Parasha Ajarei Mot – Kedoshim
Ajarei Mot – Kedoshim es la parasha que leemos esta semana.
Si se hace la traducción literal, sin espacios, guiones, comillas, etc. estaríamos diciendo “Después de muertos seremos santos”
Muchas personas se preguntarán:
1.- ¿Después de muertos seremos santos?
2.- ¿Por qué seremos santos?
3.- ¿Por qué después de muertos?
4.- No es acaso mejor ser santo ahora?
Ser kedoshim – santos, puede llegar a ser, para muchos (por no decir todos), es una tarea imposible,
¿Por qué?
Porque ser santos, en el sentido más elevado, implica ser “igual al Eterno”
Nos preguntamos entonces ¿Es acaso posible que nosotros podamos asemejarnos a Él?
Si de Él está dicho:
«¿Quién como Tú, oh Eterno, entre los dioses? ¿Quién como Tú, majestuoso en santidad, temible en hazañas dignas de alabanza, hacedor de maravillas?» (Shemot / Éxodo 15:11).
Tomemos como ejemplo esta otra expresión extraída del Tanaj, que nos hace “imposible” ser santos y que dice así:
«¿A quién, pues, Me haréis semejante, para que Yo sea su igual?, dice el Santo.» (Yeshaiá(hu) / Isaías 40:25).
Empecemos a responder las preguntas.
El hombre, a pesar de ser finito, si puede ser santo, ahora en vida, de una manera, que para la mayoría va a ser difícil. pero que arranca de una condición:
El hombre fue creado a imagen y semejanza de HaShem.
Aprovechando la moda y el concepto actual que los coach le quieren dar al emprendimiento en cualquiera de sus fases, esto ya es el primer paso hacia un camino, en nuestro caso de santidad.
El segundo aspecto a resaltar, que lo da esta parasha ajarei mot – Kedoshim, es que existe un “manual de instrucciones” llamada Torá (y Tanaj) que hace más fácil el transitar hacia la santidad.
En esta parashá hay unas instrucciones precisas como por ejemplo,
1.- Las tres prohibiciones que hay acerca de tomar o retener el dinero de otro,
2.- La prohibición del falso juramento, entre otros, que apoyan el llegar al estado de kedoshim (antes de morir incluso)
Recordemos que cada persona posee un alma diferente,lo cual hace que cada persona tenga que recorrer “un camino diferente”.
Pero, el principio de la fe y la actitud o intención (kavaná) con la que tome el camino, es lo que lo va a conducir hacia la santidad, estando en vida.
. En otras palabras, estas dos herramientas contenidas en el “manual de instrucciones” son parte fundamental para asegurar la santificación.
Hay quienes dirán: “La perfecta santificación no es alcanzable en esta vida “ y por ello la santidad se adquiere “ajarei mot” : después de muertos; pero, todos sabemos que la santidad es un trabajo de desarrollo gradual.
La santidad se lleva a cabo bajo muchos obstáculos, de ahí las frecuentes advertencias a la vigilancia, la oración y la perseverancia, como las contenidas en este “manual de instrucciones” que hemos mencionado para este segundo paso.
Nos adherimos al pensamiento de Ramban (Najmánides) cuando dice que esta parashá lo que busca es dejarnos una enseñanza general de cómo evadir los excesos.
De cómo nos tenemos que separar de cosas que no están explícitamente prohibidas, cosas que van en contra del espíritu de la ley judía a pesar de que ellas están dentro de la ley y llama a quien incurre en este pecado un «menuval birshut haTorá» – un lascivo con el permiso de la Torá». y que nos pide que seamos santos – que nos separemos.
«Cuanto más santo es un hombre, más humilde, y más sensible se torna”
¿Qué es en realidad lo que se nos está reclamando en nuestra parashá?
Amar a nuestro prójimo,como a nosotros mismos
Esto lo dijo Hilel y lo aseguró en sus propias palabras al decir que “el resto de la Torá es complemento”
Esto es la parte fundamental que trae Divinidad al mundo,
Y hagamos lo que hagamos, esto es lo mejor que está en nuestras manos, lo más fácil y a la vez lo más difícil para hacer; con la finalidad de perfeccionarnos y mejorar el mundo en el cual vivimos.
El Eterno, en Su Torá, cuando nos manifiesta: que esta es la forma con la tendemos hacia la kedushá, la santidad, la consagración, mientras estamos en vida
¿Y cuando estamos muertos (ajarei mot) qué sucede?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta, de acuerdo con las enseñanzas de nuestros sabios es que, cuando “partimos de este mundo” es decir, después de que finalizamos con nuestra “vida física” debemos rendir cuentas
Estas cuentas, y nuestras malas acciones son las que frenan nuestra entrada al Mundo venidero (Olam HaBa)
Pero nuestras buenas acciones son las que dejan enseñanzas en las generaciones que nos sobreviven y son ellas las que nos convierten en santos (kedoshim)
No somos hipócritas recordando sólo lo bueno de las personas que ya no están con nosotros…
Lo que hacemos es, por ejemplo, perpetuar la paz entre el hombre y el hombre, entre el hombre y la naturaleza, mantenemos la dimensión de lo sagrado que es la vida humana y confirmamos lo escrito en la Torá que nos recuerda que cada uno de nosotros está llamado a convertirse…
Convertirse en un sacerdote y toda el pueblo de Israel a su vez se transformará en «un reino de sacerdotes, un pueblo santo»
A su vez también cumpliremos con lo escrito en la parashá
«Sed santos porque santo soy yo, Adonai, vuestro Elohim» (Levítico / Vayikra 19:2)
24 de Abril de 2018 – 09 de Iyar de 5778
Recopilado por Dr. Max Stroh kaufman para 321judaismo.com