Elul en Pocas Palabras
Elul es el sexto de los doce meses del calendario judío, y a la vez el último de ellos en lo que se refiere a la cuenta realizada desde el mismo momento de la Creación de la Humanidad, representada por Adam.
En la tradición judía, el mes completo de Elul, es el mes que precede a las Festividades Solemnes, es un mes de preparación. El nombre Elul fue “importado” de Babilonia, después de los setenta años de exilio, del idioma Akadiano, cuya traducción es cosecha, pero también se dice que proviene de la misma raíz de la palabra aramea que significa “búsqueda” y con la que se implica una “revisión o contabilidad interior” conocida en hebreo como “jeshbón néfesh” Bajo la perspectiva de ser el último mes del año judío, Elul es tradicionalmente un tiempo de introspección y balance; un tiempo para examinar nuestros sentimientos, estilo de vida y comportamiento en nuestras relaciones con El Eterno y con el hombre; un tiempo para repasar los actos de uno y el progreso espiritual del año anterior y de preparación para los próximos «Días de Temor» de Rosh HaShaná y Iom Kipur. Durante estos treinta días, cada judío habrá de examinar sus obras del año que culmina.
Hará un balance minucioso de su conducta para ver si está en acorde con la voluntad expresada en la Torá. Ha de tomar en cuenta hasta el más mínimo detalle, tal como lo haría cualquiera que debe comparecer ante un juzgado terrenal y pretende salir victorioso en su juicio. Como mes de «Misericordia Divina y Perdón» Elul es el momento más oportuno para teshuvá («retorno» a Adonai), y acercarse a HaShem. La sinceridad de nuestro retorno al Todopoderoso debe ser demostrada y acompañada con acciones, tal como la plegaria, la caridad, el aumentar Ahavat Israel (amor al prójimo) procurar la búsqueda del auto mejoramiento, llegar a un compromiso para estudiar Torá o un compromiso para cumplir por lo menos, una Mitzvá adicional.
Sin embargo, esto no debe hacerse en forma mecánica: un rabino de tiempos recientes, Adin Steinsaltz, dice que: «Un caballo seguirá siendo caballo, aún si se colocara los tefilín todos los días, ni siquiera esa acción lo convertirá en un caballo sagrado», queriendo decirnos, que el cumplimiento mecánico de los preceptos no hace el contraste entre un hombre y un ser inferior. La diferencia, está en el objetivo.
En el sentido. La verdadera teshuvá debe iniciarse por la búsqueda del sentido de la vida. También, el mes de Elul, se caracteriza por comenzar un período de 40 días que culmina en el día más sagrado del año, Iom Kipur. ¿Por qué 40 días? Cuarenta es un número de limpieza y purificación. Las lluvias del diluvio de Noaj se prolongaron durante 40 días, y la mikve, el baño ritual de purificación — contiene 40 medidas de agua; 40 años estuvo errando en el desierto el pueblo judío para lograr una transformación; 40 semanas son el tiempo necesario para el desarrollo humano en el útero. La tradición viene desde el mismo momento en el que Moshé le rogase Al Eterno que perdonase al pueblo judío por venerar al becerro de oro, Moshé tuvo que subir, una vez más, el Monte Sinaí y permaneció allí por un período de cuarenta días, el tiempo comprendido desde el primero de Elul hasta Iom Kipur, el día en el que el Todopoderoso perdonó a los hijos de Israel.
El maestro jasídico Rabí Schneur Zalman de Liadi compara al mes de Elul con un tiempo cuando «el rey está en el campo» y, a diferencia de cuando está en el palacio real, «cualquiera que lo desea tiene permitido encontrarse con él, y recibe todo con un semblante amable y muestra un rostro sonriente a todos». Las siguientes son algunas de las costumbres y prácticas básicas del mes de Elul: Cada día del mes de Elul (excepto en Shabat y el último día de Elul) hacemos sonar el shofar (cuerno de carnero) como un llamado al arrepentimiento. Rambam explicó que la costumbre de hacer sonar el shofar, es un llamado a despertar a todos quienes se encuentran en un estado de somnolencia espiritual; es un llamado al arrepentimiento, que nos levanta de un estado de complacencia mínima.
