Podemos comenzar diciendo que las decisiones están divididas porque así lo hace la literatura y nuestros sabios.
Hay cabalistas, sabios de acuerdo y otros en desacuerdo.
Empecemos a nombrar a los cabalistas, quienes elaboraron textos sobre la gran ventaja de despertarse en la media noche o lo que se conoce como jatzot.
La Mishna Berura 1:10 relata que los mekubalim han elaborado una serie de conceptos sobre la importancia de decir Tikun Jatzot.
Su lenguaje implica que, aunque es una tefilá importante para recitarla, no es una obligación absoluta.
El Sefer Mor UKetzia también se describe que ni siquiera encontró una pista insinuada en la Guemará que uno debería levantarse, obligatoriamente, para rezar en los jatzot.
Cuando el Zohar discute la recitación de Tikun, la intención de Jatzot no era establecer una obligación vinculante para todos. Sólo para los talmidei jajamim que viven en Eretz Israel están obligados a recitar este tefilá.
El Sefer Majazik Beraja, no está de acuerdo con Mor UKetziá y sostiene que es una tefilá obligatoria…
Explica también el Shem Guedolim por qué esto no se menciona en la Guemará.
El Rabino Jaim Kanievsky mantiene que la práctica de recitar Tikun Jatzot es la misma que
todas las prácticas de base cabalística que no generan una obligación para todos de observar.
Se dan varias explicaciones por qué no es tan común que la gente recite Tikun Jatzot hoy en día.
Eshel Avrohom sugiere que ya no somos tan fuertes como lo fueron las generaciones anteriores y físicamente no pudimos manejar el hecho de podernos despertar cada noche para recitar Tikun Jatzot.
Otra explicación es que debido a la duración del exilio y todas las cargas que pesan en nuestras mentes con respecto a nuestras necesidades inmediatas, es difícil para las personas
generar la tristeza que se supone que acompaña a la recitación de Tikun Jatzot.
La Mishna Berura 1:10 también escribe que aquellos que saben que si se levantaran para Tikun Jatzot no podría despertarse para hacerlo, no tiene que levantarse para la recitación de Tikun Jatzot.
Con las decisiones divididas, uno tiene varias opciones:
La primera está en seguir las indicaciones de su rabino guia y/o de la costumbre en la comunidad donde se reúne.
La segunda, el libre albedrío que permite tomar decisiones al respecto. Así, se levanta a la madrugada o no, para orar por el tikun jatzot.
Por último, simplemente negarse, porque como está escrito, no tiene las suficientes fuerzas para hacerlo.
Aquí sugerimos… ¡hacer el esfuerzo!
08 de septiembre de 2020 – 20 de Elul de 5780