¿Ayunar en Yom Kipur?
En muchos de nuestros artículos hemos expresado que nuestros rabinos, desde la antigüedad, han tratado de crear un mecanismo para que todos los judíos HOY EN DIA DIPERSOS POR TODO EL MUNDO, tengamos una forma UNICA de pensar y actuar (que podríamos llamarlo como “un solo idioma” para cualquier judío de cualquier época), este mecanismo lo conocemos con el nombre de HALAJÁ, la cual, como su nombre lo dice, es un camino por donde transitar: al consultar la normatividad que tiene el Shulján Arúj[1] acerca del Yom Kipur encontramos, a grandes rasgos, seis prohibiciones especiales las cuales son: comer y beber, lavarse, untarse con aceites: ungüentos y parecidos, calzar zapatos de cuero, trabajar y mantener relaciones conyugales. Con respecto a las cinco últimas encontramos que el Shulján Arúj las señala como establecidas por dictamen Talmúdico y no por prescripción del Tanaj.
En nuestro caso vamos a revisar las halajot que tenemos respecto Ayunar en Yom Kipur
Con respecto a la prohibición de comer, el Shulján Arúj dice:
– Está prohibido, en Yom Kipur, por dictamen Rabínico ingerir, aún alimentos que no son aptos para comer, por ejemplo: comidas en estado de putrefacción ó hierbas muy amargas.
– Está prohibido comer, aunque no tenga apetito, después de culminar la «Seudat Hamafséket», cuando ya no tiene apetito, porque aunque ya no tenga apetito transgrede la Ley de la Torá, porque de cualquier manera, está disfrutando al comer.
– Está prohibido probar la comida en Yom Kipur para verificar su buen gusto, aunque la expela posteriormente y no la ingiera en absoluto. Asimismo está prohibido masticar «gomas de mascar» ó parecidos, las cuales, en otros ayunos, podrían ser toleradas.
– Por último, se considera que, cuando una persona ingiere la cantidad de cuarenta y tres (43) gramos de cualquier alimento en el lapso de «Ajilat Peras» (que oscila entre cuatro y diez minutos) ó bebió cuarenta y cuatro (44) gramos en el lapso en que se tarda en tomar ochenta y seis gramos de agua, su castigo es «Karet[2]«, si es que no se arrepintió de lo cometido. Pero si transgredió inadvertidamente y sin mala intención, sólo está obligado a ofrecer un «Korbán Jatat»[3], ó sea un «Sacrifico Expiativo» cuando se reconstruya el Gran Templo de Jerusalém.
El Shulján Arúj, por conceptos rabínicos, trae unas opiniones tan estrictas, con respecto a comer, que dice que está permitido tragar saliva en Yom Kipur.
¿Qué encontramos en la literatura respecto a los alimentos permitidos en la Seudá Mafséket?
En un principio, las recomendaciones relacionadas con la comida antes del Yom Kipur, no establecen la siguiente regla básica: no se debe comer nada pesado ni nada que le de sed. es importante que si no va a empezar el ayuno al terminar de comer que lo diga o por lo menos lo piense, para poder tomar o comer algo después.
La seudá debe hacerse con por dos razones:
La primera, el comer “da las fuerzas necesarias para aguantar el ayuno y orienta hacia una mejor Teshuvá;” La segunda razón es que, una comida festiva, es una mitzvá; como no está permitido comer, tanto la seudá mafséket que se realiza la noche anterior, es el cumplimiento de una mitzvá;
El alimento que no debe faltar en la cena en la víspera de Yom Kipur es el pescado: ¿Por qué?
Casi en todas las fuentes vamos a encontrar esta leyenda(escrita en los Midrashim Bereshit Raba 11) que sucedió en la antigua Roma: allí vivía un sastre judío. Trabajaba muy duro y vivía de manera simple y modesta. Gastaba la mayor parte de lo ahorrado durante la semana en Shabat y Yom tov, los que tenía en gran estima y honor.
Era la víspera del Yom Kipur, el sastre fue al mercado a comprar pescado para la comida especial del día, ya que sabía que era una gran mitzvá honrar el día con un festín y pescado era especialmente conveniente para la ocasión.
Buscó por todo el mercado, pero no había pescado. Finalmente, encontró a un pescador que vendía un pescado grande.
El sastre estaba muy feliz y sacó su bolsa para pagar lo que el pescador le pidiese. En ese mismo momento apareció un hombre que se veía muy importante.
