Parasha Vayishláj
Resumen de la parashá
En el viaje de regreso a su hogar, temiendo por la seguridad de su familia, Yaakov envió mensajeros al hermano con una propuesta conciliatoria, pero ellos volvieron con la noticia de que Esav se estaba aproximando con cuatrocientos hombres armados.
Yaakov temía ahora que Esav tratara de llevar a cabo su intención de matarlo.
Preparándose para lo peor, dividió a la gente y sus bienes en dos campamentos.
De esta forma, si un campamento era atacado, la gente del otro tendría oportunidad de escapar.
Yaakov eligió ese momento de gran temor para rogarle a Hashem que lo salvara de las manos de su hermano.
También envió a Esav una cantidad de valiosos regalos, confiando en apaciguarlo.
Yaakov llevó a sus esposas e hijos y los ayudó a cruzar el vado de Iabok.
Luego supervisó el paso de todas sus pertenencias.
Cuando se disponía a cruzar apareció un individuo que comenzó a luchar con él, y ambos estuvieron forcejeando hasta la madrugada.
Este individuo, que según explican Jazal, era, efectivamente, el ángel que representa a Esav y sus descendientes en el cielo, no pudo vencer a Yaakov, pero consiguió herirlo en un muslo. Yaakov logró sujetarlo y rehusó liberarlo hasta que recibiera de él una bendición.
Su deseo le fue concedido: el ángel lo bendijo y le aseguró que de allí en adelante sería conocido por el nombre de Israel.
Este cojeaba al alejarse del lugar en que había tenido lugar la lucha. Es por esta razón que hasta hoy en día no comemos el guid hanashé (tendón del muslo) de ningún animal.
Cuando Yaakov vio a Esav aproximarse junto con sus seguidores ubicó a cada hijo cerca de su respectiva madre. Primero fueron Bilha y Zilpa y sus hijos. Luego, Lea y sus niños y, finalmente, Rajel y Yoséf.
El propio Yaakov se acercó a Esav al frente de su familia, inclinándose siete veces durante el camino.
Fue entonces cuando ocurrió un milagro. Esav, al contemplar toda la escena y ver a Yaakov haciéndole reverencia, se sintió muy conmovido, corrió hacia su hermano y lo besó.
Los dos comenzaron a llorar: la promesa de Adonai sobre la seguridad durante el viaje de regreso se había cumplido.
Yaakov se separó del hermano y llegó a Shjem. Allí compró tierra, alzó su tienda y construyo un altar en agradecimiento al Señor.
El príncipe de Shejem secuestró a Dina y la obligó a vivir con él. Ninguno en Shjem protestó por esta conducta inhumana. Shimón y Leví fueron a la ciudad, rescataron a su hermana y luego castigaron al culpable, a todos los cómplices y a los que habiendo podido ayudar a Dina, no lo hicieron.
Por mandato de Adonai, Yaakov regresó a Bet-El, donde construyó de nuevo un altar como expresión de gratitud al Señor, Quien se le apareció y le renovó Su promesa de darle la tierra a él y a sus descendientes.
Yaakov vertió luego vino y aceite sobre el altar que había erigido en su viaje a la casa de Laván.
Cuando la familia hubo abandonado Bet-El y estuvo cerca de Bet-Léjem, murió Rajel al dar a luz a Binyamin.
Fue sepultada allí y Yaakov erigió un monumento sobre su tumba. Finalmente, Yaakov llegó a Jevrón, donde se reunió con su padre. Itzjak murió a la edad de ciento ochenta años y fue sepultado por sus hijos Esav y Yaakov.
Esav se había convertido en un hombre muy rico y no había suficiente tierra en Canaán para sus rebaños y los de Yaakov. En consecuencia, Esav se reasentó con su familia en el monte Seir, en Edóm, una tierra que sus descendientes habitaron por muchos años.
CÁPSULAS:
En nuestra parashá encontramos un evento catastrófico para la familia de Yaakov: se trata de la violación de su hija Dina, por parte de miembros del pueblo de Shjém.
