Grandes alegrías
Todos sabemos que alegría es una palabra que implica un sentimiento grato, generador de bienestar, y que se refleja mediante actos palabras o gestos; ella suele ser muy contagiosa y que ella, fisiológicamente,induce al cerebro a liberar una hormona llamada endorfina, la cual ayuda a aliviar o eliminar el dolor, tanto físico como emocional, y aumenta la resistencia de la mente y del cuerpo.
Las grandes alegrías, pensamos que provienen de grandes detalles, pero también pequeñas cosas nos pueden generar grandes alegrías.
En la Torá, encontramos, una “orden” para mantenernos alegres, que dice lo siguiente:
y te regocijarás con todo el bien que el Eterno, tu Adonai, te ha dado a ti y a tu casa, así tú, como el levita y el extranjero que moran en medio de ti.
Vesamáta vejól hatóv asher natán lejá Adonai Elohéija ulebeitéja atá vehaLévi vehager asher bekirbéja.
El rabino Najman de Breslov tenía una frase relacionada con las grandes alegrías: «Es una gran mitzvá vivir en estado de felicidad» (mitzvá guedolá lihiyot besimja tamíd: ???? ????? ????? ????? ???? ).
El rabino Jaim Volozhin enseñó: «Una persona de buen humor puede aprender más en una hora que una persona deprimida puede aprender en muchas horas
El movimiento jasídico, antes de que se acuñara el nombre con el que se conoce actualmente, utilizó la expresión di freilicha, que significa «los felices».
A pesar de lo anterior, el pueblo judío ha demostrado que su historia ha sido permanentemente atravesada por la tragedia, sin embargo, los judíos nunca perdieron la capacidad de regocijarse, de celebrar en el corazón de oscuridad, para cantar la canción del Señor incluso en una tierra extraña.
Esto también suele sucederle a muchas personas.
Lo que nos dice que, todos podemos sobrevivir a los fracasos y las derrotas si nunca perdemos la capacidad de alegría.
En el judaísmo, hay un ejemplo muy claro para ello: es la festividad de Sucot: en ella, dejamos la seguridad y la comodidad de nuestras casas y vivimos en una choza expuesta al viento, el frío y la lluvia. Sin embargo, lo llamamos zeman simjateinu, nuestro tiempo de alegría.
Esa es sólo una de las múltiples demostraciones que nos enseñan que, a pesar de las adversidades, es posible continuar con la alegría, la felicidad, el regocijo, en grandes o inimaginables porciones y proporciones.
Pequeños detalles como comer y beber, pueden traernos grandes felicidades, dijo Maimónides
Kohelet / Eclesiastes 3:12-13 Percibí que no hay nada mejor para ellos que estar alegres y hacer el bien mientras vivan; también que todos deben comer y beber y disfrutar de todos sus trabajos; este es el regalo de Dios para el hombre.
Muchos de nosotros fijamos la felicidad en factores como: tener mucho dinero, llegar al matrimonio, tener un buen nivel de educación gozar de buena salud, una vivienda óptima, un automóvil (varios según el tamaño del núcleo familiar) etc. y lo manejamos con la frase “si yo tuviera”
Ejemplo: Una persona que se gana una la lotería: el monto obtenido es de cien millones de dólares, por supuesto que va a saltar de alegría. Lo va a considerar como la más grande alegría de su vida.
Voy a viajar por el mundo, voy a ser importante. «Ahora voy a hacer lo que sea que me parezca el resto de mi vida. Soy libre, dueño de mi destino.
No más trabajo, no más preocupaciones, ni problemas, ni nada. “¡Cien millones de dólares!»
Sin embargo, una investigación de la sicóloga Sonya Lyubormisky muestra que este y las anteriores circunstancias solo manejan el 10 por ciento de nuestra felicidad… Entonces, ¿Dónde está el otro 90%?
El judaísmo dice que uno puede ser feliz y lograr grandes alegrías, sólo por ser uno mismo: esto lo aprueba el rabino Menajem Mendel de Lubavitch refiriéndose a una actitud de Baal Shem Tov, «El Baal Shem Tov enjugó las lágrimas del pueblo judío. Trabajó duro para asegurar que cada judío fuera feliz simplemente porque era judío.
Y esto, ¿Por qué así? Porque cada judío que trabaja por la realización de una mitzvá, obtiene felicidad, alegría, gozo
El rabino Elazar Azkari, erudito de Safed del siglo 16 y autor de la obra Jaredim, escribió: «La principal recompensa por una mitzvá es por la gran alegría en ella». «La recompensa es proporcional a la alegría [con la cual se realiza la mitzvá» . «
En nuestro caso, entonces, lo importante es comenzar a hacer las mitzvot: siempre se empieza con una, al ver resultados, se incrementa una y otra hasta llegar a cierto nivel… cada cual suele determinar hasta dónde porque puede considerar que determinada mitzvá está “pasada de moda”
Sin embargo y bajo esa óptica: Haz esas cosas que consideras importantes y tendrás grandes alegrías. Si luchas por una causa, estás teniendo un impacto en el mundo. Eres eterno
Pequeñas cosas como esta pequeña lista
- Vestirse bien.
- Comer comida deliciosa
- Cantar.
- Dar un largo paseo por la playa.
- Pensar positivamente.
- Pasar tiempo con los amigos.
- Tener amabilidad para con los demás.
- Meditar en lo bueno que es estar vivo.
- Llamar a tus padres para agradecerles por darte la vida.
- No se concentrarse en los aspectos negativos tales como: «Estoy cansado … Mi jefe está impaciente …»
- Hagámonos conscientes de la belleza de cada momento.
(Y por supuesto el cumplimiento de las mitzvot — las que quieras, en el momento no importa cuantas)
Estos y muchos más harán que sientas alegría.
Una vez que sientas alegría, es importante canalizala en una dirección productiva.
Así llegarás a grandes alegrías
El Orjot Tzadikim (siglo 15) dijo: «La alegría habita en el corazón de una persona cuando no se centra en los problemas». Si puedes concentrarte lejos de los problemas, la condición natural es alegría.
Busca las grandes alegrías a partir de las pequeñas cosas.
321judaismo.com 20 de octubre de 2017 – 30 de Tishrei de 5778