Simjat Beit haShoeiva.
Simjat Beit Hashoeva, es una antiquísima celebración que se remonta a la época del Beit Hamikdash (Templo de Jerusalém), cuando se vertía agua sobre el altar en la Fiesta de las Cabañas, además de la habitual libación (ofrenda) de vino.
Dicen nuestros sabios: “Quien no haya visto del Simjat Beit HaShoeivá, nunca ha visto alegría en su vida.
Después de finalizado el primer dia del Yom Tov of Sukot, los Kohanim entraron al Patio del Templo donde hicieron grandes preparaciones.
Antorchas de oro eran preparadas con grandes contenedores de aceite, cuatro escaleras para trasladar cada uno de los contenedores de aceite y todo era finamente adornado para que los kohanim, aderezados con sus vestimentas de lino, encendieran las luces: no existía un lugar que no estuviere más iluminado que este patio”.
“Hay unos guías que danzan delante de los que portan las antorchas, que se encargan de transportar agua: cantaban alabanzas mientras que los Levitas tocaban violin y arpa, trompetas y tamborines y otros instrumentos.
Y cuando prendían las «Menorot» (lámparas), no había patio en toda Jerusalem que no quedara alumbrado con la luz de esta fiesta, de manera tal que podía una mujer en su hogar, escoger y separar los granos de trigo, a la luz de las «Menorot», de la fiesta.
Al llegar al monte de los Olivos cantaban los quince salmos de ascensión y los dos kohanim tocaban sus trompetas de plata (shofarim) con sus sonidos tradicionales: Tekia, Terua… y el pueblo entero participaba de esta celebración:
Desde los grandes conocedores de la Torá hasta los campesinos, viendo como era transportada el agua, durante toda la noche, para que fuera utilizada para la libación, en el Altar, (mizbéaj) en todos los días de sukot.
Lo que nos dicen hoy los rabinos con respecto a Simjat Beit Hashoevá es, que cada judío no debe dejar pasar la oportunidad de cumplir las mitzvot, mandamientos, pues quizás esa mitzva que está cumpliendo sea la que produzca y permita la llegada del Mashiaj (Mesías).