«¡Pescador!» dijo el extraño. «¿Cuánto quieres por el pescado?»
«Pero este judío vino primero, mi señor. Se lo venderé a él si paga mi precio», replicó el pescador.
«Yo pagaré cualquier precio que pidas,» se apuró a decir el sastre.
«¿Pero sabes quién soy yo? ¡Soy el mayordomo del Corregidor! Además te pagaré más que el judío,» dijo el mayordomo enfáticamente.
El pescador no sabía qué hacer. Mientras tanto se había formado una muchedumbre que miraba la disputa con curiosidad. Alguien en la multitud gritó: «¡Véndeselo al que ofrezca más!»
«¡Te daré un dinar completo!» exclamó el mayordomo, esperando silenciar de una vez al sastre judío e impresionar a la multitud al mismo tiempo.
«¡Qué fortuna que se ofrece por un solo pescado!» algunos en la multitud exclamaron con sorpresa. Pero antes de que superaran su sorpresa, el sastre hizo su oferta:
«Dos dinares,» dijo suavemente.
«¡Dos dinares!» rugió la multitud. «¿Oísteis eso? ¡Dos dinares!»
«¡Tres!» pujó el mayordomo.
«¡Cuatro!» pujó el sastre.
«¡Cinco!» pujó el mayordomo, claramente mostrando su irritación y disgusto.
«¡Seis!» pujó el sastre.
Las pujas continuaron, hasta que el sastre ofreció ¡doce dinares por el pescado! En este momento el mayordomo se rindió, temiendo que su señor lo considerase loco si le traía un pescado a ese precio nunca oído.
El sastre pagó el dinero, consiguió el pescado y se fue a su hogar a prepararlo para el festín de erev Yom Kipur.
Cuando el mayordomo volvió donde su amo sin el pescado y le contó lo que había ocurrido en el mercado, el Corregidor mandó por el sastre judío.
«¿Por qué pagaste tal precio por un pescado?» preguntó el Corregidor.
«Hoy es un día sagrado para nosotros los judíos, mi señor,» replicó el sastre. «Es la víspera de Yom Kipur, cuando El Todopoderoso perdona nuestros pecados si nos arrepentimos con sinceridad.
En Yom Kipur ayunamos, pero el día anterior debe ser honrado con festines especiales.[4] Doce dinares era todo lo que yo había ahorrado, pero cuando se trata de una mitzvá, no puede ser medida en términos monetarios. . . .»
La sinceridad del sastre judío y su devoción a su religión causaron una profunda impresión en el corregidor, y lo dejó volver a su hogar ileso.
Poco sabía el pobre sastre la recompensa que le esperaba allí. Cuando su esposa abrió el pescado, ¡se encontró adentró una gran perla! «Adonai verdaderamente nos ha recompensado,» dijo el sastre.
A partir de ese momento vivieron con comodidad el resto de sus días y cada año, cuando llegaba la víspera de Yom Kipur, lo observaban todavía con más honor que antes.
Hoy en día “todo el mundo es experto” El diario Jerusalem Post, en su edición del 03 de octubre de 2011, sugirió una dieta antes de Yom Kipur
Pan de semolina, sopa de tomate, frijol y pan, Jalá de cebolla y potaje de cordero y lentejas[5]
Para tener forma de romper el ayuno, también El Jerusalem Post, en su edición del 05 de Octubre de 2011 sugirió una forma para “romper el ayuno”:
Iniciar con uno o dos vasos de agua, al terminar la Nehilá.
El segundo alimento recomendado son las frutas: una porción de sandía (watermelon) que rápidamente se encarga de recuperar energías y nutrientes esenciales, posterior a un ayuno de 25 a 27 horas.
Luego de unas rodajas de futa fresca, se puede seguir con una sopa de vegetales frescos, sin adicionar cremas, convirtiéndose en fuente de vitaminas y minerales esenciales.
Posteriormente la batata o patata dulce, como fuente de carbohidratos para finalizar con huevos, preferiblemente cocidos (duros), por su aporte de proteínas y aminoácidos esenciales.
