Leyenda Jasídica
¿Evitarías la humillación de tu prójimo?
¿Que han dicho nuestros sabios acerca de la humillación?
El Rabino Mottel Hornisteipler fue un hombre sagrado, quien no queriendo dar riendas libres al disfrute de los placeres físicos, solía comer muy poco.
De todas maneras, cualquiera que fuera su porción solía catalogarla como muy grande y con ella manifestaba plenitud y satisfacción.
En alguna ocasión, vez, sin embargo, mientras viajaba, se detuvo donde un posadero, para una comida.
Le ocurrió algo muy particular: probó la sopa, y sin decir ninguna palabra, rápidamente vació el tazón entero.
Los que lo acompañaban se alarmaron aún más cuando él preguntó al dueño de casa si había más sopa.
Muy contento de que su invitado disfrutaba de la comida, corrió hacia la cocina y trajo otro tazón, lleno de la misma sopa.
El Rabino Mottel acabo el segundo tazón, y tan rápido como le fue posible, pidió otra porción: y como ya había sucedido previamente, procedió a limpiar ese tazón también.
Después de terminar, le pidió al posadero su cuarta porción…
Sin embargo, el propietario tuvo que disculparse, explicando que ya se había acabado, que no le quedaba más.
El Rabino Mottel de igual manera pago el precio, y le agradeció a su anftrión mucho por tan rica sopa y continuó su camino.
Presintiendo la enorme curiosidad que debían tener sus discípulos, el Rabino les explicó, con las siguientes palabras…
Cuando probé la sopa, me di cuenta de que el cocinero inadvertidamente había vertido kerosén en la cacerola.
Apenas si puedo pensar lo que hubiera sucedido si el propietario la hubiera probado; la forma como se hubiera enfurecido con el cocinero, hubiera sido terrible…
Y quien sabe con que tipo de consecuencias para él…
“Por ello, para evitarle la humillación al cocinero, me tome toda la sopa», hasta que ya no quedó más, como ustedes vieron.
¿Harías tu lo mismo?
22 de julio de 2018 – 10 de Av de 5778