El Baal Shem Tov enseña que el Shofar es una manera emocional e intuitiva de ganar acceso a los rincones más profundos de nuestro corazón, y el conocimiento de Adonai. Su toque, este sonido sin palabras, habla al corazón de una manera en la cual todas las grandes palabras e ideas no pueden acercarse. Su toque puede destruir corazones de piedra y eliminar las capas de complacencia. Su llamado es capaz de llevarnos a lugares dentro de nosotros mismos impenetrables por cualquier otro medio.
Cuando escribimos una carta o nos encontramos con otro, nos bendecimos mutuamente incluyendo el saludo Ketivá vejatimá tova —lo que es traducido aproximadamente como «Que seas inscrito y sellado para un buen año». Una buena costumbre es visitar las tumbas de nuestros Sabios y Patriarcas para que ellos rueguen por nosotros como un padre pide por su hijo. Se agrega a las plegarias diarias, por la mañana y por la tarde, el Capítulo 27 del Libro de Tehilim.
Se dice inmediatamente después del Salmo Diario (Shir shel Iom) a la mañana y antes de Aleniu de Minjá. (De acuerdo con el Nusaj Asquenazi, se dice en Maariv en vez de Minjá). El Baal Shem Tov instituyó la costumbre de recitar tres capítulos de Salmos adicionales cada día, desde el 1 de Elul hasta Iom Kipur (en Iom Kipur se recitan los 36 capítulos restantes, completando de esta forma todo el libro de Salmos). Elul es un buen momento para revisar los tefilín y las mezuzot por un escriba acreditado para asegurarse que están en buenas condiciones y son adecuados para su uso.
Dependiente de si la comunidad es sefaradí o ashkenazí en su origen, se acostumbra, sea durante todo el mes de Elul o durante la última semana del mes, hasta los días anteriores a Rosh HaShaná, a recitar las plegarias de Selijot, la primera noche a medianoche, y los días siguientes temprano por la mañana. Al levantarse para Selijot—aunque todavía es antes del amanecer—, la persona debe lavar ritualmente sus manos y recitar las bendiciones correspondientes [es decir, Al Netilat Iadáim]. Luego de recitar las Selijot con la llegada del amanecer, las manos son lavadas ritualmente una vez más, pero sin repetir la brajá. Antes de las Selijot, también deben recitarse las bendiciones de la Torá. * En las comunidades sefardíes se acostumbra a recitar todas las Bendiciones Matutinas (Birjot HaShajar) luego del lavado de las manos al levantarse. * En las comunidades ashkenazíes se acostumbra que el Oficiante (jazán) vista un talit aunque aún sea de noche. Esta costumbre tiene su origen en las palabras de nuestros Sabios respecto de las Selijot: «Adonai Se envolvió en un talit, mostró a Moshé el orden de las oraciones, y luego le enseñó los Trece Atributos de Misericordia». Debido a que se debe recitar una bendición al ponerse el talit cuando es de día (y esta bendición no puede recitarse en este momento, pues todavía es de noche y por lo tanto no es un tiempo apropiado para ponerse el talit), se acostumbra a que el Oficiante utilice un talit prestado, lo que lo exime de recitar una berajá.
Nos dicen nuestros sabios que la recitación de las selijot debe efectuarse con temor y reverencia y no se debe apurar en su lectura. En el momento de las selijot debe cada persona concentrarse en los rezos, arrepentirse por sus faltas y comprometerse a mejorar sus acciones. También nos enseñan qu las selijot pueden recitarse sin la presencia de un minian (diez personas), con la condición que al pronunciar el versículo «Vaiaabor» piense que está leyendo únicamente, sin la intención de rogarle a Adonai, por ser que dicho versículo se considera una «plegaria sagrada, como el «Kadish» y la «Kedusha», que sólo se recitan en presencia de diez personas.
