bibliografía consultada: En Busca del autoestima perdido: A Polaino – Bilbao: Desclée de Brouwer, 2003

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