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Lectura de la Haftara Devarim

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Lectura de la Haftara Devarim

Haftara Devarim Isaías / Yeshaia 1:1 – 1:27

1:1 Visión de Isaías, hijo de Amótz, que tuvo acerca de Judá y de Jerusalem, en los días de Uzziah, Yotam, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá.

Jazon Yeshayahu ben-Amotz asher jaza al Yehuda viYerushalaim biméy Uziyáhu Yotam Ajaz Yechizkiyáhu maljéi Yehuda.

1:2 Oíd, cielos y escuche la tierra, porque el Eterno es quien habla: Hijos he creado y los he engrandecido, mas ellos se han rebelado contra Mí.

Shimeú shamáim vehaazíni éretz ki Adonai dibér baním guidálti veromámti vehém pashú vi.

1:3 El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su amo ; mas Israel no quiso conocer, y mi pueblo no me quiso entender.

Yadá shor konehú vajamor evús bealáv Israel lo yadá amí lo hitbonán.

1:4 y de la nación pecadora, del pueblo cargado de iniquidad, de la simiente compuesta de malhechores, de hijos que practican la corrupción! Han abandonado al Eterno, han despreciado al Santo de Israel, se han vuelto atrás.

Hoy goy jote am kevéd avón zerá mereím baním mashjitim azvú et Adonai niátzu et kedosh Israel nazorú ajór.

1:5 ¿Para qué queréis ser heridos aún, continuando en la apostasía. Toda cabeza está enferma y todo corazón doliente;

Al me tukú od tosífu sará kol rosh lakoli vekol levav davái.

1:6 desde la planta del pie hasta la cabeza no queda en él cosa sana, sino heridas y contusiones y llagas vivas; no se les ha aplicado remedio, ni han sido vendadas ni suavizadas con aceite.

Mikáf regel veád rosh ein bo metóm pétza vejaburá umaká triyá lo zorú veló jubashu veló rukéja bashamén.

1:7 Vuestra tierra está asolada, vuestras ciudades quemadas a fuego; vuestras cosechas, los extraños las devoran en vuestra presencia, y ella quedó desolada como por destrucción hecha por extraños.

Artzejém shmamá aréijem srufót esh admatjém lenegdejém zarím ojlím otá ushmamá kemapéjat zarím.

1:8 La hija de Sión ha quedado como una cabaña en la viña, como choza en el pepinar, como ciudad sitiada.

Venotrá bat-Tzión kesuká vejarém kimluná vemikshá keír netzurá.

1:9 Si el Eterno de las huestes no nos hubiera dejado algunos sobrevivientes, hubiéramos sido como Sodoma, y seríamos semejantes a Gomorra.

Luléi Adonai Tzevaót hotir lánu sarid kimeát kiSdóm hayínu la Amorá damínu.

1:10 ¡Oíd la palabra del Eterno, gobernadores semejantes a los de Sodoma! ¡Escuchad la Ley de nuestro Dios, oh pueblo semejante al de Gomorra!

Shimú dvar Adonai ktziníe Sdom haazinu torat Elohéinu am Amorá.

1:11 ¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? dice el Eterno. Harto estoy de holocaustos de carneros y de sebos de animales cebados; no tengo complacencia en la sangre de novillos, ni de corderos, ni de machos cabríos.

Lama li rov zivjeijem yomar Adonai saváti olót eylím vejélev meriím vedám parím ujvasím veatudím lo jafatzti.

1:12 Cuando vengáis a presentaros ante Mí, Yo os diré: ¿Quién ha demandado esto de vosotros para que piséis mis atrios?

Ki tavóu leraót panái mi bikesh zot miyedjém remós jatzerái.

1:13 No traigáis más ofrendas vegetales de falsedad; el incienso me es abominación; el novilunio también, y el sábado, y la santa convocación de las fiestas. ¡No puedo aguantar la iniquidad al mismo tiempo que vuestra abstención de trabajo en las fiestas solemnes!

Lo tosifu havi minjat shav ketoret toevá hi li jodesh veshabat kro mikrá lo ujal aven vaatzará.

1:14 Vuestros novilunios y vuestras fiestas fijas los aborrece mi alma; me son como carga, estoy cansado de soportarlas.

Jodshéijem umoadéijem saná nafshí hayú alái latoráj nileíti nesó.

1:15 Y cuando extendáis vuestras manos, esconderé de vosotros mis ojos; y aunque digáis muchas oraciones, no las oiré: vuestras manos están llenas de sangre.

Uvefarishjém kapéijem alím einái mikém gam ki tarbú tefilá einéni shoméa yedéijem damim maleú.

1:16 Lavaos, purificaos; apartad la maldad de vuestras obras de delante de mis ojos, cesad de hacer lo malo.

Rajatzú jizakú hasíru roa maaleléijem minégued einai jidlú haréa.

1:17 Aprended a hacer lo bueno, buscad la justicia, socorred al oprimido, mantened el derecho del huérfano, defended la causa de la viuda.

Limdú heytév dirshú mishpát ashrú jamotz shiftú yatóm rivú almaná.

1:18 Venid pues y argüiremos juntos, dice el Eterno. Aunque vuestros pecados fueren como la grana, quedarán blancos como la nieve; aunque fueren rojos como el carmesí, como la lana limpia quedarán.

Léju na venivajéja yomar Adonai im yiheyú jataéijem kashanim kashéleg yalbínu im yadímu katolá katzémer yiheyú.

1:19 Si quisiereis y obedeciereis, de lo mejor de la tierra comeréis; Im-tovu ushmatem tuv ha’arets tochelu.

1:20 pero si rehusáis y fuereis rebeldes, seréis consumidos por la espada; porque la boca del Eterno lo ha dicho.

Veím-temaanú umeritém jerev teuklú ki pi Adonai díber.

1:21 ¡Cómo se ha tornado ramera (errada) la ciudad fiel! Llena estaba de juicio, justicia moraba en ella; mas ahora, homicidas.

Eijá hayetá lezoná kiryá neemaná meleáti mishpát tzédek yalín ba veatá meratzjím.

1:22 Tu plata ha venido a ser escoria, tu vino está adulterado con agua;

Kaspéj hayá lesiguím soveéj mahúl bamáim.

1:23 tus príncipes son rebeldes y compañeros de ladrones; el pueblo todo ama el soborno y corre tras las dádivas; al huérfano no hacen justicia, ni llega a ellos la querella de la viuda.

Saraíj sorerím vejavréi ganavím kuló ohév shojád verodéf shalmoním yatóm lo yishpotú veriv almaná lo yavó aléihem.

1:24 Por tanto, dice el Señor, el Eterno de las huestes, el Poderoso de Israel: ¡Ay, tomaré satisfacción de mis adversarios y me vengaré de mis enemigos!

Lajén neúm haAdon Adonai Tzvaót avir Israel hoy enajém mitzarái veinakmá meoivái.

1:25 Y volveré mi mano sobre ti y purificaré con potasa tu escoria, y quitaré de ti todo tu estaño (a los malos);

Veashivá yadí aláij veetzróf kabór sigayíj veasirá kol bedilayíj.

1:26 y restituiré tus jueces como fueron al principio, y tus consejeros como antes, después de lo cual serás llamada «ciudad de justicia», «ciudad fiel».

Veashivá shoftíaij kevarishoná veyoatzáij kevatejilá ajaréi jen yikaré laj ir hatzédek kiryá neemaná.

1:27 Sión será rescatada (de sus iniquidades) por medio de la justicia, y por la beneficencia que harán los que a ella regresan.

Tzión bemishpat tipadé veshaveyha bitzdaká.

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