La cueva de Macpela (Majpela)
Dice la parasha de la semana, en pocas palabras que, Sara fallece a la edad de 127 años; Abraham, al conocer la mala noticia, volvió rápidamente desde Beer Sheva para guardar duelo y rendirle homenaje. Es enterrada en la Cueva de Majpelá en Jevrón, con las palabras “Y SEPULTARE MI MUERTO DE DELANTE DE MI”: esta propiedad es adquirido por Abraham, de las manos de Efrón el Jití por 400 shekels de plata.
Poco o nada se conoce de la Cueva de Macpela; nuestro conocimiento llega, en general a que, en ella, fueron inhumados Sara, Abraham (Bereshit 25:9), Itzjak, Rivka, Lea (Bereshit 49:29-33) y Yaakov (Bereshit 50:12, 13). Y nuestros sabios insisten, fuertemente, que si hay lugares en los cuales no se puede negar la posesión o herencia de los descendientes de Abraham y el pueblo judío es, la Cueva de Macpela, además del Templo y la tumba de Yoséf. Esta idea se expresa en el siguiente Midrash (comentario bíblico). (Genesis / Bereshit Rabá 79:7) Dijo Rabi Yuden hijo de Simón: «Este es uno de los tres lugares en los que las naciones (del mundo) nunca puede castigar al pueblo judío y decir «que está ocupando o robando territorio».
En El Zohar también encontramos la siguiente referencia
De acuerdo a nuestros sabios, aunque la matriarca Sara tenía una conexión muy especial a la Cueva de la Macpela, por desgracia, sus esperanzas acerca de la cueva no se materializaron durante su vida:
«Se considera un campo para comprarlo» (Proverbios / Mishlé 31:7): Mientras estaba viva, había planeado tomar el campo:
En efecto, durante su vida Sara no logró cristalizar su deseo con respecto a la cueva de Macpela. Sólo después de su muerte podía Abraham recurrir a Efrón y tratar de comprarlo: «Cuando Sara murió y fue necesario para Él (Abraham), y dijo: «Es hora de reclamar (la Cueva )(1) «
Respecto a la Cueva de Macpela está escrito en la Torá:
Y pasó el campo (2) de Efrón que está en Macpela, enfrente de Mamré; el campo y la cueva que en él había, y todos los árboles que en el campo había en todo su término alrededor, para Abraham, por compra, a los ojos de los hijos de Jet, y de todos los que entraban por la puerta de su ciudad. Y después de esto enterró Abraham a Sarah, su mujer, en la Cueva del campo de Majpelá, delante de Mamré, que es Hebrón, en la tierra de Canaán.
Vayakóm sedé Efrón asher baMacpela asher lifnéi Mamre hasadé vehameará asher bo vejól haétz asher basadé asher bejól guevuló saviv. Le Abraham lemikná leeinéi benéi Jet bejól baéi shaár iró. Veajaréi jen kavár Avraham et Sara ishtó el mearát sedé haMacpela al penéi Mamre hi Jevrón beéretz Kenaán.
Josefo es uno de los pocos historiadores que habla de Monumentos en Hebrón dedicados a los patriarcas, y la describió como una estructura similar a una fortaleza (de unos 60 x 34 m) con paredes de enormes bloques de caliza dura. Los estudios antropológicos datan que al menos parte de la mampostería, son del tiempo de Herodes el Grande quien construyó un gran edificio en la cima del lugar tradicional de las tumbas de los Patriarcas, con un estilo arquitectural es similar al del Monte del Templo en Jerusalém, por incluir en ella piedras de gran tamaño (hasta 7.3 m de largo), por el tipo de albañilería (seca), y por la clase de pilastra (columnas engranadas).
Tres historiadores, según la Enciclopedia Católica, hacen una muy breve y parca descripción de este lugar: uno de ellos: Eusebio, más conocido como Eusebio de Cesárea o Eusebio Pamfilio, y autor del Onomasticón, habla explícitamente de un edificio rectangular de piedra magnífica, mientras que San Jeromé, conocido como Eusebius Sophronius Hieronymus, dice que es dudoso que la iglesia, se haya construido recientemente, y hay que buscarla en el mausoleo o al Haram Ramet el Khalil, en un viaje de media hora, hacia el norte de Jebron. Por otro lado, la misma Enciclopedia Católica menciona que, San Antonino (c. 570), a través del “Itinerarium” hace una descripción de una basílica con cuatro salas (quizás cuatro porches sobre las paredes) en las tumbas de los patriarcas, la cual posee un jardín abierto al público, que es igualmente venerado por los cristianos y los Judíos.
También se tiene un reporte de San Adamnan, nacido en Drumhome, Donegal, Ireland,y Monje de Iona, quien escribió el libro DE LOCIS SANCTIS, en cooperación con otro monje de nombre Arculf, donde está escrito que, en el lugar donde fueron enterrados los Patriarcas está rodeado por un muro rectangular, y que sobre las tumbas, están erigidos algunos monumentos
Durante el tiempo de los cruzados, el edificio era una iglesia cristiana; pero desde entonces ha sido una mezquita musulmana donde, por mucho tiempo, no se permitió el ingreso a no musulmanes.
Desde el punto de vista judío, hay una descripción del sitio realizada por Benjamín de Tudela (3), quien dijo al respecto: «Y en el valle es la Cueva de Majpelá, si un judío quiere entrar, debe pagar al vigilante ismaelita, entonces, él le abrirá una puerta de hierro. Desde allí se desciende las escaleras con una vela en la mano. Al llegar a la tercera cueva uno se encuentra seis tumbas. Estas son las tumbas de Abraham, Isaac y Jacob, y frente a ellos, Sara, Rebeca y Lea, y dentro de la cueva hay muchos barriles, llenos de huesos de israelitas que traerán los huesos de sus muertos a la cueva en la era de Israel».
