Prepotencia en el judaísmo
Siendo algo relativamente común y frecuente, cuando iniciamos un tema y este requiere de algún tipo de definición, es con ello con lo que abrimos el tema.
¿Qué es prepotencia?
¿Qué esperamos de ella?
Las definiciones más rápidas nos la da el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
- Más poderoso que otros, o muy poderoso.
- Que abusa de su poder o hace alarde de él
Sin embargo, si queremos “más detalles” vemos que:
Etimológicamente, la palabra prepotente es de origen latín praepotens, praepotentis, se forma con el prefijo prae– que significa delante, y potens que expresa potente.
Se le llama prepotente a una persona que se siente poderosa o influyente. Es quien generalmente, impone su poder o autoridad para obtener un provecho o beneficio, siendo una característica propia de muchos tiranos y déspotas de regímenes absolutistas.
El prepotente, muchas veces es señalado como la combinación y suma de arrogancia, soberbia, altanería, altivez y egocentrismo porque se considera superior a los otros, el centro del mundo, y de todos, actúa de manera irrespetuosa hacia los demás con desprecio y ofensas.
Y Por ello podemos resaltar unas cuantas frases acerca de este comportamiento, para que nos ayude a entender…
Algunas de ellas dicen:
“La prepotencia es la máscara de la ignorancia”
“A la mayoría de las personas prefiero darles la razón rápidamente antes que escucharlas».
“La prepotencia tiene marcado en la frente un estúpido orgullo”
“La vanidad, la envidia y la prepotencia no sólo son tres de los peores defectos del ser humano, también son de los más difíciles de controlar y corregir”.
¿Qué podemos encontrar en nuestros textos?
En la Guemará por ejemplo encontramos una especie de disputa entre El Eterno, y una persona arrogante: El Eterno dice que no hay lugar para que Él y la persona arrogante que convivan juntas.
¿Qué significa esto?
La persona arrogante puede llegar a asegurar, por todos los medios, que no necesita de HaShem para tener éxito en la vida.
Mediante la arrogancia, los logros de uno se deben a los propios esfuerzos y, por lo tanto, no necesita la «ayuda» del Eterno.
Y en consecuencia, El Todopoderoso suele responder en una forma llamada medida por medida, en la que, tal vez le provee a la persona arrogante una mínima ayuda en la que no se nota la intervención Divina o en la mayoría de las casos, dicha intervención, definitivamente, no es notoria (siata dishmaia) en ninguna de sus actividades.
Eso significa que Dios no residirá con ella.
Por lo tanto, dicha persona actuará regido por sus capacidades, esforzándose en ello hasta un “último instante” el cual, independiente de su inteligencia, lo llevara a un punto “sin retorno” después del cual estará perdida.
Allí, en ese momento, buscará entonces la ayuda divina…
Y ella vendrá…
Para restaurarlo a él o a ella
Dejándole en claro “cómo fueron, son, y serán” las reglas del juego.
Medida por medida:
Es una de las formas de verla y de sentirla.
El primer paso es reconocer que SI YO EXISTO, es porque Hashem QUIERE que exista, y significa que tengo un papel importante que desempeñar:
Bishvili Nivrá Haolám. (Por mí/para mí se creó) el Universo
Esto dejaría ver a una persona “Normal” y a una prepotente.
Pero, la envidia, que es una de las “características del prepotente”, es lo que va a marcar la diferencia, “en el futuro”
De cualquier manera, Abraham Avinu requirió, en algún momento. de la prepotencia…
Pero el punto crítico de Abraham no es que él percibiera a los ángeles como personas, sino que los miraba y los percibía como ángeles.
Abraham entendió que uno no necesita ser un ser divino para ser un ángel, y que cada persona (así como cada situación) con la que interactuamos en este mundo da forma y es formada por nosotros a su vez.
Es nuestro trabajo ver más allá de la superficie, más profundo que nuestras reacciones inmediatas, a la oportunidad que hay debajo.
Otro de los aspectos de la prepotencia es el egocentrismo…
El egocentrismo nos permite la contemplación detallada de nuestra grandeza y no la de Hashem ni de nadie más, y en ocasiones nos sirve para tener alguien a quien culpar por todo lo que no está bien en nuestras vidas.
En algunas ocasiones no es malo el egocentrismo, o si no, el porqué de las palabras del sabio del siglo primero Hillel:
“Si no soy para mí, ¿quién será?
Y si soy solo para mí, ¿quién soy?
Lo que si hay que hacer es que el egocentrismo debe tomarse como un sentido único de responsabilidad por el mundo.
¡Este es mi mundo y yo soy su guardián!
Si hay un problema, tengo que hacer algo al respecto.
Y también, la forma como un niño ve las cosas y espera se resuelvan
El niño, en etapas muy tempranas de su vida, dijo Rabeinu Bachya, en «Deberes del corazón», «no es un pensador y no puede distinguir entre el bien y el mal»
Y en la infancia aprende las bases de la moralidad…
Pasando por tres etapas:
La primera, según análisis científicos, su comportamiento es el resultante del miedo al castigo o de la obediencia a sus padres;
En la segunda etapa de desarrollo, su comportamiento está determinado por su necesidad de aprobación por parte de otros o por la conformidad del rol.
Finalmente, en la última etapa, el niño internaliza los valores morales de su sociedad
Si la crianza de los hijos tiene éxito, al final de este período, cuando el niño tenga trece años (si es un niño y doce, si sea una niña), tendrá la capacidad de comportarse de acuerdo con los principios morales internalizados.
Entonces, tendremos un “producto final óptimo,
Como dijo Salomón:
«Enseñe a cada muchacho de acuerdo con sus formas, entonces no abandonará su instrucción incluso en su vejez». (Proverbios 22: 6)
Con el fin de que, con el tiempo no puedan “echarse a perder” sino mantener sus valores hasta el fin de sus días, gracias a la educación judía recibida,
Y este “echarse para atrás” lo describió Maimónides, cuando declaró:
‘Es imposible que el hombre nazca con una naturaleza predispuesta a cierta virtud o deficiencia y ciertas funciones sean más fáciles para él que otras
Recibe entonces el hombre, un entrenamiento en el carácter, los valores y el estilo de vida de acuerdo con la herencia bíblica, que le permitirán surgir o no.
Dijimos al principio…
“La vanidad, la envidia y la prepotencia no sólo son tres de los peores defectos del ser humano, también son de los más difíciles de controlar y corregir”.
Pero la Prepotencia tiene su indicación y su razón de ser…
Mejorar nuestra relación con los demás, con nuestro ambiente, y con HaKadosh BarujHu
Que la prepotencia, en su debida medida, nos traiga la Bendicion de HaShem
17 de junio de 2020 – 25 de Sivan de 5780