Antisionismo
Antes de hablar del antisionismo, es importante definir ¿Qué es sionismo?
Wikipedia lo define como: un movimiento político internacional que propugnó desde sus inicios el restablecimiento de una patria para el pueblo judío en la Tierra de Israel (Eretz Israel). Dicho movimiento fue el promotor y responsable en gran medida de la fundación del moderno Estado de Israel.
La Real Academia Española, describe al sionismo como la aspiración de los judíos a recobrar Palestina como patria.
El pensador y ensayista, Gustavo Perednik, dice: el sionismo es un movimiento nacional, para el retorno del pueblo judío a su patria ancestral y la recuperación de la soberanía judía en la Tierra de Israel. El sionismo es un pensamiento que acompaña al pueblo judío por miles de años y en su faceta moderna de movimiento político les ha traído a los judíos un bienestar y florecimiento del que fue privado por milenios.
Hoy en día el sionismo se ha subdividido en corrientes socialistas, revisionistas, generales, religiosas, políticas, realizadoras, sintéticas, espirituales y prácticas: corrientes que se unen en los principios básicos de fomentar la unidad del pueblo judío y ubicar al Estado de Israel en el centro de la vida judía; Reunir al pueblo judío en su patria, desde todos los países; Consolidar el Estado de Israel, basado en la visión profética de la Paz y la Justicia; Preservar la identidad del pueblo judío, merced a la educación judía y hebrea y la difusión de sus valores espirituales y culturales; Defender los derechos de los judíos en todo lugar y La solidaridad con la Tierra de Israel.
El sionismo, arranca básicamente desde la Torá, donde El Eterno le dice al Patriarca Abraham (Bereshit / Génesis; 12; 1-4), que debe partir a habitar la Tierra Prometida; sin embargo, se considera por muchos, un movimiento decadente, que ha traído, como consecuencia, el surgimiento del Antisionismo.
Se llama antisionismo a los movimientos de oposición al sionismo. Algunas personas, tanto judíos como no judíos, consideran al antisionismo como una definición similar al antisemitismo en la medida que ambos niegan la condición de nación al pueblo judío: este es una nueva ola de violencia anti judía, antisraelí y antisionismo; El que apoya la corriente del antisionismo, arguye que todo lo que Israel hace o deja de hacer, está mal hecho: por ejemplo, la asistencia del Estado de Israel hacia las víctimas del terremoto en Haití, fue descrito como un propósito para comerciar con los órganos vitales de los haitianos. Esta posición no es nueva porque, por ejemplo, en 1917 líderes de la comunidad judía de Gran Bretaña publicaron un manifiesto anti-sionista en el periódico Times de Londres en contra de la Declaración Balfour y a favor de la igualdad de derechos entre árabes y judíos en Palestina, y en 1921, Martin Buber propuso abandonar el sionismo en aras del binacionalismo (vale decir, en pos de una federación judeo-árabe en Palestina; incluso el mismísimo Theodor Herzl temporalmente sostuvo que la conversión de los judíos al catolicismo resolvería el problema del antisemitismo, para que más recientemente, el renombrado escritor Amoz Oz hubiera expresado el no ver “nada malo” el hecho de que los judíos se convirtieran a otras religiones.
Es tanto el antisionismo que Micha Goldman, propuso modificar el contenido del “Hatikva”(himno nacional del Estado de Israel), para que los ciudadanos no judíos de Israel pudieran identificarse con el mismo.
Si nos vamos hacia la ortodoxia judía, hay dos posiciones relacionadas con el actual estado judío. La primera, que apoya y justifica la existencia del estado hebreo como el «comienzo de la redención mesiánica «(Hatjala shel Hagueula) y la segunda, en su posición de antisionismo, considera que SOLAMENTE la llegada del Mesías, podrá poner fin al exilio, es decir, la diáspora, al que está sometido el pueblo judío y por tanto, el Estado de Israel moderno y actual, no merece existir: unos de ellos, y quizás los más extremistas, son el movimiento Neturei Karta (Guardianes de la Tradición), que viven en Mea Shearim (Israel) y en ciudades occidentales como Nueva York.
Tomando las palabras del rabino Alan Silverstein, él se encargó de describir las diez plagas modernas, especialmente en el pueblo judío. Ellas son: la asimilación, la negación del valor de la religión, el individualismo, el materialismo, el antisionismo, desconocimiento de la tradición y principios judíos, dispersión geográfica de los judíos, la radicalización religiosa de los judíos, los matrimonios mixtos y el deterioro de la estructura familiar judía. Gracias a ello, concluyó que “los judíos están alejándose cada vez más de sus raíces y sus valores, por lo cual es importante recuperarlas, para garantizar la continuidad de nuestro pueblo”.
Antisionismo lo hay en todo ámbito, en todo lugar, en todo momento, fomentado por una judeofobia de más de dos mil años de antigüedad, tanto en no judíos como en el mismo pueblo: es por ello que antisionismo no necesariamente es antisemitismo: Israel, como “culpable de este sentimiento” es también el remedio del mismo: y si para ello, como opinan los ortodoxos, es necesario que El Mesías venga, Bienvenido sea y pronto en nuestros días
26 de enero de 2015 – 06 de Shevat de 5775