Un shofar y el Rey de España
Artículo publicado 29-01-10
Traducido al español por 321judaismo.com
Hace varios años [2004], el rey Juan Carlos de España había invitado a Gran Rabino Yona Metzger de Israel a la conmemoración del 800 aniversario del fallecimiento del ilustre codificador, filósofo y médico Maimónides (Rabino Moshé ben Maimón), quien era originario de Córdoba, España.
En la ceremonia, el rabino presentó al Rey con un shofar bellamente pulido, largo y sinuoso. El shofar había sido especialmente equipado con una pieza de plata que tenía la corona real grabada en ella.
El rey Juan Carlos lo examinó cuidadosamente y preguntó acerca de su origen.
El Rabino Metzger hablaba en hebreo, mientras que el embajador de Israel en España, el Sr. Víctor Harel, traducía sus palabras en español.
«¿Esto viene de África?», se preguntó.
«No, su señoría», respondió el rabino, » Proviene de la Tierra de Israel.»
El rey pensó que tal vez se había utilizado para una corrida de toros, un deporte español, pero el rabino le explicó que el judaísmo prohíbe hacer daño a un animal.
«Así que ¿cuál es el significado de este cuerno de animal?» preguntó el rey.
Las preguntas del rey le dieron al rabino Metzger, una oportunidad para compartir un interesante capítulo de la historia española. El rey escuchó atentamente, toda la recitación detallada de la historia, por parte del rabino.
«Querido Rey», comenzó el rabino Metzger, » este regalo único nos permite cerrar un círculo histórico muy interesante.
«Sucedió hace poco más de quinientos años, cuando la era de oro de la judería española llegó a su fin, o sea, cuando su tátara-tátara-abuelo el rey Fernando y la reina Isabel expulsaron a mis antepasados, a instancias de la tristemente célebre decisión del Gran Inquisidor Torquemada. Sin embargo, muchos judíos permanecieron en España, convirtiéndose en marranos, o criptojudios, en secreto, quienes se comportaban, hacia el exterior, como cristianos, sin embargo, permanecieron como judíos en privado. Ellos observaron las tradiciones judías en secreto, encendiendo sus velas de Shabat, donde nadie podía verlos.
«Estos atormentados marranos, se reunían en secreto en los sótanos y en bodegas para rezar en las fiestas judías. De hecho las más inquietantes notas, de nuestra más solemne oración llamada Kol Nidrei, que es recitada en el comienzo del Yom Kipur, provinieron de estos marranos quienes anulaban así, sus declaraciones forzadas a la iglesia.
«Los marranos ocultos oraban de una manera muy intensa, pero a la vez, muy silenciosamente, para que no fueran descubiertos, Di-s no lo quiera, por aquella temida Inquisición, que los torturaría y posteriormente los quemaría, públicamente, en la hoguera.
«Pero, se enfrentaban a un dilema en Rosh Hashaná: podían susurrar sus oraciones en el más profundo silencio para evitar ser detectados, pero ¿cómo iban a hacer sonar el shofar?
«Un año, un marrano quien fuera el director de la Orquesta Real, se acercó al rey y se ofreció a organizar un concierto público gratuito, en el que se destacarían varios instrumentos de viento, de todas las épocas. Aficionado a la música, el rey aprobó este concierto especial. El conductor eligió un día específico en septiembre que pasó a ser Rosh Hashaná.
«En el concierto, el rey, la reina, los príncipes y los señores ministros se sentaron en las primeras filas, y detrás de ellos entre los asistentes al concierto se sentaron muchos marranos.
«Se presentaron varias canciones y melodías, y en algún momento el conductor presentó el shofar como un instrumento de viento antiguo, y soplaron una serie de notas de la misma.
» El rey y la reina pensaron en ello como una mera curiosidad, pero los marranos asistentes recitaron, en voz baja las bendiciones del shofar: » Bendito seas, Señor nuestro, Rey del universo, Quien nos santificó con sus mandamientos y nos ordenó escuchar el sonido del shofar «y» Bendito seas, Señor nuestro, rey del universo, Quien nos ha concedido la vida, nos sostuvo y nos permitió llegar a este momento. »
«Hoy en día, querido rey «, continuó el rabino Metzger, » nos encontramos aquí, 500 años después, en mejores circunstancias. Como Gran Rabino de Israel estoy muy feliz de volver aquí a España. Les doy las gracias en nombre de nuestra nación, que hoy en día los judíos pueden vivir en su país con verdadera libertad de religión y que en Rosh Hashaná podamos tocar el shofar en nuestras sinagogas y sin ningún temor. Hoy, puedo, agradeciendo a HaShem, abiertamente y no en secreto, presentarle este shofar a usted porque usted está ahora bendecido con una democracia. Ahora en España todos pueden rezar sin miedo”.
Sosteniendo el shofar, dijo el rey: «Rabino, veis que yo tengo muchos regalos y trofeos aquí, que vienen desde todo el mundo. Sin embargo, este regalo conlleva un gran significado histórico, y estoy muy agradecido por haber compartido conmigo el shofar y la historia.»
El rabino Metzger luego le dijo al rey que deseaba bendecirlo, como está escrito en la santa Biblia. Tanto el rey como el Gran Rabino se acercaron. El rabino Metzger cerró los ojos y recitó la bendición con profundo sentimiento. Cuando terminó la bendición, el rabino Metzger abrió los ojos y se sorprendió al ver que los ojos del rey brillaban y estaban humedecidos por las lágrimas.
De acuerdo con la historia, la madre de Fernando I, rey que firmó la expulsión judía en 1492, y permitió que la Inquisición se hiciera lo poderoso que fue, era judío. Su nombre era Juana Enríquez y su abuela era Paloma bat Guedalia, nieta de Shlomo HaZaken ben David, un descendiente del rey David.
24 de Diciembre de 2013 – 21 de Tevet de 5774