La narración de la Torá nos dice así: Bereshit / Génesis 34:1-7 Y salió Diná, hija de Leá que había parido para Yaakov, a ver a las hijas de aquella tierra. Y la vio Shejem, hijo de Jamor el hiveo, príncipe de aquella tierra; y la tomó y se acostó con ella (de modo natural), y la afligió de manera no natural. Y se apegó su alma a Diná, hija de Yaakov, y amó a la muchacha y habló al corazón de la muchacha. Y habló Shejem a su padre Jamor, diciendo: Toma para mí a esta niña por mujer. Y Yaakov oyó que él había mancillado a su hija Diná; y sus hijos estaban con el ganado de él en el campo; y se calló Yaakov hasta que ellos vinieron. Y salió Jamor, padre de Shejem, adonde estaba Yaakov para hablar con él. Y los hijos de Yaakov vinieron del campo luego que lo supieron; y se entristecieron los hombres y se encolerizaron mucho, porque se había cometido vileza contra Israel acostándose con la hija de Yaakov, cosa que no se debía hacer.
Vatetzé Dina bat Lea asher yaldá le Yaakov lirót bivnót haáretz. Vayàr otá Shjém ben Jamor haJiví nasí haáretz vayikáj otá vayishkáv otá vayeanéha. Vatidbák nafshó beDina bat Yaakov vayeeháv et hanaará vayedabér al lev hanaará. Vayomer Shjém el Jamor abib lemor kaj li et hayaldá hazót leishá. VaYaakov shamá ki timé et Dina bitó ubanáv hayú et miknehú basadé vehejerísh Yaakov ad boám. Vayetzé Jamor abi Shjèm el Yaakov ledaber itó. Ubenéi Yaakov báu min hasadé keshomám vayitatzvú haanashím vayijár lahém meód ki nevalá asá beIsrael lishkáv et bat Yaakov vején lo yeasé.
Si utilizáramos un método actual y/o vigente para narrar el mismo acontecimiento podríamos utilizar el género de una película de acción tipo Hollywood de la siguiente manera:
Dina es una importante periodista de una nación X y le fue encomendada la misión de averiguar por la situación de posibles rehenes que han sido enviados desde su lugar de residencia hacia un país Y…
¿Has escuchado las noticias?» Pregunta Shimón con una voz temblorosa.
¿Qué fue lo que sucedió?» Preguntó Leví.
Tienen a Dina secuestrada pero Shejem, quiere negociar con nosotros, y no la liberará mientras no lleguemos a un acuerdo.
La sensación de impotencia de Leví le produce una sensación como si su corazón se fuera a detener…. Nunca antes se había sentido tan ofendido y con tanta ira.
¡Son unos desgraciados e infelices! Primero la secuestran, después la violan y ahora quiere llegar a un acuerdo con nosotros como si nada hubiese sucedido…
¡Debemos actuar! Dijo Shimón.
Contesta Leví: «Lo primero que tenemos que hacer es tranquilizarnos y analizar la situación para que nada quede al azar.
Pero, ¿Podremos contar con algún soporte de la autoridad local?
¡Shejém es la máxima autoridad y es el representante de la ley!
Pregunta Shimón: ¿Qué pasó con todos los países vecinos…? ¿Por qué ellos no hicieron nada? ¡Debe haber algún tipo de ley internacional a la que podamos acudir…!
Nadie hasta el momento, ha reaccionado ante la noticia… contesta Leví, porque como ciudadanos de X, nadie nos va a ayudar: pero si tendremos que actuar.
Yehudá ingresa al salón donde se efectuaba esta conversación y dice: Acabo de escuchar en las noticias en las que Shejém inculpando a Dina de ser una prostituta, y que lo sucedido es algo que le ocurre con frecuencia a las trabajadoras sexuales de ese país, por efecto de una lucha entre distintos bandos que quieren tener el control sobre las trabajadoras sexuales: cualquier otro hecho es simplemente difamación en contra de su país.
La declaración anterior, llena aún más de angustia e impotencia a quienes se encontraban allí reunidos. Shimón interrumpe el silencio diciendo: Por lo que veo, no vamos a poder solicitar ayuda de nadie.
Mientras esto sucede, reciben un mensaje transmitido por Shejem en el cual plantea una posibilidad de negociación interna entre ellos y que si hay intervención de autoridades o entes ajenos, todo será negado ante todos los medios informativos.
Shimón, Leví, Yehudá y los demás, se preguntaron: ¿Dejaremos que Dina sea tratada como una prostituta, que circule libremente la opinión de Shejém y que no se tomen las represalias al respecto?
Luego de algunas horas de deliberación, aceptan la posibilidad de negociación: previamente han conformado la posibilidad, en secreto, de enviar un comando, que les permita rescatar a Dina, y castigar a los culpables, aun sabiendo que es una misión de alto riesgo, del cual ninguno podría regresar con vida…
Ya la Torá nos cuenta el final de la historia.
A nosotros nos queda por preguntarnos: Si una situación de estas se presentara en el seno de nuestras familias… ¿Cuál sería nuestra posición?