Asimismo el que recita las selijot sin minian, debe omitir todos los pasajes en Arameo, como «Mahé u masé», «De ané Laaniné, etc., por ser que los ángeles no comprenden este idioma y no elevarán el rezo al Todopoderoso. Sin embargo en presencia de diez personas (Minian) se recitan estos pasajes ya que el Todopoderoso se encuentra con este grupo de creyentes y no necesitan de la mediación de los ángeles. La esencia de las Selijot es el recitado de los Trece Atributos de Misericordia que se enumeran en el versículo (Shemot / Exodo 34:6-7): Señor, Señor compasivo y benévolo… Asimismo, durante las Selijot se pronuncia la confesión, por cuanto también ésta constituye una parte esencial de las oraciones suplicando el perdón. Nuestros Sabios citaron a Rabí Iojanán: «¡De no hallarlo escrito textualmente en el versículo, esto no podríamos decirlo! Aprendemos [de las palabras de Adonai a Moshé] que El Eterno Se envolvió en un talit, como un Oficiante, y mostró a Moshé el orden de las oraciones. El Santo, bendito sea Su Nombre, le dijo: «Cada vez que Israel peque, que se atenga a este orden de oraciones y Yo lo perdonaré».
Los siguientes constituyen los Trece Atributos: Y pasando el Eterno delante de él, proclamó: Yo, el Eterno, el Eterno, soy un Dios misericordioso y piadoso, tardo para la ira y grande en benevolencia y verdad, que usa de benevolencia con miles (de generaciones); que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado (del que se arrepiente), pero que de ningún modo absolverá al culpado que no haga penitencia); que visita (revisa) la iniquidad e los padres sobre los hijos y quien limpía (Shemot 34:6-7) Merciful God, merciful God, powerful God, compassionate and gracious, slow to anger, and abundant in kindness and truth. Preserver of kindness for thousands of generations, forgiver of iniquity, willful sin and error, and Who cleanses. (Exodus 34:6-7) Vayaavór Adonai al panáv vayikrá Adonai Adonai El rajúmm vejanún érej apáim verav jésed veemét. Notzér jésed laalafím nosé avón vafésha vejataá venaké lo yenaké pokéd avón abot al baním veál bnéi baním al shileshím veál ribeím.
1. (Adonai) — Yo soy Aquel que es compasivo antes de que el hombre peque, aunque sé que al final pecará.
2. (Adonai) — Y Yo soy Quien es compasivo luego de que el hombre peca y retorna al buen camino.
3. Señor… (Elí) — También éste es un atributo de misericordia, como está escrito: «Elí, ¿por qué me has abandonado?» Y no se puede decir al atributo de justicia severa: «¿Por qué me has abandonado?»
4. Compasivo… (Rajúm) — Tiene compasión de los pobres;
5. Benévolo, (veJanún) — Es benévolo con los ricos;
6. Lento para la ira… (Erej Apáim) — El es paciente y no Se apresura a castigar, pues espera a que el hombre, quizás, se arrepienta;
7. De inmensa bondad… (veRav Jésed) — El Se comporta benevolentemente con aquellos que carecen de méritos;
8. Verdad. (veEmet) — Recompensa a aquellos que satisfacen Su voluntad;
9. Mantiene la bondad por dos mil generaciones, (Notzer jésed lalafím) — Atesora la benevolencia que la persona hace frente a Él durante miles de generaciones;
10. Perdonando iniquidad, (Nosé Avón) — Perdona las faltas que el hombre comete premeditadamente;
11. Trasgresión… (vaFésha) — Perdona las iniquidades que el hombre comete en un espíritu de rebeldía;
12. Pecado. (veJataá) — Perdona los pecados cometidos sin intención;
13. Y El limpia (veNaké) — Absuelve a aquellos que se arrepienten, mas no a los que no se arrepienten. Los Trece Atributos sólo se recitan al orar junto con la congregación.