La historia nos sigue narrando que, entre los años de 1318-1320, el mameluco Gobernador de Gaza Sanjar al-Jawli ordenó la construcción de la mezquita de Amir Jawli dentro del recinto de Haram para agrandar el espacio de oración y dar cabida a los fieles. A finales del siglo 14, bajo los mamelucos, abren dos entradas adicionales: Crean un cenotafio (4) en memoria de Yosef, en su nivel superior, y construyeron también la escalera del noroeste y los seis cenotafios, distribuidos uniformemente en todo el recinto. Los mamelucos, en esa época prohibieron la entrada a los judíos, en este sitio, que se extendió hasta el año 1929, para luego construir lo que se conocería como el séptimo sitio o séptimo paso.
Después de la guerra de los 6 días (1967) la Cueva de Macpela, se convirtió en un popular centro de peregrinación judío, ya que éstos, después de 700 años, pudieron visitar una vez más las tumbas de los patriarcas y tener sus ceremonias religiosas allí. Dentro de la mezquita, tanto los cenotafios como los sarcófagos, están cubiertos con tapices de seda ricamente bordados, señalan los lugares bajo los cuales se dice que están ubicados los ataúdes de la familia patriarcal. Los visitantes pueden mirar por una pequeña abertura en el piso a una salita blanqueada, cuadrada, de 3,60 m de lado, que es posiblemente la antesala de la cueva propiamente dicha, pero por causa de la oscuridad de ésta no se puede ver prácticamente nada.
Muchos incidentes de carácter político – religioso han sucedido desde entonces, tales como lo que ocurrió en víspera de Yom Kipur, el 3 de octubre de 1976, cuando una turba árabe destruyó varios rollos de la Torá y los libros de oración que se encontraban en la tumba. En mayo de 1980, hubo un atentado contra los fieles judíos cuando regresaban de su oración, ante la tumba, que dejó 6 muertos y 17 heridos: es por ello que este sitio tiene una restricción casi total para los judíos, con excepción de 10 días al año, que tienen un significado especial en el judaísmo. Uno de estos días, es el Shabat en el cual se lee la parasha de la Torá llamada Jayei Sara, que se relaciona con la compra, por parte de Abraham de esta tierra, en la que se encuentran las cuevas.
Existe una leyenda que relata que, desde la Cueva de Macpela, Adam pudo visualizar la luz que provenía del Gan Edén de donde fue expulsado, y la orientación de la misma, está precisamente, limitando con el Gan Eden y, por ello que, nuestros sabios dicen que, Maarat HaMacpela, La Cueva de Macpela, tiene todo el poder y la fuerza, que le permite a Eretz Israel permanecer en las manos del pueblo judío, hasta la pronta y completa redención dada por nuestro Mesías…
.
(1) Existe una creencia, donde según Pirkei De Rabi Eliezer, Capitulo 37, (tal como consta en el «Sefer haYashar», sección «Hayei Sara», p. 37, Livorno, 1870), la Cueva de Macpela estaba en Jebus, y la razón que indujo a Abraham que comprar era la siguiente: Cuando Abraham fue a buscar el becerro de sus invitados (Bereshit / Génesis: 18: 7) el cuál escapó a la cueva de Macpela, Abraham corrió tras él, y cuando entró en la cueva vio a Adám y Java recostados en sus camas como si estuvieran durmiendo, a pesar que, alrededor de ellos, había velas encendidas, las cuales exhalaban un agradable olor. Abraham, se llenó de un fervoroso deseo de poseer la cueva, por lo que se decidió a comprarla a cualquier precio. Los jebuseos, se negaron a vendérsela, hasta que jurara que, cuando sus descendientes conquistaran la tierra de Canaán, dejarían libre a la ciudad de Jebus (Jerusalém).Abraham, para lograr su objetivo, juró, y los jebuseos inscribieron este pacto, en ídolos de bronce, que se colocaban en los mercados de la ciudad. Esta fue la razón por la cual los hijos de Benjamín no expulsaron a los habitantes de Jebús (Jueces i. 21).Abraham aseguró su compra de la Cueva de Macpela por medio de un acto formal, el cual fue firmado por cuatro testigos: Amigal, hijo de Abisúa el hitita; Elijoref, hijo de Ashuna heveo; Iddon, hijo de Ahira Gardita y, A?dul, hijo de ‘Abudish el Zidonita.
(2) Como dato curioso, Maarát Sde HaMacpela (la Cueva del campo de Majpelá), al tomar las iniciales de estas tres palabras, (en hebreo) Mem, Shin y Héi, se combinan para formar la palabra Moshé
(3) Rabino de la ciudad de Tudela, quien a través de sus múltiples viajes, se esforzó por reunir, en un documento que fue publicado en idioma latín, bajo el nombre de Itinerarium Benjamini Tudelensis. varios siglos después de su fallecimiento, donde reunión noticias sobre las comunidades judías ribereñas del Mediterráneo, y aún de países tan lejanos, como Arabia, Persia, Asia central, India o Ceilán; e incluso menciona la existencia de la judería de Kai Fong en China.
(4) Cenotafio es una tumba vacía, o monumento funerario erigido en honor de una persona, o grupo de personas, para los que se desea guardar un recuerdo especial. Se trata de una edificación simbólica. La palabra deriva del griego kenos cuyo significado es «vacío» y taphos que significa «tumba».
22 de Octubre de 2013 – 18 de Jeshvan de 5774