¿Podríamos imaginarnos en una situación en la cual, al regresar del trabajo, encontramos que nuestra hermana ha sido abusada y violada, donde su corta vida ha sido destruida para siempre?
Recordemos que en nuestra historia Dina fue secuestrada y violada a plena luz del día y que una población entera fue testigo del acontecimiento; algunos directamente en el hecho criminal: otros, que se detuvieron a mirar y no hicieron nada, otros en alguna esquina o calle de la región, probablemente escuchando gritos suplicando por el pronto auxilio y, algunos, quizás a través de las ventanas, ocultándose con las cortinas… pero todos, en silencio.
No existen palabras para describir la angustia y la humillación.
Shejem era, además, un noble de la región: el regente, el principal, y las noticias de este hecho se dispersaron rápidamente, “como pólvora encendida” a muchos lugares, y ¡Nadie dijo nada!
¿Existen, en la filosofía universal, frases que se manifiesten en contra de una situación semejante?
Veamos unas cuantas:
«Aquel quien permite la opresión, comparte el crimen.»—Charles Darwin
«Los más oscuros lugares en el infierno están reservados para aquellos quienes mantienen la neutralidad en tiempos de crisis moral.»—Dante Alighieri
«El mundo es un lugar muy peligroso, no por aquellos que practican la maldad, sino por aquellos que la observan y no hacen nada.”—Albert Einstein
«Es curioso como el coraje físico debía ser más común en un mundo donde el coraje y la entereza moral son tan raros.»—Mark Twain
«Pecar por estar en silencio, cuando se debía protestar, hace de los hombre cobardes.»—Abraham Lincoln
«Yo juro nunca estar en silencio cuando un ser humano sufre y es humillado. Debemos tomar parte. La neutralidad apoya al opresor y nunca a la víctima. El silencio fortalece y apoya al que causa el daño, nunca al que lo sufre». —Elie Weisel
«La maldad de los gobiernos es directamente proporcional a la tolerancia del pueblo.»—Frank Kent
«Una nación de ovejas solo producirá un gobierno de lobos.»—Edward R. Murrow.
Ahora, entonces, nos podemos preguntar: ¿Qué encontramos en la Torá respecto a la violación?
Respuesta # 1: Deuteronomio / Devarim 22:28
Cuando hallare un hombre a una mujer virgen que no fuere desposada y echándole mano se acostare con ella, y fueren descubiertos,
Ki yimtzá ish naará betulá asher lo orasá utefasá veshajáv imá venimtzaú.
En este caso, la mujer tiene la opción de casarse con el hombre, aunque nunca se vea obligada a casarse. El hombre, por otro lado, tiene que pagar una multa y si se casa, no puede despedirla (divorcio) mientras que ella si podría abandonarlo.
Respuesta # 2: Deuteronomio / Devarím 22:25-27
Más si el hombre hallare a la joven comprometida en el campo, y le hiciere fuerza aquel hombre acostándose con ella, entonces morirá sólo el hombre que se acostó con ella; mas a la joven no le harás nada; no hay en la joven ningún pecado digno de muerte, pues como cuando alguno se levanta contra su prójimo y le mata, así es este caso; porque en el campo la halló y dio voces la joven comprometida, mas no hubo quien la librase.
Veím basadé yimtzá haísh et hanaará hameorasá vehejezík ba haísh veshajáv imá umét haísh asher shajáv imá levadó. Velanaará lo taasé dabar éin lanaará jét mávet ki kaashér yakúm ish al reehú uretzajó néfesh ken hadavár hazé. Ki basadé metzaá tzaaká hanaará hameorasá veéin moshía la.
En este caso, el hombre es ejecutado.
Respuesta # 3
Deuteronomio 22:22-24 Cuando fuere hallado un hombre acostado con una mujer que tenga marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer y la mujer; así exterminarás el mal de en medio de Israel. Cuando alguna joven virgen estuviere comprometida legalmente con un hombre y otro hombre la hallare dentro de la ciudad y se acostare con ella, sacaréis a ambos a la puerta de aquella ciudad y los apedrearéis para que mueran; a la joven, porque estando en la ciudad no dio voces, y al hombre, porque humilló a la mujer de su prójimo; así extirparás el mal de en medio de ti.
Ki yimatzé ish shojév im ishá veulát báal umétu gam shnéihem haísh hashojév im haishá vehaishá uviartá hará miIsrael. Ki yiyé naará betulá meorasá leísh umetzaá ish baír veshajáv imá. Vehotzetém et shnéihem el shaár haír hahí uskaltém otám baavaním vamétu et hanaará al devar asher lo tzaaká baír veét haísh al devár asher iná et éshet reehú ubiartá hará mikirbéja.
