¿ Seré yo el guardián de mi hermano? – Parashá Bereshit
¿ Seré yo el guardián de mi hermano?
Es la pregunta que Caín le hace a Hashem cuando Hevel (Abel) está desaparecido, a la cual, todos sabemos no sólo la actitud sin, la respuesta
Está escrito en la Torá, de la siguiente forma: Lo yadati hashomer ají anoji.
Su traducción literal sería: No sabía (que) el guardián de mi hermano soy yo
Ahora nos preguntamos a nosotros, lo mismo:
¿Seré yo el guardián de mi hermano?
Definamos, primero, la palabra guardián
La más común, y para nuestro caso en particular, es toda persona, e incluso perro u otro animal encargado de guardar y cuidar una cosa
En los campos del arte y la mitología, es un objeto o entidad que fue declarado anteriormente para realizar la eterna protección a una entidad superior, valiosa o importante.
Esta palabra, guardián, es de procedencia gótica bajo denominación «wardjan» forma acusativo de «wardja» guardia.
En la Torá, se encuentra este concepto en múltiples ocasiones, como el guardián del Edén, el guardián de Esav, etc.
Qué es ser guardián en el judaísmo?
Ser guardián en el judaísmo es algo más importante y relevante que las definiciones que quedaron plasmadas en este estudio.
Y lo primero que tenemos que recordar es que todos somos descendientes comunes de Adám; que toda la humanidad es descendiente de una sola familia, por lo tanto, tanto Caín como Abel, son nuestra familia.
Y aunque hoy en día hay grandes diferencias nacionales, culturales, lingüísticas, religiosas o raciales entre nosotros, los seres humanos, nosotros funcionamos, por lo menos, bajo dos conceptos fundamentales
Uno de ellos, es la responsabilidad que tenemos para con los demás, especialmente hacia aquellos más débiles, los heridos y los lastimados
Esta responsabilidad se da por el precepto “Ama a tu prójimo como a ti mismo”
Hablando de las diferencias, el Islam dice: «Ninguno de ustedes tiene fe hasta que ame a su hermano del modo que se ama a sí mismo». (?a??? al-Bukh?r? 13)
Y el budismo (para solo nombrar unas pocas) “En este mundo, el odio nunca disipó el odio. Solo el amor disipa el odio. Esta es la ley, antigua e inagotable. ”(Dhammapada)
Si realmente nos adherimos al concepto anterior, ello nos obliga a prestar atención a las palabras de la pregunta en sí misma, y a reconocer que no es solo una consulta sobre el paradero de Abel, sino también nos refuerza, con insistencia, en que él es nuestro hermano.
Y entre hermanos, siempre habrá diferencias, como las tuvieron Yaakov y Esav, los hermanos de Iosef, Itzjak e Ishmael, Moshe, Aharon y Miriam, entre otros
Los hermanos a veces pueden encontrarse en conflicto, pero siempre pueden lograr la reconciliación.
Nuestra Torá nos enseña que, solamente por mirar a nuestro hermano como nuestro prójimo, podemos, con esfuerzo, madurar emocional y espiritualmente, dejar a un lado nuestra ira, nuestra rivalidad y nuestros conflictos, y darnos cuenta de la verdadera profundidad de los lazos familiares que nos sostienen y nos mantienen unidos.
Entonces entenderemos verdaderamente las palabras del salmista: «Mirad cuán bueno y agradable es cuando los hermanos viven juntos como uno (Salmo 133: 1)».
Pero, qué pasaría si miramos la respuesta de Caín bajo otra perspectiva?
La de “quitarse su responsabilidad y culpar a otro?
Lo cual es una costumbre muy común entre nosotros…
Fácilmente lo podemos hacer si miramos esta idea:
No soy el guardián de mi hermano y TU eres consciente de mi naturaleza asesina, así que todo esto (el asesinato de Abel) no es mi culpa. Además, la responsabilidad de la vida (o muerte) de Abel es de Hashem porque, de hecho, El Eterno es el VERDADERO «guardián de Abel» y se suponía que debía «mantener vigilado a Abel».
(Esto podria ser para otro estudio).
La segunda herramienta la podemos obtener a partir de la siguiente pregunta:
Con quien tenemos nostros responsabilidad?
Miremos que el término hebreo para responsabilidad, ajrayut, proviene de la palabra ajer, que significa «otro».
Por lo tanto, de Caín y Abel, aprendemos la primera lección de responsabilidad humana hacia otros humanos y su relación con la violencia mortal.
La historia de Caín y Abel nos cuenta la íntima conexión entre eludir la responsabilidad hacia nuestros hermanos y las terribles consecuencias para las víctimas.
La respuesta la obtenemos por lo que nos enseña el concepto del Tikun Olam
El término «tikun olam» se refiere a los actos de reparación que cada uno de nosotros debe tener para arreglar, y no deshacer, el mundo tal como lo conocemos.
Tikun Olam, está asociado también con un enfoque místico de la observancia de las mitzvot, para el mejoramiento de la sociedad.
El Eterno creó el mundo en 7 días (en el último descanso y lo santificó)… Y a nosotros nos corresponde que todo quede como El lo afirmo después de cada creación… Bueno y muy bueno
Nuestros rabinos y la literatura en general, nos recuerda que, sin importar el grado de espiritualidad, todos debemos contribuir para ello
Repetimos, TODOS somos responsables y ello incluye lo que hagamos, no solo por el planeta, el medio ambiente, sino también por cada uno de los animales y personas sobre la faz de la tierra, y ello incluye a nuestros hermanos
Si soy entonces el guardián de mi hermano, bajo lo enunciado anteriormente
Existe una filosofía que dice: «Si tú no serás el guardián de tu hermano, entonces tu hermano será tu opresor».
Gracias a ello, simplemente, debemos de responder resueltamente: «Soy el guardián de mi hermano».
25 de octubre de 2019 – 26 de Tishrei de 5780
Elaborado por Dr Max Stroh Kaufman para 321judaismo.com