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Vacaciones

Vacaciones

Sustantivo femenino plural que se refiere al periodo de tiempo en el que una persona descansa de sus actividades rutinarias,

Que están hechas para prevenir estrés, o para incrementar la productividad de una empresa, en el resto del año;

Son las que generalmente se realizan en forma de actividades recreativas fuera de los lugares habituales donde se reside y,  en periodos que dependen del país y la temporada del año.

El origen de la palabra vacaciones deriva varias acepciones, por lo general tomadas del latín: una de ellas, vacans, participio del verbo vacare: estar libre, desocupado, vacante (como un puesto de trabajo).

Otra de ellas, Vacuus: vacío, desocupado libre. Vacui dies: días de descanso; por último el vocablo Vacatio (-ionis): que significa a un tiempo vaciamiento y suspensión de las actividades normales.

Por este motivo, este retiro debería ser un sereno adentramiento en la profundidad del propio ser, lejos del entorno cotidiano…

Como dato curioso encontramos que, hasta principios del siglo 20 de la era común, era práctica de los médicos, que ellos escogieran las vacaciones para sus pacientes, como lo hacían también con los medicamentos.

Acerca de las vacaciones hay algunas frases como las siguientes:

Frases sobre vacaciones:

Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Elbert Hubbard

Cuando no se encuentra descanso en uno mismo, es inútil buscarlo en otra parte. François de la Rochefoucauld

Aquel que quiere viajar feliz, debe viajar ligero. Antoine de Saint-Exupery.

El amor se parece a las vacaciones, las esperas con ansias, las vives con contradicciones y las recuerdas con melancolía. Anónimo

Si regresas a casa tan feliz como te has ido, has tenido unas buenas vacaciones. Anónimo

La risa es una vacación instantánea. Milton Berle

Las vacaciones son no tener nada que hacer y todo el día para hacerlo. Robert Orben

¿Cuánto deben durar las vacaciones? Lo suficiente para que su jefe lo extrañe, pero no tanto como para que se dé cuenta de que se las puede arreglar sin usted. (Atribuido a varios autores)

La vida son las vacaciones de la muerte. Anónimo

El que viaja solo, viaja más de prisa. Rudyard Kipling.

Las vacaciones demuestran que una vida de placer está sobre valorada. Mason Cooley

Las verdaderas vacaciones no son viajes de descubrimiento, sino un ritual de tranquilidad. Andrew Philip Adams

El arte del descanso es tan importante como el arte de trabajar. John Steinbeck

Vacaciones desde el punto de vista judío

Si hablamos de las vacaciones desde el punto de vista judío, podemos empezar por darnos cuenta que la vida judía también consta de días laborables y días festivos;

El mismo almanaque nos muestra cómo están  repartidos los días,  a lo largo y ancho del año, sea para trabajar, o para tener un respiro del trajín de la rutina del trabajo diario, y que en nuestra vida requerimos de un descanso y de un adecuado disfrute en los momentos en los cuales no estamos laborando…

En el judaísmo tenemos “días de descanso” y días festivos:

Sin embargo, los que llamamos días festivos, no están en el calendario judío simplemente para que nos brinden descanso y nos permitan tomarnos vacaciones de la vida diaria judía;

Por el contrario, ellos se caracterizan por hacernos caer en cuenta de nuestras obligaciones religiosas y reforzar nuestro contacto con El Todopoderoso, gracias a las oraciones que tiene cada uno de estos días festivos y que empleamos en esos momentos específicos:

¿Qué se quiere decir con ello?

Que, por ejemplo, cuando bailamos con la Torá en Simjat Torá, somos otras personas, muy distintas a aquellas que se encuentran detrás de cuatro paredes, en una actividad que podemos llamar repetitiva y rutinaria, que es nuestro trabajo…

Sucede que cuando estamos en contacto con Nuestro Creador, nos viene a la mente el primer Mandamiento que nos dice: “Yo soy el Señor, tu Elohim, quien te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud. No tendrás otros dioses además de Mí”.

Con lo que entendemos que Él es quien nos otorga todas las herramientas, tanto físicas como espirituales, para nuestro diario vivir, las cuales sirven para enmendar y crear, sea mucho o poco”.

Describamos los festivos

Los festivos en el judaísmo, están caracterizados, especialmente aquellos que tienen más de dos días de duración, a tener un día de guarda y un día llamado “jol hamoed”

En este, se disminuyen las restricciones de las melajot o trabajos, tal vez con el fin que dejemos un poco de tiempo libre de nuestros compromisos para demostrar que nuestra relación con nuestro Creador es una parte verdadera e importante de nuestras vidas.

Un ejemplo de lo plasmado en la situación anterior, es el Shabat, durante el cual nuestra obligación, es no comprometernos en ninguna de las actividades que normalmente hacemos durante la semana,

Esto, durante un período de tiempo variable, que puede durar, según la ubicación geográfica de la ciudad o país donde nos encontremos,  hasta veintisiete horas,

Empezando el viernes cuando baja el sol y extendiéndose hasta el anochecer del sábado, porque está escrito

«Seis días trabajarás y harás toda tu tarea, pero el día séptimo es Shabat, consagrado a Hashem, tu Elohim, no hagas ninguna tarea…» (Shemot / Éxodo 20:9-10)

El “no hacer nada” en Shabat nos permite desconectarnos de nuestros asuntos cotidianos; es decir, nos tomamos un descanso, unas vacaciones, que nos van a permitir estar cara a cara con nosotros mismos y con Nuestro Creador, de la misma manera que cualquiera de las festividades judías que hay en el calendario y que nos obligan a hacer un alto en el camino.

