Pregunta:
¿Los judíos creen que una persona puede vender su alma al diablo?
Respuesta:
La respuesta más rápida, relacionada con la idea de «vender el alma al demonio», lo que en algún momento podría significar en convertirse en esclavo del demonio a cambio de los favores proporcionados, NO existe en la Torá y por consiguiente, NO pertenece a la ideología judía.
Cualquiera de las obras éticas judías que consultemos, nos van a describir casos en los que uno puede ser «poseído», pero en estos casos. solamente van a predominar los malos impulsos y esto es lo que vamos a visualizar en “la persona poseída”. y existen rabinos que se han “especializado” en curar este tipo de afecciones, que en otras religiones lo llaman “exorcismo”
La misma literatura nos describe que, incluso ese estado, siempre es y será reversible, tal como fue comentado previamente
Ahora: volvamos a repasar quién es Satanás en el pensamiento judío [(1) Ver el artículo y/o el video Satanás en el judaísmo]:
Satán, como se le conoce más específicamente en hebreo, significa «provocador, opositor, acusador adversario, fiscal, obstaculizador « y se usa varias veces en la Torá y el Tanaj, como verbo y como adjetivo calificador, e incluso como nombre.
Esta palabra «Satán» se encuentra 24 veces en el Tanaj.
La primera manifestación de la Torá acerca de la “provocación” la encontramos en el famoso episodio de Java y la serpiente: en esta instancia no está mencionada la palabra Satán, pero la interpretación de algunas corrientes religiosas implica (n) su presencia allí…
Sin embargo, es en la historia de Job (Iyob) lugar en la Torá donde francamente aparece este personaje, está dada con la intención de provocar, confundir y/o oponer
Está escrito:
Llegó el día, y los ángeles de Adonai se pararon al lado del Señor, y el Adversario, también, vino entre ellos.
El Señor le dijo al adversario: «¿De dónde vienes?» Y el adversario respondió al Señor y dijo: «Entre ir y venir de la tierra y caminar por ella».
En fonética: Vayehí hayóm vayavóu Benei Elohim (1) lehityatzev al Adonai veyavó gam hasatán betojém
Vayomer Adonai el hasatán Meáin tavó vayaán hasatán et Adonai vayomar mishút bééretz umehithaléj ba.
Como vemos, es, «un provocador».
En este libro de Job, el satán aparece como lo hemos descrito, como un fiscal ante HaShem:
Volvamos al libro de Job (Iyob), para ver más referencias de Satán
Ahora el Señor le dijo al adversario:
¿Le has prestado atención a mi siervo Job? Porque no hay nadie como él en la tierra, un hombre sincero y recto, que teme a Dios y rehuya el mal».
Y el satán respondió al Señor y dijo:
«¿Job teme al Eterno por nada?
¿No has hecho un cerco a su alrededor, su casa y todo lo que tiene por todos lados?
Has bendecido el trabajo de sus manos, y su ganado se ha extendido por la tierra.
Pero ahora, extiende tu mano y toca todo lo que tiene, ¿no te blasfemará en tu cara?
Ahora el Señor le dijo al adversario: «He aquí, todo lo que tiene está en tus manos; sólo sobre él no extiendas tu mano». Ahora el adversario dejó la presencia del Señor.
Ya habíamos dicho que El Eterno se encargó de crear un ángel que desempeñara el papel de provocador o de engañador; y, que él es un mensajero y subordinado de HaShem.
Vemos en los pasajes anteriores, cómo obedece las órdenes dadas a él, por El Eterno
Satán, aunque puede ser descrito como un ángel caído NUNCA fue enviado al infierno, donde comenzó a luchar contra El Todopoderoso: fue creado para ser Satán, el provocador.
La idea de «rebelión» (2) en un ángel, en el judaísmo, es imposible ya que solo los humanos tienen libre albedrío y pueden optar por irse o manifestarse en contra de Hashem.
Éste libre albedrío, capacidad de libre elección (Bejirat Jofshí como se le conoce en hebreo) parte, según el rabino Dessler, de la capacidad que tenga un evento en desafiarnos… sabemos que ciertos eventos nunca nos desafiarán, ya que no pensaremos en hacerlos, pero otros casos en los que realmente tenemos que pensar y tomar una decisión.
Tampoco Satán pasa sus días avivando las llamas del infierno con su horca.
Es una presencia en la tierra con una misión: provocar que la gente desobedezca la voluntad de HaShem.
No hay poder del mal independiente de Adonai; de lo contrario, esto implicaría una falta de control y poder inclusivos del Creador per se.
De hecho, la noción dualista de una poderosa figura anti-Dios que lucha con El Eterno, por el destino de la raza humana es incompatible con la creencia judía.
Citemos el libro de Yeshayahu:
«… Desde el lugar donde sale el sol hasta el lugar donde se pone, no hay nada más que Yo. Soy Di-s, no hay nada más. [Yo soy Él] Quien forma luz y crea oscuridad, Quien hace la paz y crea malvado; soy Di-s que hace todo esto «.
Obviamente, Satán no es una fuerza autónoma que se opone a Adonai, para así reclutar personas para su ejército de almas malvada y destructoras.