Quien recita las Selijot a solas, saltea los Trece Atributos (o los dice, según algunas autoridades, con la tonada usada al leer un pasaje de la Torá). La persona que dirige a la congregación en el recitado de las Selijot también hace de Oficiante para el servicio de Shajarit, ya que «quien comienza una mitzvá, se le dice: «¡Complétala!» Algunos acostumbran a ayunar en el primer día de Selijot.
Históricamente encontramos Seliljot elaboradas por poetas como Yehudá HaLevi (España, siglo XI), a Moshé Ibn Ezra (siglo XI, España), a Yehudá Ibn Bileam (Sevilla, siglo XI); del primero de ellos, encontramos la siguiente composición: «Derramen tus ojos lagrimas, arrepiéntete de tus transgresiones, pide gracia a tu Creador, no emules a los malvados, humilla mucho tu altanería, provéete de buenas acciones ¡es tan agradable! Dignifica a Adonai más que a tus bienes, cuando asciendan los libertadores, cuando se eleve la voz de la libertad entre tu pueblo, prepárate para recibir a tu Liberador. ¿Por qué dormitas? ¡Levántate y clama a Adonai!» Con 4 frases y actitudes relacionan nuestros sabios el mes de Elul, y de cuyas letras de inicio se construye la palabra Elul:
1.- Teshuvá representada por la circuncisión: Circuncidará tu corazón y el corazón de tu simiente» (Et Levavjá Veet Levav = Elul).
2.- Plegaria, destacando la unión entre cada judío y su creador: Yo soy de mi amado y mi amado es mío» (Ani Ledodí VeDodí Li = Elul).
3.- Benevolencia, destacando, como su nombre lo indica, la caridad y las buenas obras con el prójimo, a través de la frase: Un hombre a su compañero y regalos a los pobres» (Ish Lerehú Umatanot Laevioním =Elul).
4.- El sentimiento de la redención proporcionado por la pronta venida del Mashíaj: «Cantaré a Hashem y proclamaron diciendo» (Ashira LaHashem Vaiomru Lemor = Elul). En resumen, el mes de Elul sirve para que se abran los caminos para llegar a la Altitud Celestial, el cual es un lugar donde nadie es rechazado.
Al contrario, quienes traían un equipo pesado, lleno de materiales inservibles, de experiencias fallidas, de errores y caídas, con todos sus rasguños y fracturas, son recibidos allí con muchos méritos y honores, ya que habían probado, equivocados, otras sendas en la búsqueda antes de un destino mejor, y el ascenso es mucho más valioso. No se puede cargar el equipo con tristeza ni pensando en que las metas no se van a lograr.
Ese no es el camino. La senda debe estar colmada de alegría desde el primer día. Así sucede con quienes van a cumplir con su misión con decisión. Logran una alegría indescriptible. Cuando madruguemos a decir selijot en Elul, y comencemos nuevamente a oír el sonido del shofar, revisemos nuestras acciones, limpiemos nuestros equipos de lo superfluo, borremos las experiencias equivocadas y los caminos del mapa que no nos llevaron a nada, y con alegría, rediseñemos nuestro objetivo y así lograremos la teshuvá que nos acerque al inicio de un nuevo año, en el que podamos, humanizados, cumplir con la voluntad de nuestro Creador. Ya una vez marcada la cumbre espiritual, revisaremos cada una de las mitzvot y ellas tendrán un nuevo sentido. El servicio al cual aspiramos en Elul está aludido en las letras hebreas de la palabra Elul, un acrónimo de Aní leDodi ve Dodi li, «Yo soy de mi Amado y mi Amado es mío».
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