En este caso, la mujer casada o prometida y el hombre se ejecutan.
La Torá es explicita relatándonos acerca de actos carnales violentos: describe, además del episodio de Dina, el de Tamar, la hija del Rey David, por su medio hermano. El Talmud nos agrega un episodio bochornoso que ocurrió mucho antes de los dos primeros: El de los hijos de Noaj, con su padre, al “descubrir su desnudez,” sobreentendido de la frase “Se despertó Nóaj de su vino y supo lo que le hizo su hijo, el pequeño» (Vayikétz Nóaj miyenó vayedá et asher asá lo benó hakatán).
Pero la Torá también no se cansa de contarnos acerca de lo que es permitido y no permitido en las relaciones sexuales: En algunos casos, es posible que no podamos entender, al menos en lo que llamaríamos una “mirada rápida” el porqué de la prohibición, o advertencia, y se suele formular la pregunta de ¿Por qué un acto de amor es en algunas casos una abominación? Y la respuesta es simplemente moral: La Torá tiene un concepto que no cambia como pueden cambiar los conceptos sociales en los diferentes cambios de la sociedad humana. Es, gracias a ese concepto inamovible, que vemos como, aunque algunos aspectos históricos han cambiado, la Tora sigue diciendo lo mismo; como ejemplo, en la antigua Grecia, era normal que adultos mayores, hombres, tuvieran relaciones con muchachos prepúberes, lo que hoy podría clasificarse como Pedófilos…
Entre otras prohibiciones que pueden ser evaluadas en La Tora y en el Talmud están, por ejemplo, la que tiene un hombre no se puede casar con cierto tipo de familiares cercanos como la ex mujer de un pariente sanguíneo cercano, una mujer que no está legalmente separada y divorciada de su marido previo, la hija o la nieta de su ex mujer o la hermana de su ex mujer durante la vida de su ex-esposa. Este tipo de relaciones no son necesariamente prohibidas porque sean anormales: es porque La Torá sabe de ciertos comportamientos humanos que pueden ser dañinos y por ello es la regulación.
Nuestros sabios también nos dan enseñanzas acerca de cuando un hombre y una mujer deben estar solos y esto aplica no solo entre adultos, sino que también entre adultos con niños, donde para muchos, estos conceptos podrían parecer excesivos; por ejemplo, ¿Por qué no pueden estar dos compañeros de trabajo (hombre y mujer), solos, hasta tarde en la noche, para cumplir con un importante proyecto? ¿Cuántos casos de violación han reportado las autoridades, de los diferentes países del mundo, entre personas que se conocen, tienen una relación laboral establecida y por ello, no tienen temor la una de la otra?
Las leyes y reglamentos que encontramos en la Torá y también en el Talmud, tienen 2 caras. Ellas existen para protegernos a nosotros de los demás y para proteger a los demás de nosotros. La Torá sabe que la sexualidad es increíblemente ponderosa y quiere que se establezcan unos límites: quiere asegurarse de que en el papel de la sexualidad exista un dador activo y un receptor activo, y que surja, a través de la sexualidad, un contacto espiritual y emocional que acentúe lo que es el amor y permita que una relación perdure, porque uno de nuestros primeros mandamientos es “crecer y multiplicarse” y por consiguiente es una mitzvá tener relaciones físicas; esto es un acto que a nivel del microcosmos del ser humano, nos permite ser iguales al Creador, a través de la procreación: de la misma manera como El Eterno creó el mundo, el humano crea, un nuevo mundo, el cual es una nueva vida (obviamente con Su participación).
La Torá describe las relaciones entre un hombre y una mujer, como de “conocimiento”, desde el primer momento en que ellos la tuvieron, como lo encontramos en Bereshit / Génesis 4:1
“Y Adám conoció a Java, su mujer” y es lo que nos hace diferente de los animales (o bestias como suelen ser llamadas en algunas traducciones) y es lo que los sabios han llamado Deá vedibúr (conocimiento y diálogo)
Sin embargo, la Halajá también nos enseña cuando no se deben tener relaciones con la pareja, INDEPENDIENTE DE LA LEYES DE LA PUREZA FAMILIAR: 1) Si alguno de los dos está ebrio. 2) Si la pareja ha determinado y decidido divorciarse y 3) Si cualquiera de los dos está simplemente pensando en otra persona o deseando estar con ella.
