ENSEÑANZA DE LOS RABINOS.
Nuestros sabios en sus múltiples escritos nos han dejado como enseñanza una conversación que sostuvo Abrahám con el Todopoderoso:
Abraham tiene setenta y ochos años de edad, cuando Adonai le promete que le dará la tierra a él y a su descendencia.
Abraham dijo: “Señor ¿Cómo sabré que heredaré la tierra de Canaán? ¿Qué sucederá si mis hijos pecan y los castigas como hiciste con la generación del diluvio y de la división de los pueblos?
El Eterno le contestó: “No temas” ¿Con qué mérito quedarán mis hijos en Eretz Israel? – Insistió el patriarca – gracias a los holocaustos – contestó el Eterno.
– Por favor, Rey de Reyes, ¡dame una señal!
En esa época la gente cerraba un trato cortando animales en trozos y caminando entre los pedazos. Esta era una forma de promesa y juramento que significaba: “si no cumplo con mi parte del trato, merezco ser cortado en trozos como estos animales”.
HaKadosh Baruj hú entonces le ordenó a Abraham: “Toma para mí tres novillas, tres cabras, tres carneros, un palomo y una paloma”.
Abraham así lo hizo, luego cortó los animales por la mitad, excepto las aves, ya que el Eterno así lo ordenó.
Abraham dispuso los trozos en dos filas y las ves en el medio; entonces, poderosas aves de rapiña se lanzaron sobre ellos para devorarlos y Abraham los espantó. De esta manera se selló el pacto entre D-s y Abraham que aseguraba la entrega de la tierra de Israel a la descendencia de Abraham.
Los Rabinos profundizan en este episodio bíblico y preguntan: “si la intención del Todopoderoso era sellar un pacto con Abraham y su descendencia, habría sido suficiente un solo animal
¿Por qué El Eterno le ordenó que colocara cuatro clases de animales y tres de cada una y por qué ordenó no cortar las aves en trozos?”
Explican los sabios: “Tres novillos insinúan el Reinado de Babel (Babilonia) que tuvo tres reyes, Nebujadnetzar, Evil Merudaj y Bidshatzar.
Las tres cabras representan a Yaván (Grecia), que en su tiempo reinó sobre tres puntos en el mundo: oeste, norte y sur y los tres carneros se refieren al imperio de Medea y sus gobernantes, Coresh, Dariavesh y Ajaverosh.
El palomo y la paloma recuerdan a los países de Edóm.
Todos estos reinados y personajes tuvieron un rol importante en la historia del pueblo judío y como nuestro pueblo se asemeja a una paloma. Adonai ordenó no partirla”.
Con esta última frase nos queda otra enseñanza: Si El Eterno ordena algo, hay que obedecer.
22 de octubre de 2017 – 03 de Jeshvan de 5778