Y Yaakov trabajó siete años
Parasha Vayetze
Poco después de empezar a trabajar para Lavan, Yaakov acordó que debía trabajar durante siete años a cambio de la mano de Rajel en matrimonio.
La Torá nos dice que este período pasó muy rápido para Yaakov. «Y Yaakov trabajó siete años para Rajel y le parecieron unos días debido a su amor por ella».
Muchos comentarios señalan esta y cualquier otra dificultad como obvia.
Por lo general, cuando una persona espera ansiosamente un evento específico, el tiempo intermedio parece moverse muy lentamente.
Sin embargo, en este caso, la Torá afirma que los siete años de espera para casarse con Rajel parecieron unos días.
¿Cómo podemos explicar esto?
Muy sencillo: lo primero que tenemos que hacer es entender por qué, normalmente, el período de espera pareciera ser dolorosamente lento.
En la mayoría de los casos, la persona ve el tiempo que transcurre, como un impedimento para la realización o definición de sus deseos.
Esto sucede porque cuando algo es desagradable o doloroso, parece durar mucho tiempo. Por lo tanto, una persona que considera que el período de espera es un obstáculo, su resultado va a ser el sentimiento que lleva mucho tiempo
La diferencia está en que Yaakov tenía un enfoque muy diferente al período de espera, que en este caso, hablamos de siete años.
Comprendió que el tiempo que había de transcurrir, era una gran oportunidad para mejorar
y para prepararse aún más para el matrimonio.
Gracias a que quería ser el mejor esposo posible. fue como pasaron estos siete años , sintiéndose como si fueran solo unos pocos y cortos días.
hay otro incidente famoso en la Torá, donde el pueblo judío no adoptó la misma actitud.
Lo encontramos en la Parasha Ki Tisa, donde aprendimos que Moshé tuvo que pasar cuarenta días en el Monte Sinaí, aprendiendo toda la Torá, que debería transmitirla a los hijos de Israel, además de recibir los lujot (Tabletas).
¿Qué sucedió?
La gente calculó mal estos cuarenta días…
¿Y qué aprendemos de lo que nos enseñan los sabios?
Tenemos la opinión del Jazal, que nos cuenta que acerca de la intervención de Satanás cuando este logró convencer, a los hijos de Israel, que Moshé estaba muerto.
Así fue que comenzó la cadena de eventos que resultaron en el Pecado del Becerro de Oro.
Se hace la pregunta de que parece injusto que la gente esté sujeta a una prueba tan difícil de ver una visión de su amado líder, Moshé, que ya no está vivo:
¿Por qué tuvieron que ser sometidos a tal prueba?
La respuesta es que Satanás aprovechó la ventaja que le dio el yetzer Hará para tomar ventaja de la debilidad y el miedo de las personas.
Los llevó a un estado de impaciencia, y gracias a ello, entraron en pánico, y fue allí donde Satanás obtuvo la ventaja.
Las personas debieron esperar ansiosamente a que pasara el tiempo, en forma correcta para no cometer la imprudencia y el proceder con el que actuaron
Teniendo el conocimiento de lo ocurrido,debieron haber visto el tiempo de la misma manera como Yaakov lovio, y espero para casarse con Rajel;
Es decir, como una oportunidad para trabajar en ellos mismos, en sus defectos que debían corregir, para que estuvieran más preparados para recibir los lujot (tabletas).
Si hubieran tenido esa actitud, quizás otro resultado hubiéramos tenido… aunque con el mismo “final feliz” de recibir los 10 mandamientos y la Torá entera.
Hemos visto ejemplos en la Torá de las formas correctas e incorrectas de acercarse a la espera de eventos específicos.
Es obvio que es difícil lidiar con los períodos de espera.
Incluso en las situaciones cotidianas, y que nos podemos estar enfrentando diariamente como atascos de tráfico o en largas filas frustrantes en el supermercado.
Independientemente de la duración y la razón de la espera, el principio es el mismo:
Uno debería tener en cuenta que todo lo que nos sucede, es de HaShem, y están incluidos allí, los períodos de espera molestos o dolorosos.
Son momentos en los cuales, en lugar de frustrarse y enojarse; en su lugar, deberíamos reconocer que son oportunidades que HaShem nos está brindando para acercarnos a Él.
Por lo tanto, aprendemos de la actitud de Yaakov durante la larga espera de siete años para Rajel, que los períodos de espera son oportunidades de crecimiento, y que no son cargas que debamos superar.
¡Ojala que todos merezcamos y aprendamos a usar ese tiempo de manera óptima!
7 de Diciembre de 2019 – 9 de Kislev de 5780