Estas restricciones nos muestran hasta donde llega la conexión de la pareja en sus relaciones: la conexión es de cuerpo, mente, alma, corazón y espíritu; si cualquiera de estos componentes fallan o no existen, la parte física no debe ocurrir, porque si es el deseo físico el que está predominando, más que cualquier otro ideal, estaríamos hablando de un comportamiento animal que es el cual está buscando gratificación y conllevaría solamente a un perjuicio de la relación de pareja.
Las intrincadas leyes y regulaciones que inicialmente la Torá ha dejado sobre la sexualidad, el matrimonio y las relaciones y luego ampliadas por los estudiosos, intentan explicarnos que tan poderosos y santos pueden llegar a ser nuestros cuerpos; estas leyes nos recuerdan que somos humanos y que como tales, en todo lo que hacemos, tenemos opción de escoger (libre albedrio que podríamos llamar), y la posibilidad de escoger, nos permite, en mayor o menor grado, acercarnos a nuestro Creador, quien es la fuente de todo; con ello podemos diferenciar lo que algunos llamarían satisfacción del instinto animal, de lo que ya hemos anotado anteriormente que es el deá vedibúr, y la participación, con El Eterno, en el proceso mismo de la creación.
Regresando nuevamente a nuestra parashá, procedemos a tomar el tema de la de violación o acceso carnal violento: pensamos entonces: eso, ha ocurrido muy pocas veces en la historia de nuestro pueblo, y es muy difícil que se repita…
¡Garrafal error!
La comunidad judía no está exenta ni inmune del todo a este fenómeno.
En los EUA se habla de estadísticas donde una de cada 5 niñas y uno de cada 7 niños podrá llegar a ser sexualmente abusado antes de llegar a los 18 años… Y estos números no están relacionados ni con clase socioeconómica ni con religión; todo es cuestión de IGNORANCIA y ella puede conducir a una tragedia.
Hay que considerar algo muy importante: ¡Cualquiera puede ser un abusador sexual!
Los Pedófilos confiesan que su “modus operandi” esta dado por su posición social, por la influencia y confianza que ellos llegan a tener sobre los padres y sobre los niños: son sus maestros, sus entrenadores deportivos, los conductores de los autobuses donde se transportan, sus parientes cercanos, e incluso, sus líderes religiosos.
Por lo general van a estar ubicados en lugares donde tienen mucho contacto con niños y adolescentes, volviéndose confiables, lo que les permite operar con facilidad y sin riesgo a generar sospechas.
Para combatir el abuso, la comunidad judía debe aprender a sobreponer una actitud que el Rabino Mark Dartch, director del JSafe, tomó del Yidish y es el “factor Shanda”. Shanda, es un término en Yidish que significa desgracia y aunque en esta institución es aplicada al abuso sexual de los niños, puede ser aplicado a todo tipo de abuso sexual y, consiste en reconocer la enfermedad a pesar de la negación del mismo proceso, a pesar del escepticismo, a pesar del comportamiento que existe en muchos hogares judíos que clasifican su hogar como “hogar ejemplar”, y a pesar de considerar de que si reconocemos que existe un evento como esos, nuestra reputación como comunidad se va a ver fuertemente afectada.
La negación no es saludable para ningún tipo de abuso, mantenerlo en secreto, por pena o vergüenza sin posibilidad de replicar o confrontar, crea un clima ideal en el cual el abusador tiene “luz verde” para actuar.
El problema necesita ser expuesto antes de que no se pueda evitar el o los problemas subyacentes que se generen por la actitud de los abusadores.
Dratch dice en su entidad, que la negación y la vergüenza permite al abusador volver a actuar.
Hay que educar a los líderes comunitarios y tener conversaciones con ellos para combatir este flagelo.
Hillel dijo, bajo el concepto de “contar La Torá estando apoyado en un solo pie”, lo siguiente: «LO QUE SEA DAÑINO (PERJUDICIAL) PARA TI, NO LO HAGAS A OTROS”.
ALGUNAS INSTITUCIONES JUDÍAS EN EUA PARA TENER EN CUENTA
Jsafe: The Jewish Institute Supporting An Abuse Free Environment
Ohel Children’s Home and Family Services of Brooklyn, NY
The Awareness Center
Shalom Task Force Hotline
Association of Jewish Family and Children Services (AJFCA).
www.jewishwomen.org/directory/state_res.htm.
Faith Trust Institute
The SOVRI Helpline bajo el auspicio de Beth Israel Medical Center en Manhattan.
Chicago’s Jewish Children’s Bureau
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