Jaim Najman Bialik
Un reconocimiento 80 años después.
El pasado 21 de Tamuz, que correspondió este año al 19 de julio, se conmemoró un nuevo aniversario del fallecimiento de un gran poeta y escritor: Jaim Najman Bialik.
Jaim Najman Bialik nació en Volinia, Ucrania, aunque no se conoce su fecha de exacta de nacimiento porque, para unos fue el 9 de enero de 1873, mientas que para otros el 30 de diciembre del mismo año. A los seis años su familia se estableció en Zitomir donde su padre abrió una taberna junto al camino de la localidad; esta experiencia lo inicia rápidamente en la poesía porque deja constancia en el poema «Avi» (Mi padre), lo que sucedía dentro de la taberna, mientras se resguardaba de los borrachos, entre las rodillas de su padre; allí lo veía atender a los clientes y a la vez susurrar las plegarias cotidianas, percibiendo el sufrimiento y la afrenta que debía sentir su padre en tan degradante trabajo.
Su padre murió a muy temprana edad, dejando a su familia en la miseria. Es por ello que su madre, decide enviarlo a la casa de su abuelo, en la misma localidad, donde recibe todas las instrucciones que le proporcionarían, una densa formación espiritual, gracias al hallazgo de libros de acreditados autores como: Maimónides, Yehudá Haleví, Yosef Albo, entre otros: en la casa de su abuelo estuvo expuesto también a la literatura no judía, y de libros de Haskalá, que provocaron en él luchas internas que revelaron sus ansias de abandonar Zitomir e ir en busca de nuevos espacios… A los 17 años inicia este caminar, pero primero ingresó a una academia de altos estudios judaicos. Sin embargo, desde allí toma un nuevo camino y se acerca al movimiento de ilustración judío, pero pronto decide retomar otros senderos.
En los recuerdos de su infancia figura el poema «Shirati»(Mi canción) en el cual Jaim Najman Bialik evoca el cuadro familiar que envolvió su triste infancia.
En 1891 (para algunos historiadores 1892), Jaim Najman Bialik se trasladó a Odesa, donde vivió modestamente, dando clases particulares de hebreo y realizando traducciones a ese idioma de autores alemanes y rusos, a la vez que comienza su producción poética, inspirada en la infancia, el amor platónico, la belleza de los paisajes y sus vivencias en la yeshiva: El primero de ellos, se publicó en el periódico Ha-pardés, de su ciudad, con el nombre de «El Hatzipor»(A un pájaro). Posteriormente siguen obras como “Al af Beth HaMidrash” (En el umbral del instituto), “El estudiante asceta” Arié Báal Guf” (Arié el corpulento) “Pequeña epístola de la Diáspora a un hermano de Sión”, y “Basadé” (En el campo), de 1894; y “Mijtav katán li katvá” (Ella me escribió una breve carta), de 1897; Im iesh et nafshejá ladaat, (Si tu alma quisiera saber) y Ha-matmid. Escribió Al Hashejita” (Matanza); en 1903; “Cantos de la ira” y “Beir Haharegá” (La ciudad del exterminio), ambos de 1904.
De sus escritos también se conocen cerca de 20 de sus poemas en yiddish que fueron publicados entre los años de 1899 a 1915, en diferentes periódicos en la lengua yiddish, en el entonces Imperio Ruso.
Contrajo matrimonio en 1893con Mania Averbuch y, gracias a la ayuda proporcionada por su suegro, se dedicó al comercio de madera, pero nuevamente en 1897 vuelve a su trabajo como maestro de hebreo, con la consiguiente publicación de nuevos escritos. Regresó a Odesa, en el año de 1900, donde fundó la editorial «Moriá» y permaneciendo es esa ciudad hasta 1921, para luego abandonar La Unión Soviética, dirigiéndose a Berlín, donde fundó la editorial Dvir; allí publicó la primera revista científica idioma hebreo con los profesores de la universidad rabínica Hochschule fr die Wissenschaft des Judentums. En ese intermedio también estuvo en Varsovia, donde se desempeñó entre 1904 a 1910, como editor literario de la Hashiloá semanario fundado por Ahad Haám. En 1924 emigra a Israel, donde trabajó intensamente en la renovación del idioma hebreo, creando nuevas palabras y expresiones idiomáticas diversas que enriquecieron el idioma que permitieron recuperar vocablos pertenecientes al Tanaj, a la Mishná, al Midrash y a la plegaria….
En su obra, se encuentra también, el relato autobiográfico Safiá (Renuevo), la traducción al hebreo de autores clásicos como Shakespeare y Cervantes, los poemas de Heine, entre otros.
Jaim Najman Bialik falleció el 4 de julio de 1934 (21 de tamuz de 5694), en Viena, luego de una intervención quirúrgica, y su cuerpo fue inmediatamente trasladado para su entierro a Tel Aviv.
Hoy, ochenta años después de su fallecimiento, y en esta época turbulenta, hacemos una invitación para leer y disfrutar de poesías, cuentos, leyendas y canciones, de un prodigioso escritor, tal vez una de las figuras más influyentes de la literatura hebrea contemporánea, Jaim Najman Bialik.
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21 de julio de 2014 – 23 de Tamuz de 5774