Volvamos a las vacaciones

Unas vacaciones son aquellas que nos permiten estar espiritualmente despejados, que nuestra atención esté volcada hacia la arquitectura que nos rodea, o hacia las ilustraciones, o la belleza natural intacta, al igual que nos permite conocer gente, y tener tiempo para pensar.

Shabat es un poderoso recordatorio que nos devuelve al principio. Es una reunión con nuestra propia esencia. Es un retorno a la perfección que existió después de los seis días de Creación, antes del pecado.

El shabat

El Shabat, y las festividades, al alejarnos de nuestro mundo cotidiano, nos permiten estar espiritualmente despejados y tener tiempo para pensar, al estar en ese contacto, por pequeño que sea, con nuestro creador.

Es por ello que Adonai nos dice: «Abre para mí una apertura del tamaño de la punta de una aguja y yo abriré para ti la apertura del tamaño del portón del Ulam.

(Se considera que el Ulam poseía una apertura de 20 x 40 metros a través de la cual se ingresaba al recinto central del Beit Hamikdash).

Algo que nos puede enseñar más acerca del concepto de vacaciones que brindan las festividades judías, nos la deja la Cábala cuando nos dice que El Todopoderoso tomó seis días para crear un escenario en donde somos todos actores…

Posterior a ello, dejo «un espacio vacío” al que llamamos «mundo», y en ese “hueco”  que dejó, permanece oculto para que hagamos “lo mismo que Él: seis días cada semana actuando con el mundo, y luego descubriendo y disfrutando de la Divinidad que hay en todas las cosas; es decir, descansar de la «actividad creadora» porque durante esos seis días estamos muy ocupados conquistando espacio, cerrando tratos, creando productos, construyendo edificios, viajando por la súper-autopista de la información;

 Está escrito:

HaShem terminó en el séptimo día el trabajo que Él había hecho, y descansó en el séptimo día de todo el trabajo que Él había hecho. Y Dios bendijo el séptimo día y lo hizo santo, porque en él, Adonai descansó de todo el trabajo que había creado para hacer (Bereshit / Génesis, 2:1-3).

Entonces, con el Shabat nos deshacemos de todas aquellas cosas en las que estamos atrapados durante esos seis días de la semana, y  nos demostramos a nosotros mismos que no estamos esclavizados por nuestra rutina diaria…

Interactuamos con Nuestro Creador, porque El Eterno desea que lo reconozcamos como una inmensa parte de nuestras vidas, y es por ello que Él nos brinda días festivos, con la esperanza que durante esos momentos de inspiración podamos permitir que Él entre en nuestros corazones, deseando que le autoricemos a quedarse, logrando lo que realmente buscamos en las vacaciones que tomamos cuando estamos agotados del estrés normal de la cotidianidad:

El busca y quiere que no lo desterremos como si fuera una ceremonia de havdalá la cual pronunciamos al concluir el día festivo.

Veamos la siguiente anécdota acerca de las vacaciones:

Un hombre pidió permiso en su trabajo para salir de vacaciones con su familia aprovechando que venían las fiestas judías. Le había sido difícil conseguir el permiso anteriormente debido a la cantidad de pendientes de los que se debía ocupar en su puesto.

Cuando por fin su jefe accedió a autorizarle tres días de vacaciones le dijo: “Puedes ir tú y tu familia, pero me dejas las tarjetas bancarias”.

El hombre pensó por un segundo y respondió:

“En realidad utilizaré mis vacaciones para celebrar las fiestas judías y asistir a los servicios religiosos. En ocasiones, uno tiene que hacer donativos a la sinagoga o hacer gastos inesperados para la fiesta y necesito mi dinero. ¡Si voy a salir de viaje voy a ir con todas mis pertenencias, por si acaso necesito hacer un pago no previsto!”.

De la misma manera Moshé responde a Faraón en la parashá Bo cuando después de la novena plaga –oscuridad- Faraón accede de manera renuente, pero llena de orgullo a que salgan los Israelitas al desierto por tres días para servir a Su Creador, pero siempre y cuando no se lleven su ganado.

La respuesta de Moshé

“Si vamos iremos con todas nuestras pertenencias porque no sabemos qué nos vaya a pedir el Señor” enfurece a Faraón de tal manera que echa a Moshé fuera de su presencia para siempre.

Y es que cuando uno va a servir al Eterno, debe estar dispuesto a dar todo, aun si esto implica gastos imprevistos o no caerle bien a tu jefe.

De la misma manera cuando utilizamos los festivos del calendario judío para tomarnos las “vacaciones”, porque con ellas nos damos cuenta, no que tanto apreciamos nuestro trabajo, sino que tanto apreciamos lo que hacemos;

No apreciamos como lo hacemos, sino nuestros logros, y aprendemos que no debemos tratar de darle forma al mundo que nos rodea en algo que satisfaga nuestras necesidades, sino que empezamos a apreciar el mundo por lo que es…

Aprendemos que no debemos hacer cambiar a nuestra pareja para satisfaga nuestras necesidades, sino por lo que es ahora y por en lo que se puede convertir en el futuro;

Y si lo hacemos, estaremos “un paso adelante” habiendo adquirido para nosotros, y para las generaciones por venir, una porción del Cielo en la tierra.

321judaismo.com    —   9 de agosto de 2012 – 21 de Av de 5772

Artículo sin derechos de autoría intelectual: se permite su reproducción por cualquier método, físico y/o electrónico; favor citar la fuente.

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