Título:

De cómo suplicó Abraham – Vayera

Comparte este artículo:

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Reddit
VK
OK
Tumblr
Digg
Skype
StumbleUpon
Mix
Telegram
XING
WhatsApp
Email
Imprimir

De cómo suplicó Abraham – Vayera

De cómo suplicó Abraham – Vayera

La Torá nos enseña que Abraham es en quien se personifica el jesed, la bondad.

Y esto es un logro personal, porque la actitud de Abraham era: ¡Yo quiero hacer la mitzvá…

No es suficiente con que el trabajo se haga!  

Lo que lo coloca en un nivel más alto que el Tzadik.

Y nos preguntamos

¿Por qué alguien que es el modelo de la bondad tiene que sufrir y suplicar tanto?

Nos referimos a las súplicas para evitar que se destruya Sedom.

Sobreentendemos de lo contenido en la parasha que, las condiciones en Sedom eran tan complejas que se llegó al extremo de declarar que quien diera una hogaza de pan a un extranjero o a un pobre sería quemado.

Abraham vió a tres hombres que se acercaron a su tienda.

Según La guemará estos  eran 3 Ángeles: Mijael, Gabriel y Refael que se encarnaron en hombres.  

Y por supuesto HaShem estaba entre ellos

El Ari nos enseña que la aparición de estos ángeles tiene su razón de ser:

Cuando tenemos fallas en nuestra salud, como el caso de Abraham, afectado en su salud posterior a la brit mila, no descansó sino que corrió para continuar realizando las mitzvot.

Entonces,

Ellos comenzaron a hablar.

Entonces, Abraham se adelantó y le preguntó a HaShem, “¡¿Destruirás al justo con el malvado?!”

Abraham Avinu también preguntó: «Si se encontrara en esa ciudad 50 hombres justos ¡sería lógico salvar a la ciudad por ellos!

Abraham Avinu sabía que no había Tzadikim en Sedom, así que suplicó a HaShem que salvara la ciudad a causa de los Tzadikim que hay «entre la gente»

Oh  juez de toda la tierra ¿no está en Tí el de hacer justicia?

Preguntó, con súplica,  Abraham al Señor

Y aquí vemos cómo Abraham apela a la justicia y misericordia de HaShem en favor de un pueblo, los sodomitas, pueblo idólatra de aquel tiempo,

Sin embargo, busca la salvación del género humano, sin importar a qué raza o religión pertenecen, ni la razón por la cual existen.

La respuesta fue obvia

Si hallare en Sedom cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré al lugar todo, a causa de ellos

Abraham Avinu al dirigirse por segunda vez al ángel de Hashem para evitar la destrucción de Sodoma: «…Y yo soy polvo y ceniza».

Su elevado grado de jesed le permitió usar palabras de excesiva humildad donde se compara con “polvo y ceniza”

¿Qué pensó Abraham?

Abraham casi que intuía que El Todopoderoso estaba enojado con el por la solicitud que le estaba haciendo

De alguna manera se sentía así: Él me rechazó:

“No quiere escucharme”

Por ello nuevamente implora:

¿Quizá faltarán de los cincuenta justos, cinco? ¿destruirás por aquellos cinco (que faltan) toda la ciudad?

La respuesta también fue obvia

Y Él dijo: No destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco.

Abraham continuó implorando y diciendo; No se enoje, le ruego, Eterno, (Al na yijar laAdonai)

Por supuesto que tenía que argumentar vehementemente y exigirle a HaShem “que anule Su decreto”.

Continuó Abraham en su petición hasta llegar a 10

y hablaré solamente esta vez: quizá se encuentren allí diez.

Y Él dijo: No destruiré a causa de los diez.

La respuesta de HaKadosh Baruj Hu fue esa porque Él sabía perfectamente de antemano que no se encontraban ni siquiera diez justos en Sedom…

Pero deseaba saber hasta qué grado llegaba la piedad humana de Abraham.

Tus restos y tus súplicas no servirán. insistió el Altísimo.

Conclusión

Abraham no suplicó más.

Cuando me di cuenta de la severidad de la promesa del Eterno, y me di cuenta que mis súplicas no tendrían efecto, pensó Abraham, lo hizo por dos cosas:

Quizás se anticipó a lo que encontramos en El Midrash.

Allí, en Bereshit Raba 49:25 cuenta que como HaShem no salvó la generación del diluvio por causa de ocho personas justas; por ello, no valdría la pena intentar bajar más.

Y también porque conocía lo que número diez representaba en su totalidad.

Diez mandamientos representan toda la Torá.

Diez espías representaban todo el pueblo.

El diezmo representa todos los ingresos.

Se necesitará de diez varones justos para poder constituir un minyán, tanto para la oración en la sinagoga como para ciertos trámites legales

Pero hizo un último intento

¿Acaso todas mis plegarias fueron en vano?, le preguntó a Hashem.

¡No!  Contestó el Todopoderoso

“Tendrás descendencia”

“Serás padre de muchas naciones y ellas serán bendecidas en tu nombre.”

Y se fue el Eterno, luego que acabó de hablar a Abraham, y Abraham se volvió a su lugar.

Entonces dos ángeles partieron hacia Sedom, para hablar con Lot.

27 de octubre de 2018 – 18 (mar)jeshvan 5779

¿Qué opinas de este artículo? - Déjalo en los comentarios:

Comparte este artículo:

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Reddit
VK
OK
Tumblr
Digg
Skype
StumbleUpon
Mix
Telegram
XING
WhatsApp
Email
Imprimir
Picture of Max Stroh Kaufman

Max Stroh Kaufman

Más artículos

Otros artículos

Conoce nuestra tienda

En nuestra tienda tenemos libros digitales, cursos, artículos judíos y mucho más.