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Divarnu Dofi Los pecados de Yom Kipur

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Divarnu Dofi Los pecados de Yom Kipur

Divarnu Dofi.

Los pecados de Yom Kipur

Introducción

· Para el judaísmo, el errar es parte del ser humano (I Melajim / I Reyes 8:46) Ya que no hay ser humano que no peque, si tu pueblo peca contra ti, y tú te enojas con ellos y los entregas al enemigo para que se los lleven cautivos a otro país, lejano o cercano,

Ki yejetú lejá ki éin adám asher lo yejéta veanáfta bam unetatám lifnéi oiyév  veshavú shobéihem el éretz haoiyév rejoká o krová.

Es por ello que existe una  forma de confesión abreviada, conocida como Ashamnu, que se dice como parte de las plegarias diarias, inmediatamente después de la Amida, y se recita de pie y en silencio, excepto en Rosh Hashaná y Yom Kipur, que se recita en voz alta, contiene un acróstico alfabético, de 24 líneas, iniciando desde la alef hasta concluir con la tav, en la que se expresan los “pecados” cometidos, con la concepción que la persona pueda ser perdonada en el Juicio Divino y especialmente ante el Gran Día de Yom Kipur, basándose en la enseñanza del Talmud que dice, “arrepiéntete antes del día de tu muerte” En el ritual Reformista, el Ashamnu también se utiliza por el novio y la novia antes de su boda, ya que dicho día se considera una especie de «Día de la Expiación» para ellos.

Según Rambam (Hiljot Teshuvá 1:1), el mandamiento de la Torá, que nos ordena arrepentimos, menciona explícitamente una confesión, no un arrepentimiento (Números 5:6-7). Por lo tanto, está claro; no puede haber arrepentimiento salvo que vaya acompañado de una confesión verbal.

Divarnu Dofi.

Hemos cuestionamos la justicia y la bondad de Nuestro Padre Celestial: hemos también calumniado. Decimos una cosa, refiriéndonos a otra cosa [Hemos abusado de los chismes, difamado, hemos dicho  vulgaridades, con y sin intención, directamente y disimuladamente, hemos hablado con irrespeto, hemos gritado, hemos dado mal uso del poder de la palabra, y no hemos dado a la gente, el beneficio de la duda…

«Las malas lenguas matan a tres: al que las dice, al que las escucha y al que es objeto de la calumnia» dice el Talmud, al referirse al Divarnu Dofi.

El poderoso efecto destructor de la calumnia y el chismorreo no es sólo un concepto del Judaísmo. Shakeaspeare escribió: «La calumnia, cuyo borde es más afilado que la espada, cuya lengua envenena todos los gusanos del Nilo, cuyo aliento cabalga sobre los vientos difamando a todo el mundo…»

Divarnu dofi tiene otras formas de presentaciones: La de repetir chismes, que se llama rejilut; el hablar de actos indiscretos o defectos de otra persona, se llama lashón hará, y los chismeríos difamatorios infundados se conocen como motzí shem ra.

En el Divarni dofi, las palabras tienen el potencial de causar un daño catastrófico, que muchas veces hace pedazos familias enteras y amistades de toda una vida.

En el Judaísmo, el Divarnu dofí, o sea la calumnia y el chismorreo están contra la ley. Cada calumnia viola 3 prohibiciones bíblicas. El Talmud se refiere a que, si una persona comete adulterio en el altar de un templo idólatra el día de Yom Kipur mientras come un trozo de jamón, no sería tan grave como faltar a las prohibiciones de la calumnia y el chismorreo. El Talmud también establece que la calumnia y el chismorreo son paralelos a la negación de Adonai. Es una forma de herejía. Según el Talmud, el Segundo Templo fue destruido por el pecado de lashón hará,  y reconoce que los judíos de esa época eran personas piadosas que conocían todas sus leyes. Ellos creían que era permitido transmitir información negativa (de primera fuente) sobre una persona si fuese absolutamente necesario para evitar que otro cometa una equivocación, por ejemplo, en el caso de una presunta novia o novio. Según el Talmud, la gente del Segundo Templo escondía su verdadera motivación bajo la máscara de «leshem shamáim» – por temor al cielo.

La Cábala nos enseña que aunque una persona haya cometido muchas equivocaciones en su vida, si se cuida de no juzgar o calumniar a los demás,  tampoco en el cielo habrá un angel que lo juzgue o hable en su contra. Quizás ésta sea la verdadera intención del versículo de Salmos: «¿Quién es aquel que busca la vida? Guarde su lengua del mal…»

 

12 de septiembre de 2013 – 09 de Tishrei de 5774

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