Pero, cuando Yom Kipur cae en Shabat: nos queda la duda si se puede o no ayunar…
Continuará
[1] es el nombre por el que se conoce a la más importante recopilación de normas de conducta contenidas en la religión judía. No es un código en el sentido moderno de la palabra. Tampoco es una mera acumulación de leyes y preceptos sin orden ni método. Su autor, Yosef Karo, quiso agrupar, en un solo ordenamiento, las reglas a las que el individuo judío debe ajustar sus actos. Esto lo hizo en el momento en el que se vio llamado a ocupar el cargo de jefe espiritual de su colectividad, luego del fallecimiento del rabino David Berab, su antecesor en el cargo; tuvo la necesidad de condensar las reglas de derecho que debía aplicar e interpretar en un código o guía de fácil manejo y consulta. Así nació, en 1557, el SHULJAN ARUJ, cuyo título significa, en hebreo, «mesa preparada»- traduciendo con ello, Ia intención de su codificador.
[2] Tiene varios significados según la fuente que se consulte: Según Maimónides, es la retribución divina por determinados actos negativos, pecados, que hacen que la persona al morir en Este Mundo muera definitivamente, como los animales, sin gozar de la vida del Más Allá. Otros opinan que, es la muerte por intervención directa de la mano del Eterno, cuando no era aún el momento de morir. Con respecto a este concepto, se encuentra en Smajot 3:1, En Sifra Emor, 14:4, y en Baraita MK 28a; TJ, Bik. 2:1, 64b, que este castigo se produce antes de la edad de 50, y es por esto que muchos conocedores celebran con gran luz ese cumpleaños. Una tercera opinión basada en las palabras de Rashi, significa, morir sin hijos. Una cuarta opinión acerca del karet, dice que es quedar apartado o segregado de su pueblo, sin que ello signifique excomunión. Para Najmánides hay una quinta versión que se relaciona con el alma: Como el alma no muere, consiste en una degradación, un tipo de metamorfosis, un tipo de negación absoluta de los placeres espirituales que esperan las almas de los tzadikím. Tal vez el concepto más antiguo acerca del Karet, se encuentra en los escritos de Josefo (antigüedades de los judíos 3.12:1) que señala cómo las personas de comportamiento insolente eran merecedores de la pena de muerte, tal como cualquier otra pena de muerte señalada en la Torá.
[3] Este tipo de scrificio o korbán jatat, está descrito que debe ser ofrecido por cierto tipo de transgresión que se cometía por equivocación Pero: ¿Qué significa hacer las cosas (errar – jet) “por equivocación”? Esto se puede apreciar mediante los siguientes ejemplos:
1. La persona no conoce la halajá (ley judía). Por ejemplo, cocina en Shabat porque no sabe que está prohibido cocinar en Shabat.
2. La persona está equivocada respecto de los hechos. Por ejemplo, sabe que está prohibido cocinar en Shabat, pero olvidó que hoy es Shabat y cocinó en Shabat. En ambos casos, se cometió una falta, por lo tanto, este korbán jatat se ofrece para que Hashem perdone dicha transgresión específica.
[4] Vayickrá / Levítico 23:27-32 Más el día décimo de este séptimo mes, será el día de las expiaciones; convocación santa será para vosotros, y afligiréis vuestras almas y presentaréis ofrenda de fuego al Eterno. Y no haréis ninguna clase de trabajo en este mismo día, porque es día de expiaciones, para hacer expiaciones por vosotros ante el Eterno, vuestro Dios. Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será segregada de entre su pueblo. Y toda persona que hiciere cualquier clase de obra en este mismo día, Yo destruiré a la tal alma de entre su pueblo. Ninguna clase de obra habéis de hacer; estatuto perpetuo será en todas vuestras generaciones y en todas vuestras moradas. Día de descanso solemne será para vosotros, en el cual afligiréis vuestras almas. A los nueve días del mes, por la tarde, de tarde a tarde, celebraréis vuestro día de descanso.
Aj beasór lajódesh hashevií hazé Yom haKipurim hu mikrá kodesh yihyé lajém veinitém et nafshotéijem vehikrávtem ishé laAdonai. Vejól melajá lo taasú beétzem hayóm hazé ki Yom Kipurim hu lejapér aléijem lifnéi Adonai Elohéijem. Ki kol hanéfesh asher lo teuné beétzem hayóm hazé venijretá meaméiha. Vejol hanéfesh asher taas,e kol melajá beétzem hayóm hazé vehaavádeti et hanéfesh hahí mikérev amá. Kol melajá lo taasú jukat olám ledorotéijem bejol moshvotéijem. Shabat Shabatón hu lajém veinitém et nafshotéijem betishá lajódesh baérev meérev ad érev tishbétu Shabatjém.
[5] Las recetas se encuentran en las ediciones descritas.
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