Más bien, el satán es una entidad espiritual que es completamente fiel y obediente a su creador.
Por ejemplo, con respecto a la historia bíblica del intento particularmente agresivo de Satán de seducir a Job para blasfemar, el rabino Levi declara en el Talmud:
«Satán actuó por el amor hacia El Eterno. Cuando vio cómo HaShem estaba tan concentrado en Job, dijo: ‘(¡Jas veJalila!) Que no se permita que El Eterno olvide su amor por (nuestro antepasado) Abraham!'»
El Zohar se encargó de comparar a satán con una ramera la cual es contratada por un rey para tratar de seducir a su hijo, todo porque el rey quiere poner a prueba la moral y la dignidad de su hijo.
Tanto el rey como la ramera (que se dedica al rey) realmente quieren que el hijo se mantenga firme y rechace los pedidos y las solicitudes de la ramera.
De manera similar, el Satán es solo otro de los muchos mensajeros espirituales (ángeles) que HaShem envía para cumplir Su propósito en la creación del hombre.
Encontramos en el Talmud,en Bava Batra 16a, una descripción completa del trabajo de Satán. Este libro lo resume diciendo que Satán, el impulso al mal, más conocido en el judaísmo como el Yetzer HaRá y el ángel de la muerte, son la misma personalidad.
Dice y describe que él es un ángel que desciende del cielo y se extravía, luego asciende y presenta acusaciones contra la humanidad, para que, al final, se lleve a cabo el juicio y se llegue a un veredicto.
Sin embargo, el pasaje mencionado anteriormente en el Zohar concluye que si uno sucumbe ante el impulso de la inclinación al mal, está «dando energía al otro lado». E
Esto significa que un acto que desafía la voluntad de Di-s otorga a esas fuerzas que ocultan la presencia de Di-s, a Su voluntad, fuerza adicional para ocultarnos aún más a Di-s.
Esto se presenta como desafíos internos y externos aún mayores para que uno pueda experimentar e identificarse con las verdades de Di-s y Su Torá.
Un ejemplo extremo de esto sería Faraón, que esclavizó al pueblo judío en Egipto.
Aunque Di-s le dijo a Moisés que ordenara al Faraón que liberara a los israelitas, afirmó que «endurecí su corazón y el de sus siervos» para finalmente castigar a los egipcios con las diez plagas. (Y conocemos, ampliamente, el resultado de este castigo)
Por ello, como consecuencia de su anterior opresión y abuso de la nación judía, su capacidad para abandonar sus malos caminos se hizo aún más difícil, hasta el punto de que parecía haber perdido la libre elección, y su visión y capacidad para arrepentirse se vio completamente afectada.
Así lo describió Maimónides en Leyes del arrepentimiento 6:2
No hay nada que pueda detener en última instancia a alguien que realmente busca regresar.
Todos sabemos que por un momento, el Faraón fue capaz de superar este bloqueo y finalmente arrepentirse, para dejar salir al pueblo de Israel
¿Por qué fue castigado Faraón?
Comencemos diciendo que el faraón daba un trato inhumano del faraón al pueblo judío, donde estaba incluido el infanticidio y la opresión, aún antes del nacimiento de Moshé, pero El Eterno quería mostrarle al mundo que una persona podía pecar severamente, pero igual tiene y posee la capacidad de corregir, la maldad y sus errores, mediante el arrepentimiento,
De acuerdo con lo explicado, podríamos asegurar que para la historia, el faraón estaba “poseído” por Satán,
Y cualquier persona podría, en algún momento, estar completamente poseído por satán, pero, como hemos explicado, como retribución divina por sus fechorías anteriores, su alma (completa – Ruaj Nefesh y Neshamá), no se vende y y ella es capaz de vencer su instinto e impulso de actuar bajo el impulso de esta “posesión demoníaca”.
Ser completamente vendido sin esperanza de redención sería contraproducente para la intención del Todopoderoso, y no podría existir.
Independientemente de dónde haya caído, nunca se le vende a estas fuerzas impuras, y su alma puede luchar libremente y volver a comprometerse a servir a HaShem con sinceridad y pasión.
Recordemos que, las diferentes herramientas que nos pueda brindar el arrepentimiento sincero pueden derribar cualquier muro, ya sea preexistente o creado por sus acciones, despejando el camino para que, el que ha errado, y en especial voluntariamente, pueda volver a su verdadero yo.
- Revisemos el artículo de la clasificación de los ángeles, donde encontraremos a los Benei Elohim
- Tenemos que tener en cuenta que, en el Libro de Baruj y en el libro de Enoj, Satán, es conocido con los nombres de Samael, Melkira (ángel del mal), Bajirá (el elegido del mal), y hace parte de los ángeles rebeldes, pero no es el líder… Y más tarde en la literatura, como en el Pirke De-Rabbi Eliezer, allí ya está reconocido como el jefe de los ángeles caídos.
20 de Agosto de 2019 – 19 de Av de 5779
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Redactado, elaborado, producido, traducido, adaptado, con comentarios añadidos, según corresponda, por el Dr. Max Stroh Kaufman para 321judaismo.com
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