El Aura – Ohr Makif (Or Makif)
¿Reconoce el judaísmo el Aura?
La palabra aura proviene del Latín y del griego, donde significa viento, brisa o aliento.
En términos básicos, entendemos por el aura, como una energía luminosa (que puede ser multicolor) o campo electromagnético que rodea, a todos los seres vivos y que es imperceptible a plena vista.
En cualquiera de las dos formas, el Aura es descrita como “un segundo cuerpo” y todas las religiones del mundo han hablado de ella, de esta forma de energía o luz, de una u otra manera, perceptible para algunos, imperceptible para la mayoría.
El Aura se suele entender como una mezcla o una representación de las vibraciones del alma y que, dependiendo del estado de ánimo de un sujeto su aura emana cierto o ciertos colores, que lo diferencian del resto.
El aura está compuesta por múltiples capas (hasta 12 dicen algunos) que según las creencias, pueden estar vinculadas con los chakras ( 7 puntos de energía) o su equivalente, sefirot (10 para el judaísmo)
No hay estudios científicos que demuestren, aún, la existencia del aura, sin embargo, se sigue hablando de ella, en todo el mundo y existen las máquinas Kirlian, que retratan el aura de personas y objetos y se usan frecuentemente para “diagnosticar” a la persona, de acuerdo a los colores que salen en su foto.
Quienes hablan del Aura, dicen que ella no es estática: cambia con el tiempo, con nuestra evolución personal y espiritual, el entorno. y con nuestra intención
También dicen que ellas hacen parte de 3 planos: físico, astral y espiritual.
Cuando nos referimos al judaísmo (no se pretende hacer un estudio profundo, por lo complejo del tema, sino una introducción), ya mencionamos las Sefirot, como puntos energéticos que cada uno de nosotros posee, 7 de los cuales son catalogados como “inferiores” y tres de ellos, como “superiores”
Aura, para el judaísmo es el Or Makif (Luz circundante). Cabalistas actuales como Daniel Laitman hablan de ella.
Es más: los cabalistas hablan de dos tipos de “luces”: la Or Pnimí (Luz interna) que es la que se recibe del Creador, y la Ohr Makif (o Luz circundante), aura, que permanece por fuera, cuya interacción es la que dará el goce o placer, e incluso el sufrimiento de una persona.De esta interacción surge una “tercera luz” que se conoce como Or Hozer (Luz retornante).
También dicen los cabalistas que la interacción de estas dos luces, son las que nos conducen a diferentes niveles espirituales, altos o bajos, y es por ello que uno de los aspectos que los cabalistas respaldan más con relación al Or Makif, es su capacidad para favorecer al estudio de la Torá, por la conección que ella provee entre el mundo material y el espiritual.
El Arizal, por ejemplo, escribió que, antes que Adám tuviera vestimenta material ( «Y El Eterno hizo para Adam y su mujer, vestimentas de piel, y Él lo vistió” – Bereshit / Génesis 3:21), él tenía “vestimenta de luz”, tal como lo describe Yejezquel / Ezequiel en su visión (1:27), pero su “pecado” la transformó de visible a invisible; de perceptible a imperceptible: de presente, a ausente.
Si existe dentro del judaísmo, el Aura, pero bajo un concepto un poco distinto.
(Cualquier información adicional puede ser consultada, en forma individual, sea mediante un rabino especializado en el tema, o a nuestro correo donde le(s) indicaremos cómo adquirirla)
Redactado por Dr. Max Stroh para 321judaísmo.com
05 de agosto de 2017 – 15 de Av de 5777